jueves, 29 de septiembre de 2011

Rubalcaba sí, pero... ¿Hay alguien más? (Por Francesc Trillas)


(Dedicado a Quico Mañero)

Hay un chiste de Eugenio en que un hombre se cae por un precipicio y, en su caída, consigue finalmente agarrarse a una rama, que apenas le sostiene. En su desesperación, el hombre grita: “¿Hay alguien?” Tras varios gritos de socorro, se escucha una voz profunda que dice: “Si, hijo mío, soy Dios... déjate ir tranquilamente que unos ángeles bajarán del cielo para ayudarte...”. El hombre, tras escuchar al Señor y reflexionar por un instante, responde: “Gracias, mi Dios, pero... ¿hay alguien más?”
Este chiste me ha venido a la memoria al ver la campaña gráfica del PSOE, que presenta a Rubalcaba en solitario, con una marca del partido bien en pequeñito. A mi el candidato me parece muy bueno, incluso sus mensajes de campaña me parecen acertados, pero, a la vista de que no se quiere mostrar mucho más, cabría preguntarse: ¿pero hay alguien más?
Esto viene a cuento de la vieja receta de los aparatos y asesores de imagen de que no hay que mezclar las campañas electorales con los debates internos de los partidos. Sin embargo, esta es una falacia que no se tiene en pie, a mi modo de ver por lo menos. Las campañas electorales son el momento culminante de la democracia, y por lo tanto deben formar parte del debate sobre la mejora de la democracia, y por lo tanto de los partidos. De hecho, recuerdo tres campañas muy exitosas, en contextos muy distintos, en que se tuvo éxito no sólo por mostrar un buen candidato (que también) sino por prometer de forma bastante creíble que se iba a gobernar y hacer política de otra manera. Me refiero a la campaña del cambio de 1982, a la campaña del cambio del cambio de 1993 (“he entendido el mensaje”), y a la campaña de Pasqual Maragall en 1999 (el mejor resultado del socialismo catalán en unas autonómicas, aunque hubo que esperar cuatro años, con un resultado peor, para gobernar). Esta vez ganar es casi imposible, pero creo que minimizaríamos mejor los daños si integráramos la campaña en un proceso de regeneración del socialismo (español, europeo y catalán), empezando por un proceso de elaboración y selección de las candidaturas que en lugar de primar los premios internos se dedicara a buscar a personalidades que quieran y nos puedan ayudar.

martes, 27 de septiembre de 2011

En busca de la verdad (por Vicente Coscolla)

