viernes, 28 de junio de 2013

Reformas progresistas y equilibrios socio-políticos

En la elaboración de un actualizado proyecto económico de la socialdemocracia, la tradición igualitarista que mejores resultados ha dado en términos de bienestar, debería jugar un papel muy importante el planteamiento de reformas progresistas. Es decir, introducir una serie de cambios para hacer viable el estado del bienestar y conseguir cotas más altas de eficiencia y equidad. Sin embargo, a menudo no basta con plantear cuáles tienen que ser las reformas, si éstas van a enfrentarse a serios obstáculos en cuanto a costes económicos o políticos. Por ello, es muy importante plantearse, simultáneamaente a la realización de las propuestas, qué reformas complementarias o qué elementos de negociación pueden ofrecerse para reducir el coste económico y político de las reformas progresistas. Dos ejemplos pueden hallarse en las propuestas para aumentar la presión fiscal y las propuestas para aumentar la "flexiseguridad" del mercado laboral. En cuanto a la presión fiscal, es conocido que la mayoría de los impuestos tienen un coste en términos de eficiencia. Sin embargo, esta distorsión ineficiente no es inmutable o exógena, sino que se puede operar sobre ella. Por ejemplo, la distorsión causada por los impuestos es mayor cuanto mayores sean las distorsiones pre-existentes en un mercado. Una de estas distorsiones pre-existentes puede ser la existencia de poder de mercado. En consecuencia, reduciendo el poder de mercado, es decir, aumentando la competencia en un mercado, es posible reducir el coste en términos de eficiencia de los impuestos y de este modo aumentar la presión fiscal. En cuanto al mercado laboral, la flexiseguridad consiste en reducir la protección en el puesto de trabajo a cambio de facilitar la permanencia en el mercado laboral con mejores incentivos y capacitaciones para volver a entrar en el mismo rápidamente o para cambiar de empleo o de forma de llevarlo a cabo dentro de la misma empresa. En España, la propuesta del contrato único va en esta dirección, pero ha sido rechazada por los sindicatos y por los partidos políticos, pese a ser recomendada por muchos economistas de prestigio. Quizás acompañando la propuesta con elementos complememntarios, como mejores políticas formativas para los trabajadores, propuestas de participación de los trabajadores en la dirección de la empresa, o una reforma fiscal favorable a las rentas del trabajo, será posible vencer las resistencias existentes, y a la vez alcanzar cotas mayores de eficiencia y equidad.

domingo, 23 de junio de 2013

Benvinguts al món real

Avui sembla que el diari La Vanguardia culmina la baixada del burro que ve protagonitzant des del dia de reflexió previ a les eleccions del passat 25 de Novembre, quan va arribar a recolzar una manifestació fracassada a la Plaça de Sant Jaume en suport d’Artur Mas. Una aturada d’ase després d’una acceleració de les proporcions viscudes no és un exercici que es pugui realitzar sense patir alguna estrebada tot fent equilibrismes, és clar. És el que li succeeix al periodista Jordi Barbeta, que avui argumenta que a CiU li queden dues opcions. O bé arribar fins a les últimes conseqüències en la retòrica encara dominant en els cercles nacionalistes: convocar una consulta independentista il·legal que seria prohibida, i tot seguit convocar eleccions “plebiscitàries” amb un únic punt, la independència per reclamar “ampara internacional”, assumint la sortida d’Unió de la coalició i potser de sectors moderats de CDC. O bé acceptar la via moderada de Duran Lleida, i admetre que l’única consulta possiblement autoritzable seria una que preguntés si la ciutadania “recolza que el Parlament de Catalunya impulsi les reformes legislatives necessàries perquè els ciutadans de Catalunya puguin decidir sobre el seu futur”. Barbeta creu que això conduiria a una reforma constitucional en clau federal que seria “liderada” per CiU, però que comportaria lògicament el trencament amb ERC. Em pregunto com s’ho farà el que quedi de CiU per dur a terme qualsevol de les dues sortides que albira Barbeta. Respecte a la primera, em pregunto qui mínimament sensat de CDC pot creure’s realment que Catalunya pot demanar “ampara internacional” a algú: s’està vulnerant algún dret humà fonamental a Catalunya? Hi ha algún col·lectiu ètnic sistemàticament marginat? Després dels darrers viatges d’Artur Mas a Brussel·les, segur que no serà l’actual president qui es cregui que la petició d’ampara internacional pot tenir algun futur. Fins i tot ell es deu adonar que tot ridícul té el seu límit. Respecte a la segona sortida albirada per Barbeta, em pregunto com pot CiU liderar la proposta del PSC i del gruix de l’esquerra catalana: és a dir, una reforma de la Constitució en clau federal. Els qui ens vam pronunciar amb claredat abans del 25 de novembre per una sortida federal no vam rebre precisament una felicitació per part de cap dirigent de CiU, ni de Barbeta, quan vam sortir a la llum pública. Si s’han fet federalistes, que signin la nostra crida, que demanin perdó al poble de Catalunya per intentar enganyar-lo i que es posin a la cua. Francament, em plantejo si els ciutadans que hem mantingut la sensatesa en tot moment en aquest “procés” no hauríem de tenir una prima d’alguna forma, no ho sé, en forma de rebaixa d’impostos o alguna cosa (és broma).

