El lunes pasado en
Madrid, el dirigente de Podemos Juan Carlos Monedero expresó su apoyo a una
España federal que se refleje en una nueva constitución. Aunque hubiera sido
deseable que acompañara sus argumentos con una expresión de apoyo a una Europa
unida y democrática parecida a las que suele hacer su colega griego Alexis
Tsypras, no cabe duda de que se trata de una muy buena noticia. El dirigente
griego no tiene mucha paciencia para la autodeterminación de cualquier
territorio de Europa que se crea con fuerza para pedirlo, porque entiende
perfectamente que de lo que se trata es que la soberanía cada vez se traslade
más hacia una Europa democrática. Democracia no es necesariamente someterse
a binarismos excluyentes y empobrecedores,
sino avanzar por el camino de una segunda laicidad, como decía ayer Rafael Jorba en La Vanguardia, que nos permita convivir y
resolver problemas de forma solidaria.
A partir de ahora
esperemos encontrarnos con los amigos de Podemos en los foros donde se habla de
los retos de la socialdemocracia y del federalismo (por ejemplo en la
conferencia sobre Economía Progresista organizada por el partido socialista
europeo que tendrá lugar el próximo mes de marzo en Bruselas), discutiendo
documentos seguramente muy mejorables, como los que hemos escrito sobre el
proyecto económico de la socialdemocracia o sobre la economía de una España plurinacional. También será un placer discutir con ellos sobre los retos de la
regeneración democrática, porque también en este caso creo que hay más que aprender
de los países nórdicos, que encabezan todos los ránkings de transparencia y de
lucha contra la corrupción, que de países como Venezuela. Los socialdemócratas
que admiramos desde siempre el modelo nórdico pero que también aspiramos a una
Europa unida soberana y democrática estaremos encantados de discutir con nuevos protagonistas
el nada fácil problema de cómo avanzar democráticamente hacia adelante, hacia
la agregación democrática, en lugar de hacia la fragmentación y el
enfrentamiento.
Lo digo con cierto
retintín, pero también con cierta esperanza. La socialdemocracia y el
federalismo necesitan ampliarse con savia nueva, y responder a las exigencias
de sectores que no se ven identificados con la política tradicional. No creo
que haya mucha vida fuera de la socialdemocracia y el federalismo (debidamente
actualizados para afrontar los retos del siglo XXI, como el cambio climático),
pero sí creo que hay mucha vida fuera de las organizaciones socialdemócratas y
federalistas. Con Podemos (y no sólo
con ellos, por supuesto), hablemos.