En la reciente visita que Benedicto XVI ha realizado a España con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud las referencias a “la búsqueda de la verdad” han sido constantes. Por poner unos ejemplos, el Papa ha dicho que “tenemos que ponernos siempre en búsqueda de la verdad”, que “no se ha de perder nunca la sensibilidad e ilusión por la verdad”, que “no hay que tener miedo de la verdad”, que “vengo a encontrarme con los que buscan la verdad”… Pues bien, vamos a hacerle caso y a buscar la verdad sobre la religión que él representa.
Como todos sabemos, el cristianismo se basa en la figura y el mensaje de Jesús, Dios hecho hombre que, tras unos años de ejercicio como predicador, murió en la cruz y resucitó de entre los muertos para redimir los pecados de la humanidad. La Iglesia es la organización creada en torno a su figura, encargada de difundir su ideario, y el Papa es la cabeza de la Iglesia Católica, la rama más importante del cristianismo. Ahora bien, ¿quién era Jesús de verdad?, ¿cuáles eran sus intenciones y su mensaje? Y en base a todo ello, ¿tienen suficiente legitimidad la Iglesia y el Papa?
A la hora de buscar la verdad sobre Jesús nos encontramos que las fuentes históricas que disponemos son escasas. Para los historiadores del momento, que los había, Jesús no fue lo suficientemente importante como para dedicarle una sola línea (existe una pequeña referencia a Jesús en la obra del historiador judeo-romano Flavio Josefo, pero está más que demostrado que es un añadido posterior). Nos hemos de basar, básicamente, en los cuatro Evangelios canónicos (es decir, los “oficiales”, los que conocemos la mayoría) y en el resto de libros que componen el Nuevo Testamento.
Resulta, además, que los cuatro Evangelios que sirven de base para todo el cristianismo (tanto el católico como el de las diferentes escisiones posteriores), se escribieron décadas después de muerto Jesús, cuando el cristianismo ya estaba consolidado como una religión diferente del judaísmo. Porque hemos de saber que, por los datos que aportan los historiadores que han investigado las primeras comunidades cristianas (lideradas por Santiago, hermano de Jesús y líder de la Iglesia de Jerusalén a la muerte de este), el cristianismo no era más que una secta escatológica de la religión hebrea (escatológica significa que anunciaba la inminencia del Fin del Mundo).
En los 150 primeros años de vida del cristianismo se escribieron múltiples evangelios, que convivieron con una extensa tradición oral sobre la vida y hazañas de Jesús. Fue el obispo Irineo de Lyon, alrededor del año 185, quien decidió que los cuatro Evangelios oficiales actuales fueran los únicos válidos, rechazando todos lo demás (los descartados son conocidos como Evangelios apócrifos). Su decisión fue ratificada por la Iglesia en los siglos posteriores, cuando se conformo el actual Nuevo Testamento. Esta decisión de definir qué evangelios eran válidos se hacía necesaria para preservar la unidad del cristianismo, cada vez más amenazada por las divisiones entre sus diferentes comunidades y tendencias: judeo-cristianos contra greco-romano-cristianos, seguidores de la doctrina de Pablo frente seguidores de la de Pedro, los que otorgaban a Jesús naturaleza divina frente los que postulaban que no era más que un profeta, sin olvidar las disputas que generaban las diferentes sensibilidades y personalismos de los patriarcas cristianos de las ciudades más importantes del Imperio Romano, o los debates entre las diferentes sectas gnóstico-cristianas que habían surgido y las disputas entre los gnósticos y los cristianos menos propensos a la mística.
De los cuatro Evangelios, el de Marcos es el más antiguo. Se estima que fue redactado sobre el año 75, en base a diversas tradiciones orales y, probablemente, en un texto desaparecido (lo que los expertos llaman “fuente Q”). Los Evangelios de Mateo y Lucas son de unos 10 o 15 años más tarde y se escriben a partir del texto de Marcos, al que añaden información de otras fuentes para sus públicos respectivos: Mateo se dirige preferentemente a los judíos, mientras Lucas, discípulo de Pablo, lo hace a los no judíos. El cuarto Evangelio, el de Juan, está escrito sobre el año 100 o 110 por un griego cristiano conocido como Juan el Anciano y es el más mítico y menos histórico (el mismo autor también escribió el Apocalipsis). El otro texto histórico importante del Nuevo Testamento, Hechos de los Apóstoles, formaba parte inicialmente del Evangelio de Lucas, pero fue segregado artificialmente por la Iglesia para convertirlo en un libro propio. Para acabar de complicarlo todo, los textos que nos han llegado son posteriores a su redactado original, copias de copias que probablemente han sufrido variaciones sobre los iniciales.
Si leemos directamente los cuatro Evangelios canónicos descubrimos que caen en numerosas contradicciones los unos con los otros, y eso a pesar de ser escogidos específicamente para que la doctrina del cristianismo fuera única. Esas contradicciones van desde la genealogía de Jesús (compárense por ejemplo, Mt 1, 1-16 y Lc 3, 23-38) al relato de cómo fue su resurrección (después entraremos en detalle sobre este asunto). A las contradicciones también hay que sumar las múltiples inexactitudes y errores que los hacen poco fiables desde un punto de vista histórico (por poner un ejemplo, si se hace el ejercicio de trazar en un mapa la ruta de Galilea a Jerusalén que, según los Evangelios, hizo Jesús, queda claro que necesitaba un GPS).