viernes, 21 de junio de 2013

Document de reflexió per una Catalunya sense fronteres

Els 100 primers signants de la Crida per una Catalunya Federalista i d'Esquerres que es va fer pública la passada tardor vam tenir recentment una reunió convocada sobre la base d'un document de reflexió. La setmana passada alguns periodistes i columnistes es van fer ressò de fragments aïllats d'aquest document.
El document comença així:
"Transcorreguts uns mesos des que vàrem donar a conèixer la Crida a la Catalunya federalista i d’esquerres, pensem que ha arribat l’hora de fer un pas més i constituir formalment un moviment cívic que aplegui a tots aquells ciutadans i ciutadanes partidaris de la unió en llibertat amb els altres pobles d’Espanya i decididament contraris a aixecar noves fronteres.
Un moviment cívic europeista i federalista, que parteix de la base que tots els éssers humans tenim els mateixos drets, però que, malauradament, formem part d’un món amb un ordre social injust, amb greus problemes comuns, com les desigualtats creixents o la degradació medioambiental. I que no és aliè al fet que a Europa estem experimentant des de ja fa uns anys un procés regressiu que ens duu a la minva o desaparició de les societats del benestar. Un moviment organitzat de ciutadanes i ciutadans respectuós amb el paper de les institucions representatives i dels partits polítics, però que es proposa defensar enèrgicament la justícia social i la raó democràtica. Un moviment que es remet a una llarga tradició, la tradició federalista, i que pren com a referència l’experiència de països prou rellevants que han fet compatible la solidaritat i la diversitat".
Podeu llegir el document complet aquí.

domingo, 16 de junio de 2013

¿Otra solución milagrosa para el problema de los partidos políticos?

