domingo, 26 de marzo de 2023

Todas las contradicciones del viaje a América Latina de Pere Aragonès

Si alguna amistad mía (o alguien más) de América Latina lee este post, le sorprenderá quizás saber que el Presidente de la Generalitat de Cataluña (el gobierno autonómico catalán, que tiene un presupuesto mayor que varios países de la región) estuvo recientemente en Colombia, Uruguay, Argentina o Chile. Según un par de tests que realicé, su visita de nueve días por estos países pasó ahí totalmente desapercibida. Ninguna sorpresa, dado que estos viajes se organizan para que tengan mayor impacto en el país de quien viaja que en los países de destino.

Pero incluso en este sentido, no se alcanza a ver qué impacto tuvo para sus intereses electorales en Cataluña, pasar 9 días en América Latina a dos meses de unas elecciones municipales, en lugar de concentrarse en su tarea de gobierno o de comunicación de su supuesta tarea de gobierno, pateándose los municipios catalanes. Creo que muchas candidaturas de ERC a las elecciones municipales se estarán preguntando lo mismo.

El contexto es el de una acción internacional devaluada por el desprestigio del proceso independentista (el “procés”). La acción internacional de la Generalitat causa desconfianza. En este contexto, este viaje supone un avance, o un freno del retroceso, al no haberse puesto al servicio explícitamente del proyecto independentista, pero no deja de ilustrar todas las contradicciones del discurso de ERC y Pere Aragonès.

El viaje se anunció como una oportunidad, por la proximidad ideológica con algunos gobiernos actuales en América Latina, presumiblemente el colombiano, el argentino y el chileno, intentado vender las supuestas credenciales progresistas de ERC (que intenta sacarse de encima la sombra de haber apoyado al nacionalismo conservador catalán desde 2012). Aragonès y sus asesores seguramente pensaron que 9 días en América Latina le darían más réditos políticos que 9 días por países de la Unión Europea, donde tiene muy pocos aliados. Antes al presidente de la Generalitat (Pujol, Maragall o Montilla) le recibían jefes de Estado, incluso el Emperador de Japón. Esta vez, ningún jefe de Estado ha recibido a Pere Aragonès, como viene siendo habitual. Los dos únicos catalanes que han sido recibidos en el palacio presidencial de Francia (nuestro país vecino) en los últimos años han sido el escritor Javier Cercas y el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell (dos bestias negras del nacionalismo). El giro realista (y socialdemócrata) de la izquierda latinoamericana una vez en el gobierno, por lo menos en Colombia y Chile, seguramente ha llevado a sus principales dirigentes a marcar ciertas distancias con Aragonès, por lo menos hasta que quede claro que este es un firme aliado del gobierno español y de la Unión Europea, que es con quienes quieren tener buenas relaciones.

En su visita a Colombia, la reunión del Presidente catalán con el Presidente colombiano Petro fue cancelada a última hora por razones de cambio de agenda del mandatario americano, debido a problemas de orden público en el país. Petro tiene contactos con sectores políticos y empresariales vinculados al independentismo catalán, como refleja un reportaje de Crónica Global, y simpatizó con los independentistas catalanes durante el “procés”.

En Uruguay, Aragonès realizó un paralelismo entre esta nación y Cataluña, al mencionar su parecido como “pequeños países”. Precisamente ahí consiguió su mejor éxito diplomático, al ser recibido por el ex presidente Pepe Mujica en su casa. El ex mandatario uruguayo le dijo, según pudo captarse incluso en señales de la propia televisión catalana, que él desearía que España avanzara hacia un Estado federal que diera cabida a la pluralidad de culturas e identidades (algo que en buena parte ya ocurre, y que vienen defendiendo los rivales políticos de ERC, el partido de Pere Aragonès).

En Argentina, Aragonès fue recibido en compañía de la embajadora española por un dirigente peronista, miembro del gobierno actual, que tuiteó en su cuenta oficial que estaba muy contento de recibir al jefe del gobierno “regional” de Cataluña, y que esperaba que la reunión sirviera para reforzar las relaciones con España y la Unión Europea. 