Sobre la resurrección de Jesús, pilar básico de la religión cristiana, los textos evangélicos la tratan poco y mal, y las diferencias entre los diferentes Evangelios son escandalosas. Así, según Marcos y Juan, el Jesús resucitado se apareció en el sepulcro sólo a María Magdalena, mientras que Mateo dice que también a María de Betania (o de Santiago), que la acompañaba. Lucas lo complica más y dice que al sepulcro fueron las dos Marías anteriores, Juana y “las demás que iban con ellas” (sin especificar quienes eran), pero relata que no vieron a Jesús sino que descubrieron que la tumba estaba vacía (había fuera, eso sí, dos ángeles que informaron al grupo que Jesús había resucitado). Las apariciones posteriores del Jesús resucitado son pocas, esporádicas y en cada Evangelio también se cuentan historias diferentes y contradictorias (por ejemplo, su aparición ante los discípulos fue, según Lucas y Juan, en Jerusalén, mientras que según Mateo y Marcos fue en Galilea, en un monte según el primero y en una comida según el segundo).
A pesar de todo, si se hace el esfuerzo de obviar sus múltiples contradicciones y errores, la lectura de los Evangelios permite extrapolar de ellos un relato relativamente coherente. Para ello es fundamental conocer el contexto histórico en el que vivió y predicó Jesús: una Palestina mayoritariamente judía (pero en la que también convivían importantes comunidades no judías, como las romanas o las samaritanas), que había sido ocupada por los romanos y que vivía una importante efervescencia político-religiosa, con numerosos grupos enfrentados entre sí (los conservadores saduceos, los renovadores fariseos, los nacionalistas zelotes, los místicos esenios…) que convivían con varias sectas muy activas y unos cuantos predicadores lanzando sus mensajes (la visión que se da en “La Vida de Bryan” no está tan alejada de la realidad como a priori podría parecer). Este escenario, basado en fuentes históricas fiables (desde los escritos del historiador judeo-romano Flavio Josefo a los manuscritos del Mar Muerto) nos permite intuir al Jesús de los Evangelios como un judío muy religioso, discípulo de Juan el Bautista (hijo del sacerdote Zacarías, era un predicador muy popular que creía que el Juicio Final era inminente y que era necesario iniciar un camino de arrepentimiento y cumplimiento riguroso de la Ley judía). Se ha de tener presente que la escatología hebrea, similar a la cristiana y que postula la proximidad del Fin del Mundo y la llegada de un Mesías, había sido recurrente en la historia de los judíos, especialmente en épocas de crisis. Tras unos meses con Juan, Jesús se independizó de su maestro y también pasó a ejercer de predicador itinerante con un cierto éxito, que aumentó especialmente tras la ejecución del primero (sobre el año 30), ya que tenía una forma de actuar más mundana, lejos de las prácticas ascetas del Bautista. Las ideas que Jesús predicaba (siempre según los Evangelios, que es la única fuente que tenemos) eran similares a las de Juan: promover la religiosidad de los judíos y seguir fielmente la Ley hebraica (en Mt 5, 17 es muy explícito al respecto) porque estaba convencido de la inminencia del Fin del Mundo (a lo largo de su prédica hay muchas referencias a esta cuestión, como en Mc 1, 14-15 donde explica que este es el motivo de su predicación, e llegando incluso a afirmar, tal y como se recoge en Lc 9, 27, que algunos de los que le escuchan aún no estarán muertos cuando llegue el Fin de los Días). También deja claro que su misión iba dirigida exclusivamente a los judíos (en Mt 10, 5-6 deja claro a los apóstoles que no han de dirigirse a los gentiles –es decir, los no judíos–, ni siquiera a los samaritanos, “primos religiosos” de los judíos, y en Mt 15, 24-26 se niega a curar a una endemoniada porque es cananea y él sólo ha sido enviado para “la ovejas pedidas de la casa de Israel”). En todo caso, de lo que Jesús dijo se desprende que no pretendía crear una nueva secta judía ni, mucho menos, una nueva religión (entre otras cosas, porque creía que quedaba muy poco tiempo para el Fin del Mundo). Con los datos en la mano, el Jesús histórico (o lo poco que conocemos de él) no tiene nada que ver con el Jesús que nos muestra la Iglesia.
Sigamos buscando la verdad. Descubriremos que la gran mayoría de los dogmas fundamentales, los que conforman el cristianismo tal y como los conocemos, así como los ritos y estructuras de la Iglesia, nacen una vez Jesús ha desaparecido. Son creaciones humanas posteriores, muchas veces en abierta contradicción con lo que Jesús o los primeros cristianos propugnaban. Sería extenso analizarlas todas, pero podemos tratar ligeramente algunas.
La divina concepción de Jesús en el vientre de María, por ejemplo, sólo se menciona en Lucas y Mateo, pero es omitida en Juan (precisamente el Evangelio más mítico) y Marcos (el Evangelio más antiguo y en el que se basaron aquellos). Probablemente su origen sea la influencia de los relatos míticos de embarazos y nacimientos prodigiosos que se encuentran en el Antiguo Testamento y en las tradiciones paganas, que fueron introduciéndose en la transmisión oral de las primeras comunidades cristianas y acabaron en los dos evangelios mencionados. Pablo, que a pesar de no conocer directamente a Jesús sentó las bases de una parte fundamental del cristianismo y de la doctrina de la Iglesia, tampoco compartía el papel que posteriormente se ha otorgado a María, tanto que ni la menciona en sus epístolas.
Si seguimos buscando la verdad, nos encontramos con que la divinidad de Jesús, algo que ahora los cristianos asumen con normalidad y que es la base fundamental de su fe, fue objeto de debate permanente durante los tres primeros siglos del cristianismo (e incluso después). El dogma de que Jesús es Dios se decidió definitivamente por votación, en el año 325, en el Concilio de Nicea. Este concilio ecuménico (unificador de doctrina), fue promovido por el emperador Constantino para acabar de una vez por todas con las disputas que generaba esta cuestión. Curiosamente, Constantino, el emperador que hizo del cristianismo la religión oficial del Imperio Romano para consolidar su poder, murió abrazando el arrianismo, es decir, la doctrina cristiana perdedora en Nicea que negaba la naturaleza divina de Jesús. El Espíritu Santo, que acabó conformando la Santísima Trinidad, se añadió después, en el Concilio de Constantinopla, en el año 381.