El artículo de Antonio Estella de Noriega (un colega mío doctor del Instituto Universitario Europeo de Florencia) de hoy en El Pais empieza muy bien, diciendo que más que con regulación de lo que tienen que hacer (por ejemplo, mediante la ley de partidos recientemente propuesta en un manifiesto), los problemas de los partidos se solucionarán por la competencia entre ellos por dotarse de formas organizativas que contribuyan al producto final que eligen libremente los ciudadanos. La democracia total interna no tiene por qué ser la mejor forma de resolver los problemas de los ciudadanos, que es en lo que compiten los partidos políticos. Hay empresas internamente más democráticas que otras, y todas compiten por resolver mejor los problemas de los ciudadanos. Lo mismo con las iglesias y otros tipos de organización. Una democracia mejor a veces requiere que la democracia no sea máxima, porque no podemos resolver de forma coherente todos los problemas si todo se somete permanentemente a votación (si fuera así, votaríamos maximizar el gasto público y minimizar el pago de impuestos, algo claramente incoherente). Sin embargo, hacia el final del artículo, Antonio Estella parece que no puede reprimirse y cae él mismo en la tentación de proponer la prescripción externa de la limitación de mandatos porque considera que los políticos que tenemos en España son de muy mala calidad. ¿Por qué no aplicarse su propio argumento y dejar que sean los partidos quienes se diferencien también en eso y sean los ciudadanos quienes elijan? En realidad, han surgido algunos nuevos partidos últimamente, y en general han elegido nuevos políticos (no siempre, Rosa Díez no es muy nueva), algunos mejores y otros peores que los antiguos. El argumento parece dar por supuesto que hay un pool de potenciales políticos que pueden hacerlo mucho mejor que los actuales. ¿De dónde saldrá este pool, de los firmantes de manifiestos y articulistas de los diarios, que de momento se sitúan au dessus de la mélé? ¿O más bien los nuevos políticos saldrán de entre actores medio famosos, empresarios con problemas legales, oportunistas aprovechados y ex deportistas con mono mediático? A mi me parece más bien que los actuales políticos son un reflejo del capital humano disponible, y que entre ellos los hay buenos, malos y regulares. Si se hubiera aplicado una limitación de mandatos como solución universal, ¿hubieran llegado a presidentes políticos como Mandela en Sudáfrica, Mujica en Uruguay o Lula da Silva en Brasil? Un caso que yo conozco no hubiera llegado a producirse: si en su momento se hubiera aplicado la limitación a dos mandatos, Pasqual Maragall nunca hubiera sido el alcalde de las olimpiadas de Barcelona. Seguro que en la geografía actual de España hay ejemplos de “viejos” políticos que es deseable que sigan en activo. Me viene a la mente el ejemplo del Alcalde de El Vendrell en Cataluña, el veterano Martí Carnicer, que ha sido varias veces alcalde, tiene una larga trayectoria política y profesional, y en una pequeña ciudad amenazada triplemente por la crisis, el deterioro ecológico y el racismo (no creo que sea una excepción) a mi me parece muy deseable que continúe cuanto más tiempo mejor. Algunos países como Argentina y México, por ejemplo, en sus legislativos precisamente tienen el problema de que la excesiva rotación del personal político impide crear reputaciones, fomentar el compromiso intertemporal y en definitiva crear un contrapeso fuerte de las tendencias a la concentración del poder político en unos pocos que siempre influyen. De verdad, creo que no hay recetas milagrosas. ¿No existiría el riesgo de que los “nuevos” políticos en realidad fueran individuos que van rotando de un partido a otro en busca de fortuna, según soplen los vientos en cada momento, como refleja esta viñeta de The New Yorker? El problema de los partidos políticos en España es grave, sobre todo para la izquierda que los necesita, claro, y no hay otra solución que no sea la lucha lenta y esforzada, de base, por hacer que mejoren.