En Chile, el dirigente catalán se reunió con descendientes de exiliados republicanos, con quienes resaltó que compartía el “espíritu republicano”, aunque seguramente se refería a repúblicas distintas, una española real y legítima, y otra catalana hipotética y a día de hoy imaginaria. Pero no dio más detalles. En ese país, Pere Aragonès expresó su simpatía por el cantante asesinado por los militares, Víctor Jara, y por el cura Alsina, también víctima de la dictadura de Pinochet y uno de los cristianos por el socialismo catalanes que fueron a defender la democracia chilena y a sus clases populares. Un baño de progresismo que hizo levantar más de una ceja a quienes han visto a ERC en los últimos años apoyar en su país un proyecto que ha intentado erosionar la democracia española y que ha recibido el rechazo de los votantes de ingresos medios y bajos en Cataluña. En las encuestas de las próximas elecciones municipales, ERC y el resto del independentismo catalán aparecen relegados en posiciones testimoniales en los barrios obreros de Cataluña.

Aragonès tuvo breves contactos con influyentes dirigentes socialdemócratas, como la expresidenta chilena Bachelet, o los ministros Ocampo en Colombia o Marcel en Chile (este último, de ascendentes catalanes, aunque en las comunicaciones oficiales no se dijo si el contacto había sido especialmente extenso). Estos dirigentes juegan un papel importante en los intentos por atraer hacia la moderación y el realismo a sus gobiernos, elegidos bajo liderazgos y programas a la izquierda de la socialdemocracia, la misma a la que ERC en Cataluña le hizo un cordón sanitario en las últimas elecciones al Parlament en 2021.

Sería más productivo y realista si el presidente catalán viajara del brazo de la España democrática y de la Unión Europea, no solo formalmente, sinó sinceramente. Y que viajara con objetivos culturales y económicos, y no propagandísticos. En este caso aprovechando lo que tenemos más en común con América Latina, que es uno de nuestros idiomas (el castellano), y una literatura que ha tenido en la ciudad de Barcelona una de sus grandes capitales. Supongo que Aragonès intentó en las Américas encontrarse con líderes que como él intentan alejarse de su imagen populista y desestabilizadora, aunque en grados distintos. Pero no llegó a reunirse con todos los que hubiera deseado.


domingo, 19 de marzo de 2023

Que sembli d'esquerres!

És coneguda la frase “Que sembli un accident!” quan es perpreta un crim. Aquí no parlem de cap crim, però sí d’una estratagema semblant quan alguns agents polítics volen fer passar una cosa pel que no és. Entre els sectors independentistes que malden per seguir pedalant després del fracàs del “procés” (el projecte que han prioritzat els darrers 10 anys), destaca l’estratègia de “semblar d’esquerres”, aprofitant que encara la majoria de la població s’ubica en aquesta regió de l’espectre ideològic. En destaquen els actuals dirigents d’ERC, però també alguns sectors de Junts, i no diguem la CUP (que transita entre verbalitzar l’admiració per la Veneçuela de Chávez i Maduro fins a fer mans i mànigues perquè hi hagués un govern amb un conseller d’Economia com Giró –i bona part de la premsa els fa el joc anomenant-los “anticapitalistes”). Però no cal anar als sectors eurofòbics de l’independentisme per trobar exemples d’aquest “Que sembli d’esquerres” (mentre no fan res pràctic per fer avançar el progrés real). Aquí van alguns exemples:

-Promouen una retòrica remunicipalitzadora de l’aigua en bastants ajuntaments, mentre porten 10 anys sense invertir des del sector públic per prevenir els efectes de la sequera, independentment de qui tingui la propietat de l’empresa regulada que fa arribar l’aigua als domicilis. Quan la sequera arriba, cames ajudeu-me i pilotes fora.