También la creación de templos como lugares de culto donde celebrar la misa es un invento posterior. No es hasta el siglo III que los lugares de formación religiosa y de reunión que los cristianos utilizaban una vez finalizadas las épocas de persecución acabaron por convertirse de manera natural en lugares de culto. Y una vez más es Constantino el que a mediados de ese siglo inicia la construcción de iglesias, como centros de poder, a lo largo y ancho del Imperio. Está documentado que durante los primeros siglos los cristianos oraban en privado, tanto por razones de seguridad como porque así se especificaba en los Evangelios (en Mt 6, 5-7 Jesús dice claramente que orar en público en las sinagogas es hipócrita, y que lo correcto es orar en privado “en tu cámara, cerrada la puerta”). Pablo también renegó de los templos, aunque por otro lado fue el creador del rito de la Eucaristía (base de la Misa actual). Estas verdades contradicen radicalmente las recientes afirmaciones de Benedicto XVI según las cuales "no se puede seguir a Jesús fuera de la Iglesia" y "no se puede seguir a Jesús en solitario".
Busquemos también la verdad sobre la legitimidad que ostenta el Obispo de Roma (es decir, el Papa) para ser cabeza de la Iglesia. Únicamente se basa en una frase en los Evangelios (concretamente, Mt 16, 18, donde Jesús, en la ciudad de Cesárea, le dice a Simón aquello de “tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”) y en el hecho de que la Iglesia considera que Simón-Pedro murió en Roma tras ser el patriarca de los cristianos en la capital del Imperio. A pesar de la importancia de esta cuestión, ningún otro texto evangélico hace referencia al nombramiento de un encargado de dirigir a la comunidad cristiana (en el supuesto, más que dudoso como se ha dicho antes, de que Jesús se hubiera planteado fundar una nueva religión que durara en el tiempo). De hecho, en Lucas y Marcos, dónde se recoge el mismo episodio de Cesárea (en Juan no se menciona), se omite esa delegación expresa a Simón-Pedro. La historia posterior confirma la inexistencia de esa supuesta sucesión. De hecho, a la muerte de Jesús es su hermano Santiago (porque Jesús tenía varios hermanos, tal y como se menciona en diferentes pasajes de los Evangelios) quien se hace cargo del liderazgo de la comunidad cristiana originaria, la llamada Iglesia de Jerusalén (al menos es lo que se cuenta en Hechos de los Apóstoles, la única fuente de esos primeros años). También en esa época Pablo se enfrenta abiertamente a Simón-Pedro por cuestiones doctrinales, lo que sería imposible si este fuera la cabeza de la Iglesia. Por otro lado, no hay ninguna evidencia de que Simón-Pedro estuviera alguna vez Roma (ni de que muriera en ella). De hecho, todos los datos apuntan a lo contrario (por ejemplo, Pablo, al final de su epístola a los Romanos, considerada auténtica, manda saludos a diferentes personas que se encuentran en esa ciudad, y no menciona a Pedro). La legitimidad del Papa, pues, queda radicalmente cuestionada.
En resumen, a la que busquemos realmente la verdad descubrimos que los cimientos del cristianismo y de su Iglesia no se sostienen. Si Benedicto XVI es consecuente y, como dice, no teme a la verdad, debe asumir que todo el entramado de creencias y ritos del cristianismo son fruto del hombre. Algunas veces, como consecuencia de un determinado proceso histórico, el cristianismo tuvo la suerte de estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. En otras,  la Iglesia tuvo la inteligencia (y la malicia) de tejer una serie de dogmas que favorecían a sus intereses, especialmente a partir del siglo III, después de su alianza con el poder imperial. Pensemos que la Iglesia, como organización, ha sido capaz, incluso, de modificar los 10 Mandamientos. Puede parecer increíble, pero es fácilmente comprobable. Sólo hace falta coger una Biblia y leerlos en el texto original (Deuteronomio 5, 7-21) para compararlos con los de cualquier catecismo católico: entre las muchas diferencias destaca la “desaparición” del 2º mandamiento (el que prohíbe hacer y adorar imágenes) que provoca un desplazamiento del resto de mandatos divinos (así, por ejemplo, no matarás es el 6º mandamiento según la Biblia y el 5º según la Iglesia) y la necesidad de desdoblar el 10º mandamiento bíblico en dos (que se convierten, por arte de magia, en el 9º y 10º del catecismo católico).
Para acabar, sólo queda plantear una pregunta. ¿Cómo es posible que los medios de comunicación no hayan profundizado más en la búsqueda de la verdad acerca del cristianismo y de la Iglesia? Después de asistir al despliegue mediático de la reciente visita papal, no deja de sorprender ese vacío informativo. Es cierto que, de vez en cuando, hemos podido ver, en algún canal televisivo minoritario, la emisión de documentales que tratan sobre los orígenes del cristianismo o de dónde surgen los mitos recogidos en la Biblia. También se han tratado públicamente algunos de los errores más manifiestos de la Iglesia (desde la excomulgación de Galileo por decir que la tierra gira alrededor del sol hasta los recientes casos de pederastia ocultados por algunos dirigentes de Roma, Papa incluido). Sin embargo, parece que aún existe una cierta censura a la hora de tratar en profundidad de dónde surgen las creencias cristianas y cómo se articuló la estructura misma de la Iglesia. Hoy en día existen suficientes datos arqueológicos, históricos y científicos que ponen en entredicho a una fe a la que siguen millones de personas y que mueve una cantidad ingente de recursos, y, en teoría, esto es lo suficientemente importante como para ser noticia. Tal vez la causa es que las organizaciones que se configuran en torno al cristianismo son capaces de marcar la agenda política y económica en algunos países (el poder ideológico y mediático que la Iglesia católica aún tiene en España es importante, pero tal vez los cristiano-radicales americanos que conforman el movimiento ultraconservador del Tea Party sea el ejemplo más evidente y peligroso). ¿O acaso existe miedo a cómo puede ser un mundo sin religión?

