¿Genera desigualdad el federalismo?
Otra excusa para no abrazar explícitamente el federalismo es su supuesta tensión con el objetivo de la igualdad de todos los ciudadanos. Hay dirigentes centralistas que para predisponer a la opinión pública contra los federalistas de repente muestran una gran preocupación por la igualdad, preocupación por otra parte ausente en su discurso habitual. Pero el federalismo, lejos de ser un obstáculo para la igualdad, la facilita. El reconocimiento de la diversidad y de la singularidad no tiene nada que ver con la igualdad de derechos de todas las personas. Todas las personas de una federación tienen derecho a los mismos servicios básicos, al igual que tienen derecho a gastar de diferentes maneras una misma cantidad de ingresos fiscales. Una federación con una política fiscal común permite hacer frente a shocks diferenciados de renta y transferencias solidarias, explícitas y transparentes de unos territorios a otros.
El respeto a las identidades diferenciadas es una conquista igualitarista. En una federación plurilingüe, que todas las personas puedan dirigirse a todos los niveles de gobierno relevantes en su idioma materno, y que puedan escuchar a los principales representantes hablar en varios idiomas, como sucede en Suiza, Bélgica y Canadá, es una conquista que iguala en derechos a todas las personas. En general, el federalismo moderno permite resolver los problemas sociales en la escala óptima, y por tanto facilita la lucha contra las desigualdades tal como se manifiestan en el mundo de hoy.
Cuando hablamos de los modelos lingüísticos de Suiza, de Bélgica y de Canadá se está pensando en idiomas hablados por millones de personas cuyos países tienen un gran peso económico y cultural en el mundo, como el inglés, el alemán, el italiano, el francés, el holandés...Suiza tiene varios idiomas oficiales, pero se olvida que esos idiomas tiene detrás a Francia y los países francófonos, Alemania y Austria y a Italia. Hay muy pocos suizos que hablen la otra lengua suiza, el romanche. Incluso en bélgica los que hablan flamenco tienen detrás el peso de un país como Holanda. Esto es algo que suelen olvidar los que hablan de estos temas, como en este caso le ocurre al profesor Trillas Jané.
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