lunes, 10 de junio de 2013

Tres preguntas sobre el manifiesto por una ley de partidos políticos

Coincido con los firmantes de este manifiesto en que es esencial en España que se produzca una reforma de los partidos políticos. Estos tienen que cambiar por dos razones: porque sus cúpulas tienen un peso excesivo en el sistema institucional español (una presencia excesiva en todo tipo de instituciones, que ha llevado a una mala selección de los dirigentes públicos), y porque como otras organizaciones, tienen que cambiar ante los cambios sociales y tecnológicos. A veces se hacen analogías con las empresas, las más exitosas de las cuales cambian y se adaptan a las nuevas realidades, aunque no puede decirse que la gran empresa haya disminuido su importancia en la economía moderna. Las organizaciones siguen siendo imprescindibles en todas las esferas de la vida social, incluso en Internet. No deja de ser paradójico en este sentido que se hable mucho de la crisis de los partidos pero cada vez proliferen más nuevos partidos (si así llamamos a cualquier tipo de organización que se presente a unas elecciones).
Dicho esto, hay tres cuestiones que me plantean dudas sobre la iniciativa de los firmantes:
1) Si quienes tienen que aprobar la nueva ley son los partidos existentes, cuyas cúpulas se benefician del status quo actual, ¿cuál es la estrategia que proponen los firmantes para que llegue a aprobarse, aparte de divulgar su manifiesto? Es más fácil decir cómo sería un mundo mejor que mostrar un camino para alcanzarlo.
2) Antes de que la ley se apruebe y si por si acaso no se aprueba nunca, ¿qué proponen los firmantes hacer mientras tanto?
3) Suponiendo que la ley que proponen se llegue a aplicar, ¿cómo proponen los firmantes asegurarse de que la letra y el espíritu de la ley se cumpla? Como dice el economista jefe del Banco Mundial, Kaushik Basu, las leyes no son más que tinta sobre papel, y para que se apliquen tienen que ser el punto focal de algún equilibrio socio-político. No sólo con cambios formales se solucionan los problemas: Sabadell fue premiado por Transparencia Internacional por sus formulismos contra la corrupción mientras un juez investigaba una de las principales redes de supuesto tráfico de influencias de Cataluña, y mientras sectores crecientes de la población se referían despectivamente al "estilo Bustos", en referencia al entonces Alcalde.
El contenido de la reforma propuesta va en la dirección correcta, aunque es muy ampliable y algunos de sus puntos podrían ser discutibles, o en algunos casos ya se aplican sin que los problemas de la partitocracia se resuelvan (por ejemplo, como argumenta el autor del libro“Finale de Partito”, las primarias en contextos distintos del norteamericano, pueden servir tanto para ocultar los problemas como para resolverlos). Hay muchas personas que luchamos dentro de los partidos políticos porque estos se democraticen. Y a veces, con grandes esfuerzos y venciendo grandes resistencias (que provienen tanto de los aparatos, como de los que no quieren ensuciar su prestigio social con batallas internas) conseguimos avances que van en la línea de lo que pide el manifiesto, como por ejemplo en el último congreso del PSC cuando se consiguió que el informe de gestión de la dirección se votara en secreto y que se hicieran a partir de entonces primarias ciudadanas. Nos gustaría que muchos intelectuales y académicos de prestigio se arremangaran con nosotros, o con ciudadanos de otros partidos, o que crearan su partido si no están satisfechos con la amplia oferta existente (así de paso sabríamos si son de derechas o de izquierdas, aunque siempre queda mejor ser una figura de consenso), que se mojaran más en definitiva. Claro que asistir a asambleas en horario nocturno o hacer de interventor en las jornadas electorales, aunque crucial para la democracia, es poco visible y da poco prestigio social.  Cuando el sabio catalán Jordi Llovet escribió sobre el autor francés Stephane Hessel, ironizó sobre los títulos de sus libros “Indignaos” y “Comprometeos”, sugiriendo que el último libro de la serie hubiera debido ser: "Formad un partido político, y luchad en los parlamentos democráticamente elegidos, por mal que vayan las democracias parlamentarias".

La fusión de reguladores, un desprestigio para España

El viernes pasado presenté en la Florence School of Regulation mi artículo sobre la fusión de reguladores en España. Todos los comentarios que recibí, por parte de algunos de los principales expertos europeos sobre regulación, fueron de preocupación sobre el empeoramiento de la calidad institucional en España.
Por su parte, la comisaria Neelie Kroes sigue sin estar satisfecha con la propuesta del gobierno del PP de fusionar los reguladores.
El gobierno en las últimas fechas había redoblado su campaña de propaganda, hablando del ahorro de 28 millones de euros que se deriva del nuevo organismo. Curiosamente, esta cifra no se ha alterado desde la propuesta inicial, a pesar de que el gobierno dice que ha introducido numerosos cambios en el proceso de debate parlamentario y de negociación con la CE sobre el proyecto de ley.
El secretario de Estado de Economía que impulsa la reforma se llama también “de apoyo a las empresas”. Ciertamente, las grandes empresas reguladas pueden sentirse apoyadas por este gobierno, aunque deberían reflexionar sobre si tener un gobierno tan claramente comprometido con la inestabilidad institucional les beneficia más a largo plazo a ellas y a su país.
La mayoría de estos ahorros vienen de no crear organismos cuyas competencias alguien tiene que ejercer. Lo que queda de ahorro podría conseguirse por lo menos en parte consolidando competencias en la CMT creando un regulador “convergente” como OFCOM en el Reino Unido, que agrupa la regulación de las telecomunicaciones, el espectro radioeléctrico y el sector audiovisual. Aun así, 28 millones no supondría un gran ahorro; piénsese que hay más líneas de telefónos móviles que habitantes, por mencionar un servicio bajo las competencias del nuevo regulador (vigilar la competencia y regular las tarifas de acceso). Si dividimos el supuesto ahorro por el número de usuarios vemos que este ahorro es de menos de un euro por persona, lo que quedaría fácilmente revertido si, como todos los expertos que se han pronunciado predicen, el nuevo organismo va a estar más capturado por las grandes empresas que la arquitectura actual, y por tanto es de prever que los precios aumenten bajo la presión más eficaz de las empresas. Un borrador con ahorros de costes administrativos imaginados no sustituye un buen análisis coste-beneficio.