viernes, 23 de septiembre de 2011

Coherència i treballar plegats (per Siscu Baiges)

Quan en Francesc Trillas em va explicar que estava muntant un Bloc i em va dir que pensava traduir o penjar articles en anglès, vaig pensar que tenia molta moral i que no tocava de peus a terra. Però acabo de viure una experiència que m’ha confirmat la utilitat de l’intercanvi amb gent llunyana, sortejant la dificultat que planteja l’ús d’idiomes diferents.
Tot va començar amb la publicació a “El Mundo” (el llegeixo de franc a la feina, no us penseu que el compri, eh!! The same amb “La Vanguardia” o “La Razón”, per entendre’ns) d’un article titulat “Carta oberta d’un europeu alemany”. L’escrivia un periodista alemany, Clemens Wergin, que convidava els lectors a “participar en un debat paneuropeu” al seu Bloc. Com que m’havia empipat bastant l’article, per la seva reiterativa i avorrida musiqueta que els alemanys penquen, els europeus del sud, no, i que, per tant, no és just que l’economia de la Unió Europea s’aixequi amb els diners dels alemanys, em vaig decidir a escriure-hi.
Em va sortir una vena patriotera (del sud d’Europa) i li vaig dir de tot. L’home va replicar dient que no m’havia llegit el seu article. A part d’això, però, vaig veure que hi havia un bon grapat d’articles, amb opinions contraposades, i amb un to seriós i, sovint, constructiu, la qual cosa no és massa habitual als comentaris que la gent sol fer a Internet.
I he pensat que la via és bona, que cal potenciar-la i treure-li profit. Que el Bloc d’en Trillas s’hauria de coordinar amb blocs d’altres periodistes, economistes, polítics i analistes polítics, per compartir propostes i idees per sortir del panorama apocalíptic i trist en què ens movem els darrers mesos i anys.
Si cadascú només llegeix els seus diaris o es mira els Blocs del seu país, malament confeccionarem la proposta alternativa i comuna que Europa necessita. I no només Europa. Davant les dificultats, s’exciten les discussions. Ja he dit que fins i tot jo he pecat de patriota “pigsero”.
Per cada alemany que convencem que està en el mateix barco que nosaltres i que les despeses del seu país d’avui són els ingressos o les progressos de demà, avançarem un pas ferm més cap a la fi d’aquesta comèdia-tragèdia en què ens han embarcat els taurons de les finances i els especuladors de la Borsa i els productes bancaris.
No deu ser fàcil, crear aquest macro-Bloc de l’intercanvi d’idees i propostes entre gent de tot arreu, començant per la dels països de l’euro, però cal apuntar en solucions d’aquest estil. Mentre els ciutadans continuïn bombardejats al seu país amb missatges que presenten els espanyols com a dormilegues, els grecs, com a corruptes, els italians, com uns vividors, els portuguesos, com uns ganduls, els alemanys, com uns treballadors infatigables, i els anglesos, com uns païos distants i sense sentiments, no anirem bé!
L’ideal seria tenir un mitjà de comunicació potent, una televisió que compartíssim tots els europeus, i que no es limités a la cultura del canal “Arte”. Tenim una moneda comuna. Una televisió comuna ens ajudaria molt a estimar-nos en comptes de passar-nos les culpes dels uns als altres. Mentrestant, un Bloc comú podria ajudar.
T’hi veus en cor, Francesc?

martes, 20 de septiembre de 2011

Coherència, Siscu i Ricard (per Francesc Trillas)

En un moment de grans incerteses i després d’anys de buit ideològic o de recerca de prioritats culturals o valòriques (el “zapaterisme”), buscar un referent en uns valors forts i contrastats (els de la social democràcia o el socialisme democràtic) pot contribuir a refer un consens entre sectors amplis de l’esquerra.  Amb un discurs comú és més difícil caure en contradiccions entre esferes que són clarament interdependents, que no són separables (el grau i la forma de catalanisme condicionen la dimensió social, la reforma organitzativa dels partits condiciona la capacitat de tenir una majoria per la justícia social). Existeix la necessitat de tornar a posar com a objectiu fonamental la igualtat d’oportunitats econòmiques i la justícia social. Això té tres implicacions:
i) Les qüestions econòmiques i socials són prioritàries en l’acció socialista. Això vol dir a l’hora tenir un projecte diferenciat (de la dreta, de l’ortodòxia econòmica) en el terreny econòmic i social, i a la vegada que aquest projecte sigui rigorós i responsable (no n’hi ha prou amb dir que els mercats són dolents). L’actualització del gran assoliment històric que és l’estat del benestar ha de ser el punt central del discurs (això no ho pot fer Equo ni IC perquè l’estat del benestar no l’han construït ells). Els països amb més estat del benestar (els nòrdics) són països oberts al mercat, no tancats.
ii) El nostre discurs catalanista ha de ser un discurs social. El nostre catalanisme és diferent del de la dreta. Som catalanistes perquè som federalistes i perquè el català ha estat històricament perseguit. Com a federalistes i socialdemòcrates creiem que una societat més justa al segle XXI s’ha de construir sobre sobiranies compartides i solapades: hem d'estar disposats a parlar-ne, sobre la base de l’objectiu de fer una societat més solidària i fraternal (a dintre i respecte als altres).
iii) les estructures de la política han de canviar, no per un gust ingenu per l’assembleïsme i la democràcia directa, sinó per tenir instruments més eficaços al servei dels sectors més vulnerables de la societat. Els partits han de ser un bé col.lectiu de qualitat. Ara no ho són.
En Siscu Baiges i el Ricard Torrell ofereixen les seves pròpies perspectives sobre aquestes qüestions en aquest vídeo.