-Renda Bàsica Universal(RBU): un projecte que és un objectiu a llarg termini inassolible avui dia (com reconeixen consellers del mateix Govern, quelcom així com la societat sense classes) es ven com un objectiu de govern, però no desplegant-la (que és impossible avui), sinó creant una oficina per a un pla pilot dirigida per un activista no imparcial, mentre fan ben poc per desplegar els programes realment existents com la renda garantida, l’ingrés mínim vital, les prestacions de dependència… Quan la majoria del Parlament resol eliminar la partida pressupostària pel pla pilot, el cap de l’oficina anuncia que aquesta no es dissol. És clar, la propaganda ha de continuar (incloent la falsedat que la RBU només acabarà sent possible amb la indendència –en realitat com explica el pare de la RBU, Phillippe Van Parijs, la RBU només és factible en un context federal que internalitzi les externalitats interjurisdiccionals).

-El Conseller d’Interior diu que fa una política d’esquerres per oposició a la política del govern de coalició espanyol, que es veu que és de dretes, i en canvi el seu partit bloqueja al Congrés de Diputats la reforma de la llei mordaça que havia unificat a l’esquerra en l’oposició al PP.

-Campuzano-Rufián fan un “Antoni Comas” a Santa Coloma i prometen residències només si guanyen ells, quan porten anys governant sense fer res per ampliar l’accés de la població a les residències. Les enquestes municipals mentrestant auguren que els partits independentistes seguiran sent testimonials en els barris on es concentra la població de renda més baixa, que sembla que no s’acaba de creure la retòrica progressista.

-La llibertat d’expressió d’alguns presentadors independentistes de TV3 (que porten anys protegits pel poder) es fa servir per fer brometes sobre el nazisme, sobre els gitanos, sobre els colombians, sobre l’oposició… Sense deixar de presentar-se com uns lluitadors per la llibertat d’expressió. Compari’s amb l’ús que en fa l’exfutbolista Gary Lineker a Anglaterra: a favor dels immigrants, contra el Brexit, contra el nacional-populisme, contra el seu govern, a favor de l’autonomia de la televisió pública.

Els qui van practicar un cordó sanitari a la socialdemocràcia homologada tenen poca credibilitat per semblar d’esquerres quan des del govern fan avançar ben poc el progrés real de les classes populars. El viatge a Amèrica Llatina d’Aragonès, on sembla que ha tingut més d’una ensopegada, potser li serveix per comprovar que allà també la retòrica del populisme d’esquerres només es transforma en polítiques útils quan es busca, no el cordó sanitari, sinó el reconeixement i la col·laboració franca amb la socialdemocràcia, com fa el president Boric a Xile.

El progrés real no s’assoleix amb retòrica, sinó amb bon govern i polítiques pràctiques, que avui requereixen la consciència que som en una democràcia multi-nivell amb interdependències jurisdiccionals, és a dir, que som en una realitat federalitzant.

 

jueves, 16 de marzo de 2023

Tres probables verdades sobre el Barça

Han pasado cosas desde que escribí mi artículo en Política y Prosa sobre el tránsito del Barça de ser más que un club a ser un club más. Aunque lo que escribí no desentona con lo que ha pasado después, no podía prever toda la polémica posterior sobre el presunto soborno arbitral. 

Parece que si dices que las directivas del Barça han incurrido probablemente en un grave caso de corrupción, estés diciendo que los títulos de la época gloriosa se ganaron por los árbitros y no porque el equipo fue mejor. En realidad, toda la evidencia apunta a que el Barça tenía el mejor equipo, y que sí hubo un caso grave y continuado de corrupción que debe avergonzar a quienes estuvieron implicados (aunque corresponderá a la justicia acabar emitiendo un veredicto). La debida presunción de inocencia no impide valorar lo que se sabe, ni impide valorar la gestión que el club y otros agentes están llevando a cabo sobre el escándalo que nos ocupa. Pero que el Barça tuviera el mejor equipo no es un atenuante para los dirigentes de la época, porque si el Barça tenía el mejor equipo es por razones que no tienen nada que ver con su gestión. Al contrario: en lugar de utilizar los años buenos para construir un futuro sólido y estable, hoy su gestión está siendo analizada como un estudio de caso sobre cómo NO preparar el futuro.

Es posible a la vez: i) Que el Barça ganara muchos títulos (entre 2005 y 2015) porque era el mejor ii) Que los directivos de esa etapa y de la actual sean unos incompetentes o peor. iii) Que el Barça participara en una transacción corrupta con un responsable arbitral.