miércoles, 5 de junio de 2013

Avanceu (amb seny)

Fa aproximadament un any vaig participar en el llançament del moviment Avancem, i darrerament me n’he apartat una mica perquè vaig notar que em quedava molt en minoria en algunes coses. Però la idea original del moviment a mi em sembla que està vigent, i s’origina en la llavor de renovació profunda i relleu generacional que es va plantar al Raval en l’acte de presentació de la candidatura de Joan I. Elena a liderar el PSC.

Després va venir la manifestació de l’onze de setembre. Entre els anomenats sectors més catalanistes del PSC jo em vaig quedar en minoria, per no dir en solitari, restant a casa aquell dia. Però crec que vaig estar entre la majoria dels votants i militants socialistes que es van quedar a casa. Ens vam quedar a casa perquè som “unionistes”? Sisplau, companys…
El meu catalanisme té dos límits: un, allò que puguin acceptar els treballadors catalans que han nascut en altres terres i que estan compromesos (la immensa majoria d’ells) amb la normalització de la llengua catalana, i per això entre moltes altres raons em sembla tristíssim que s’alimentin polèmiques del tipus “socialistes de Girona contra socialistes de l’Hospitalet” sobre el catalanisme (si fós per qualsevol altre tema no em semblaria malament); i l’altre límit del meu catalanisme, aquell que es pugui explicar a persones d’altres països i aquests puguin entendre. Si el nostre catalanisme supera aquests dos límits, sospito que alguna cosa s’està fent malament, i crec que darrerament s’han superat. El catalanisme també s’ha de renovar.
Avui crec que, mesos després de l’onze de setembre i de les elecions de novembre, qualsevol observador objectiu  pot  constatar que la campanya del dret a decidir (tal com s’ha planetjat) va contra les roques i que l’única sortida viable, i alhora ambiciosa, ha d’estar basada en els principis, la tradició i el model dels països federals. El federalisme no és una cosa del passat: Canadà i Suïssa són el passat? Volem que Europa sigui el passat? No volem que la globalització estigui dominada per una governança progressivament sense fronteres? El federalisme no és una església centralitzada, però no per això podem entretenir-nos massa en debats teològics. Cal abandonar els estereotips i col·laborar, primer entre nosaltres, i amb els braços oberts i esperit de concòrdia amb l’Espanya progressista i il·lustrada (només des del xovinisme i els prejudicis es pot afirmar que aquesta no existeix).
Modestament crec que l’objectiu no ha de ser fer una Syritza a Catalunya, sinó crear una situació on una Syritza no sigui necessària, perquè l’organització de les tradicions polítiques que han donat més benestar a més gent durant més temps (la socialdemocràcia i el federalisme) es reformi per tornar a representar amb solvència els sectors més vulnerables de la societat.  No és una qüestió de, per compensar, parlar una mica més de “l’eix social”. L’eix social és tot: quan s’alimenta el món artificial del sobiranisme dominant s’està contribuint a trepitjar l’eix social, narcotitzant una potencial mobilització de la societat contra el neoliberalisme i la corrupció (i altres atemptats a la democràcia, com el segrest dels mitjans públics audiovisuals) de CiU. El projecte social és deixar de fer el joc al nacionalisme populista i treballar per una proposta institucional que faci possible avançar democràticament i ràpidament cap a una Europa integrada i federal, amb respecte a totes les identitats, amb harmonització impositiva, alta pressió fiscal  i sense escletxes per al frau fiscal. No hi ha millor projecte social que el federalisme.
Seguim necessitant més socialdemocràcia i més federalisme, i no més populisme i més aïllacionisme. Com es diu en francès, de vegades “il faut reculer pour mieux sauter”: de vegades convé parar-se a pensar, i fer un pas enrera, per “avançar” amb més força, amb més gent, i des del seny, no des de la flamarada. Jo de moment, posats a quedar-me en minoria i ser un militant de base incòmode, prefereixo fer-ho directament al PSC, o si estigués a Anglaterra al Partit Laborista, a Alemanya al SPD i a Itàlia al Partit Democràtic, que sé què són i, amb tots els seus defectes, que són molts (i no recents), són millors que les alternatives. I prefereixo dedicar-me també a la mobilització del federalisme, que estic segur que adquirirà més força en els propers mesos. Però a la trobada de Sant Feliu de Codines de fa un any on es va presentar Avancem hi havia molta gent il·lusionada, i em resisteixo a pensar que tot allò serà recordat com una via morta. Avanceu, doncs, però amb seny, i segur que ens anirem retrobant.