¿Se puede aplicar a todo el sentido común? (Por Pedro Alas)

Hoy mi amigo Rafael Santandreu es entrevistado (con ocasión de la reciente presentación de un libro suyo) en la contraportada de La Vanguardia, la mejor sección de este lamentable diario de derechas. Estoy muy de acuerdo en todo lo que dice: a menudo, nos preocupamos en exceso, y si viéramos las cosas en términos relativos, comparando nuestras pequeñas preocupaciones con la inmensidad del universo, desaparecerían las angustias y las depresiones. Rafa: eres el mejor psicólogo de bolsillo y buscaremos tu sabio consejo cuando nos sintamos apesadumbrados. Pero mi amigo y yo tenemos desde hace un tiempo una pequeña discrepancia: su reciente apuesta por el decrecimiento económico, de la que se hace eco el entrevistador en la presentación de la sección. Parecería que es tan de sentido común recetar el decreciemiento como es de sentido común recetar sacarse peso de encima en nuestras preocupaciones de la vida cotidiana. Sin embargo, a diferencia quizás de los fenómenos psicológicos individuales, los fenómenos sociales son a menudo de una complejidad para la que el sentido común no siempre está bien equipado. Los grandes fenómenos sociales y naturales son complejos y no lineales (no siempre los fenómenos van en la misma dirección a la misma velocidad, ni las causas y efectos son fácilmente dibujables en un gráfico en dos dimensiones). Hoy la mayoría de la humanidad necesita crecimiento para crear empleo, pagar las pensiones, mantener y expandir donde no existe el estado del bienestar. También hace falta crecimiento para luchar contra el cambio climático (una lucha costosa económicamente), cuyas consecuencias sufrirán más los más pobres. No nos podemos permitir el decreciemiento. Lo que hace falta es otro crecimiento.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Un congrés diferent (per Francesc Trillas)


Ahir l'Agrupació del PSC de Sarrià va aprovar, a proposta meva (gràcies companys) fer arribar al XIIè Congrés del PSC la següent proposta "Per una nova estructuració dels congressos del partit":

En el debat pre-congressual del PSC s’ha posat de manifest una voluntat generalitzada de reformar les estructures organitzatives del partit, per fer-lo més obert a la societat i més eficaç a l’hora de contribuir a vertebrar una majoria progressista a la Catalunya d’avui.

El nucli fonamental de l’estructura organitzativa del partit és el Congrés del partit, el seu màxim òrgan de decisió. Si es vol reformar de veritat l’estructura organitzativa del partit, això no es pot fer sense reformar el que avui és el seu màxim òrgan. El Congrés del partit, tal com avui està concebut, ha de decidir en tres dies tota l’estratègia política del partit, així com els seus màxims dirigents. Això ho fan una minoria dels afiliats, escollits de forma representativa per assemblees presencials dels mateixos a les agrupacions locals. La representativitat però és baixa. Cada delegat representa un gran número de militants, que difícilment poden influir, però, en el comportament dels delegats al congrés.

Les esmenes que es discutiran en el XIIè congrés del partit recullen algunes d’aquestes preocupacions. La contradicció és però que el mateix òrgan que es considera a reformar haurà de decidir sobre aquestes esmenes. Aquesta vegada, a més, el reglament i representativitat del congrés, s’han decidit amb criteris més restrictius en comparació amb el congrés anterior, cosa que ha generat la crítica de diversos sectors del partit.

Per resoldre aquesta contradicció, es proposa que el Congrés mandati a la nova Comissió Executiva del partit sortida del Congrés a nomenar, en el termini de dues setmanes després del Congrés, una Comissió encarregada d’elaborar una Nova Proposta sobre el Congrés del partit, que inclogui un nou reglament de congressos. Aquesta comissió estarà formada per 5 militants del partit i tindrà un president-a, i haurà de completar les seves tasques en el termini d’un any.

Al llarg d’aquest any, aquesta comissió investigarà les millors pràctiques internacionals i consultarà amb experts acadèmics i professionals, així com amb dirigents i antics dirigents del partit als diferents nivells. La proposta que realitzi aquesta comissió haurà de tenir com objectiu elaborar un disseny del que és un procés congressual (no necessàriament limitat a tres dies, sinó que pot ser un procés descentralitzat que culmini amb una trobada final) amb l’objectiu de contribuir a fer del partit un bé col.lectiu de qualitat al servei d’una majoria de progrés a Catalunya. La proposta serà sotmesa al Consell Nacional del partit, que procedirà a la ratificació, si és el cas, de la proposta que realitzi aquesta comissió.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La falacia de los grandes hombres: tres ejemplos (por Pedro Alas)

Es frecuente en la opinión pública y los debates mediáticos tener gran fe en el rol de los grandes hombres, pensar que ellos lo explican todo o casi todo. Es un sesgo más de nuestro comportamiento psicológico ante la complejidad y la incertidumbre. Pensamos que el Holocausto fue culpa sólo de Hitler, olvidando todo un proceso social por el que gran parte de los alemanes reaccionaron ante fenómenos como las reparaciones de guerra y la hiperinflación. Hitler fue endógeno. Lo mismo vale para los grandes hombres en positivo: Maragall fue un gran alcalde de Barcelona, pero recibió la suerte olímpica y nadó sobre una ola colectiva. Hoy seguimos esperando mucho de los grandes hombres o exagerando su contribución. Tres ejemplos:
1) Jordi Pujol. Se ha puesto de moda, también entre los socialistas catalanes, hablar bien de la "época de Pujol" ese hombre "de país" de visión amplia, no como sus herederos. Como si Banca Catalana, Estivill, Piqué Vidal, Prenafeta, Millet, no hubieran tenido nada que ver con él, y la burguesía que lo apoyó. Como si no hubiera desaprovechado la ocasión de hacer de la Generalitat una administración moderna al servicio de una sociedad, y no de un partido. O de TV3 una televisión pública neutral ejemplar, o de la administración territorial algo útil y no unas canongías para colocar a apratchiks de CiU. O no hubiera sido nunca nombrado "Español del Año" por el ABC ni hubiera reciclado a 40 alcaldes franquistas.
2) Josep Guardiola. Ahora admirado por toda la clase política, como si no tuviera algo de inquietante en todas partes el acercamiento del mundo del fútbol a la política. O como si Guardiola no hubiera estado nunca implicado en un caso de dopaje (y absuelto, como tantos atletas y ciclistas de los que seguimos dudando); no hubiera prestado sus servicios de imagen a la candidatura dudosísima de Qatar para organizar un Mundial de fútbol; o no tuviera un hermano haciendo labores de representación de futbolistas de su plantilla. Y como si no fuera algo de suerte heredar un equipo cuyos componentes ya estaban en lo básico cuando él llegó y ya le habían dado a España una Eurocopa con otro entrenador. Es trabajador y un buen entrenador, pero no es el único ni lleva tanto tiempo haciendo bien su trabajo como otras personas en sectores que concentran mucho menos dinero.
3) Zapatero, ahora culpable de todo, antes la gran esperanza. Pues ni lo uno ni lo otro. Cuando empezó y todo el mundo hablaba de "una nueva forma de hacer política" ya mostraba sus graves carencias en política internacional y economía. Ahora que son obvias, está actuando con más sentido de estado que lo que harían otros, o es que es creíble que alguien haría otra cosa que hacer lo que digan nuestros socios europeos.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Un bon moment per recordar Badalona (per Francesc Trillas)

Aquest cap de setmana he coincidit amb dues persones que han estat col.laborant amb el socialisme badaloní en els darrers anys. Algun politòleg podria fer una tesi doctoral sobre el cúmul de circumstàncies que ha portat a la tercera ciutat de Catalunya a ser governada per un Alcalde del PP després d'una campanya electoral dominada per un discurs obertament racista. Entre aquest cúmul de circumstàncies segur que també hi ha greus errors i mancances dels propis socialistes, no només de l'època més recent, tot i que també d'aquesta.
Però això no distreu d'un fet perfectament veritable i constatable: Convergència i Unió tenia a les seves mans evitar que Badalona, la tercera ciutat de Catalunya, tingués un alcalde del PP i no ho va impedir. CiU té altres aliances amb el PP, a la Diputació de Barcelona, i al Parlament de Catalunya (en aquest darrer cas, de forma menys permanent i explícita, però no menys real). En els casos de la Diputació i de l'Ajuntament de Badalona, i sobretot en aquest darrer cas, l'aliança és ben explícita: el PP té quotes de poder importantíssimes a la regió de Barcelona gràcies a CiU.
Per raons demogràfiques i sòcio-lingüístiques òbvies, on es juga el futur de la llengua catalana i on es juga més la convivència entre ciutadans de Catalunya i les llengües que aquests utilitzen és a l'Àrea Metropolitana de Barcelona. A aquest futur i a aquesta convivència els alcaldes i regidors del PSC hi han prestat uns serveis impecables des de 1979 (des del meu punt de vista, una fita que justifica l'existència del PSC i fa que les moltes mancances d'aquest partit quedin en un segon pla). CiU ha preferit que el PSC deixés d'estar en aquestes institucions posant en perill aquesta convivència i aquest futur. Ho dic perquè ara tot són planys i exageracions sobre el risc que corre la immersió lingüística (un sistema que per a mi hauria de tenir una aplicació més flexible, però que em sembla raonable sempre que posi per davant la concepció de Catalunya com un sol poble). Quan els dirigents de CiU diuen que el seu pacte amb el PP té marcada una línia vermella (la del model lingüístic) menteixen, almenys fins ara. Aquesta línia vermella ja la van superar ells mateixos després de les eleccions municipals, com es demostra ara que els dirigents del PP no se senten en absolut vinculats a cap condicionant respecte al model lingüístic (com no se senten vinculats a cap condicionant respecte a la immigració).

viernes, 2 de septiembre de 2011

Camila Vallejo y la Gratitud Nacional (por Cherie Zalaquett [1] desde Santiago de Chile)