martes, 4 de junio de 2013

Zabalza, 1- Mas Colell, 0

Diverses vegades darrerament m'han fet una pregunta d'aquelles que comença amb "tu que ets economista..." Jo quan sento això normalment m'espanto, perquè pressuposa una expectativa del que un economista se suposa que sap, i la meva experiència és que entre el que la gent creu que sap un economista i el que els economistes sabem, de vegades hi ha una diferència molt gran, fruit de les dificultats de comunicació entre l'opinió pública i les disciplines especialitzades (i de la ignorància dels economistes, tot s'ha de dir). La pregunta que m'han formulat repetidament en les últimes setmanes és aproximadament: "tu que ets economista, ens pots explicar això del dèficit fiscal? Com és que hi ha diferents xifres? A qui ens em de creure?" No és un tema de la meva especialitat (sectors regulats, economia política, microeconomia aplicada), però sóc dels que creu que si la societat demanda una cosa d'un sector professional en la formació del qual la societat ha contribuit amb els seus impostos, aquest sector professional s'ha d'esforçar per prestar el servei públic de respondre. Per sort, la feina ens l'ha posat molt fàcil Antoni Zabalza amb l'article que publica avui al diari El Pais. Els seus arguments són tan clars que a partir d'ara li passaré a qui em pregunti el link de l'article, i em quedaré tan ample. L'article desemmascara la demagògia feta fa uns dies pel conseller d'Economia de la Generalitat, Andreu Mas Colell, on donava per bona una xifra que Zabalza demostra que és absolutament irreal, i a més feia demagògia tristament barata i inflamable (impròpia d'un acadèmic de prestigi) plantejant que la xifra que donava pertanyia als catalans i que amb aquests diners la vida a Catalunya seria molt diferent. Estaria bé que Mas Colell rectifiqués, i que abandonés el to tan allunyat del to i saviesa de professor de Harvard que li van donar prestigi.

¿Destruyen valor las conexiones políticas en España?

Gerard Padró i Miquel escribió un intersante post sobre el valor de las conexiones personales en Nada es Gratis. Se refería sobre todo a la investigación académica existente sobre la medición e implicaciones de las conexiones entre políticos y empresas privadas. Incluía entre sus referencias un exhaustivo artículo sobre el valor (positivo y elevado) que tenía para los accionistas haber tenido conexiones empresariales previas con el que iba a ser secretario del Tesoro en la primera administarción Obama, Timothy Geithner. Lo curioso es que en investigaciones parecidas para España, sobre la presencia de políticos en consejos de administración, las empresas privadas no parecen ganar nada con las conexiones políticas en promedio. En todo caso, parecen perder valor con ello, según los resultados de la investigación referenciada más abajo. Puede haber problemas de medición y endogeneidad, y en eso estamos trabajando, pero de momento ni rastro de una correlación positiva como la que se produce en Estados Unidos. En la sección de comentarios al post de Padró i Miquel, realicé la siguiente aportación (y haciendo click en el lugar adecuado se puede consultar la investigación relevante):
"Respondiendo a las últimas preguntas “¿alguien se atreve a especular sobre el valor del enchufismo en España? O todavía mejor ¿tenéis alguna idea brillante sobre cómo estimarlo usando valores bursátiles, sospechas de conexión, y episodios políticos?”, nosotros (Pau Castells y Francesc Trillas) tenemos un paper que de momento es work in progress:
http://www.econ.uchile.cl/uploads/addon/archivo/post/6001/CityPaperCastellsTrillas.pdf
y que desarrolla algo que ya tocamos en nuestro artículo publicado en Series
http://link.springer.com/article/10.1007/s13209-011-0080-5
También está bastante del material en la tesis de Pau Castells: http://tdx.cesca.cat/handle/10803/98340"