         Yo fui a saludar la marcha, muy cerca de mi casa, en Alameda con Cumming, justo en la esquina donde está la Iglesia de la Gratitud Nacional. Al principio había confusión, la gente marchaba hacia arriba por la Alameda y luego se devolvía, otros compraban empanadas, dobladas, limones... Había fotografías pegadas en las paredes con el letrero SE BUSCA: Ena Von Baer[2]; "Amargo" Gomez Pablos[3], Hinzpeter[4], el guatón Ubilla[5]...
         La aparente dispersión se ordenó cuando llegó Camila Vallejo. Venía rodeada de cámaras, no la dejaban avanzar, parecía una estrella de rock, una top model. Pero ella no actuaba como estrella, sino como la líder social que es, la más grande de Latinoamérica. Con su figura pequeña y su argolla en la nariz, quería hablar a la multitud que se congregó a su alrededor aclamándola ("Camila, resiste; Camila, que nunca te cambien").
         No había escenario, ni siquiera micrófono. Entonces, sus compañeros la encaramaron sobre sus hombros y ella empezó a hablar equilibrándose en el aire, apenas sostenida por otros cuerpos jóvenes; alguien le pasó un megáfono, mientras arriba, en el cielo, sobrevolaba un helicóptero policial, con ese siniestro zumbido de la dictadura.
         La carismática líder -comparada por los diarios de Europa con el subcomandante Marcos; objeto de la confesión de amor del vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera-  llamó a la necesidad de sumar todas las fuerzas, convocó a hacer confluir todos los movimientos (estudiantiles, trabajadores, ambientalistas, mapuches, políticos) en una gran convergencia social que pueda derrotar este modelo neoliberal e impulsar los cambios institucionales que Chile necesita.
         Como diría el poeta Diego Maquieira, "¡Fue precioso verla...[tan frágil, pero a la vez tan potente al borde del]...acantilado". Ella, con el desprecio a las sotanas y a los privilegios de la clase política; con la altivez de una joven que se empina en la inmunidad al miedo, está rescatando a este país de borregos del pozo oscuro y de la  condición de esclavitud al mercado en que hemos vivido durante 30 años.
         Un par de horas después, cuando ella ya no estaba y la marcha se disgregaba en distintas columnas por la Alameda hacia Estación Central, por Cumming, por República...algunos prendieron fuego a la Iglesia de la Gratitud Nacional. Los medios de comunicación presentaron las imágenes del hecho como puro vandalismo.
         Nadie recordó que ésta fue la iglesia que celebró el primer Te Deum de la Junta Militar  después del golpe[6].

(Paro de la CUT, 25 de agosto)


[1] Cherie Zalaquett es periodista, escritora y doctoranda en Estudios Americanos en la Universidad de Santiago de Chile
[2] Ex ministra vocera del gobierno de Sebastián Piñera y actual senadora designada
[3] Conductor del noticiero de Televisión Nacional de Chile
[4] Actual ministro del Interior
[5] Subsecretario del Interior
[6] Después del golpe, por la desconfianza de la junta Militar hacia el cardenal Raúl Silva Henríquez por su amistad con Allende y por la tensión del momento solicitaron el 13 de septiembre que, por razones de seguridad, el tradicional TE DEUM de fiestas patrias se realizara en una unidad castrense: un regimiento o el recinto de la escuela militar. Además, se invitó a monseñor Silva Henríquez a efectuar una visita formal a los comandantes en jefes. El cardenal concurrió a la reunión en el ministerio de Defensa, mas rechazó categóricamente efectuar el TE DEUM en un recinto militar, aduciendo que ello sería dañino tanto para la Iglesia como para los militares. En cambio, ofreció como alternativa el templo de la Gratitud Nacional por las Glorias Militares, frecuentemente utilizado para ceremonias cívico-militares. El 18 de septiembre se ofició el TE DEUM en el templo acordado, con toda la solemnidad tradicional.

jueves, 1 de septiembre de 2011

México 1997-2011 (por Francesc Trillas)

Visité México por primera vez en verano de 1997. Este mes de agosto regresé a las mismas ciudades (Guadalajara y México), catorce años después. Lo mejor de México siguen siendo los mexicanos, su simpatía y su creatividad. El país está en una situación difícil, por la inseguridad que se vive en muchas regiones. Aún así, pese a la acción de bandas armadas de narcotraficantes, el país no está en guerra en el sentido de ver su infraestructura amenzada por bombardeos o tener paralizada la actividad económica.
La economía mexicana crece poco, pero goza de mayor estabilidad que en el pasado. Las desigualdades siguen siendo muy agudas, y visibles.
Paradójicamente, en este contexto, he encontrado la Ciudad de México bastante mejorada en relación a mi anterior visita. La capital se ha beneficiado de importantes inversiones privadas e iniciativas públicas, bajo los gobiernos municipales del PRD. La contaminación ha disminuido (han cambiado la flota de taxis, e introducido distintas normas para reducir la contaminación vehicular) y la sensación de seguridad ha aumentado, sin ser absoluta. Cuentan que el empresario Carlos Slim llegó a acuerdos con los gobiernos locales del PRD para comprar gran cantidad de inmuebles en el centro del DF a cambio de un aumento de la seguridad y una reducción de la venta ambulante. El peso de la gran empresa en México sigue siendo enorme. Artículos recientes en The Economist y un libro del politólogo Elizondo recetan como principal medida para desarrollar la economía el aumento de la competencia en los mercados. Pero lo cierto es que las grandes empresas solucionan problemas y crean ciertos oasis de seguridad (centros comerciales, aeropuertos, hoteles) en contextos donde el estado no cumple con su misión. Poner en riesgo la primacía de los grandes mastodontes empresariales debería ir acompañado de la construcción de un estado moderno. Tras la pérdida de poder del PRI en 2000, parece que la cadena vertical de control clientelar politico-económico se ha debilitado, y el narco-tráfico violento sería una manifestación de la lucha por el control. Hoy precisamente han salido a la luz nuevas noticias de la relación entre políticos y narco-traficantes en Monterrey.
Y si se acercan a México DF, no dejen de disfrutar de una comida o de un café en una de las librerías El Péndulo.