Sobre la primera afirmación, el Barça no solo ganó en España (donde presuntamente corrompía a los árbitros) sino también en Europa (donde no hay ninguna evidencia de que lo hiciera), y sus jugadores ganaron con España dos Eurocopas y un Mundial entre 2008 y 2012 (y Messi la medalla de oro olímpica en el 2008 con Argentina). Tres jugadores de la cantera, que llegaron al club antes que Laporta a la presidencia, subieron al pódium del Balón de Oro en 2010. El Barça sencillamente tenía a los mejores jugadores (la mejor generación de jugadores españoles de la historia, y el mejor jugador del mundo en sus mejores años). Al Barça no le hacía falta ninguna ayuda arbitral.

Sobre la segunda afirmación, que no hayan ido a la cárcel o que hayan ido injustamente no significa que no haya aspectos muy inquietantes sobre la gestión de todos (todos, aunque quizás no por igual, y por mucho cainismo que haya entre ellos) los presidentes del siglo XXI, y sobre sus relaciones con personajes oscuros. A ellos habría que añadir al principal ejecutivo del Manchester City, Ferran Soriano, cuyo club está siendo investigado en el Reino Unido por vulnerar el Fair Play Financiero. Pero lo peor es que el Barça es hoy uno de los clubs peor gestionados, que no ha renovado el estadio a tiempo, y al que el shock de la pandemia pilló en el peor momento. El fútbol mundial y el español han dado muestras de corrupción abundantes y graves durante las últimas décadas. Todo parece indicar que personas relacionadas con el Barça no sólo no eran ajenas a estas muestras, sino que no desentonaban para nada en ese paisaje.

Sobre la tercera afirmación, parece que nadie discute que durante unos 20 años el VP de los árbitros recibió más de 7 millones de euros en dinero opaco del Barça. Lo que se discute es para qué sirvieron. No se siguieron al pie de la letra las instrucciones públicas de Piqué sobre cómo hay que corromper para que no se sepan estas cosas (se agradecen), pero casi, porque años de auditorías profesionales no alertaron de los pagos. Y a casi un mes de saberse la noticia, nadie ha sabido dar una explicación; al contrario, se ha echado mano de la caja de herramientas habitual: victimismo, caza de brujas, pelotas fuera, esperar que la pelota nos libre de dar explicaciones…

Todo ello en medio del “gambling for resurrection” de las palancas y la financiación incierta de las obras del estadio, con un rescate y un cambio en la naturaleza del club como horizontes (y no por culpa de enemigos internos o externos, sino por culpa de una pésima gestión continuada). Como tras años de indolencia y defensas a tiempo parcial, ahora parece que hay un grupo de jugadores que se dedican a tiempo completo y se juegan el físico en los partidos, tenemos una alta probabilidad de ganar la Liga y la Copa (aunque estemos más lejos de la élite europea), y a ver entonces quien le pide cuentas a Laporta. 

La actitud de socios y numerosos columnistas deportivos (que coinciden en el absurdo de salivar con el retorno de Messi) no deja de ser un tanto chocante, como si sólo importara ganar la Liga este año. ¿No deberían pedir cuentas por lo que se ha hecho con el dinero del soci y por lo que se ha hecho y se sigue haciendo por menoscabar la reputación del club, en el peor momento de su historia? Laporta (el del asado con Messi) ha dicho que estemos tranquilos y Piqué (el de las conversaciones con Rubiales) que pone la mano en el fuego… Pues nada, ya escampará, si es que conseguimos que no nos caigan durísimas sanciones deportivas con graves implicaciones financieras. O ya nos rescatarán.


domingo, 12 de marzo de 2023

Nuestros populistas no lo son tanto...

Mientras escribo estas líneas escucho hablar en la CNN sobre las crisis políticas paralelas en México e Israel a propósito de la erosión, por parte de la actual mayoría en el poder (presidencial o legislativo), de las instituciones democráticas. En ambos casos, hasta hace poco, se infravaloraba la posibilidad de que AMLO o Netanyahu realmente quisieran o pudieran erosionar la democracia de una forma parecida a lo que intentaron, con suerte diversa, Trump, Bolsonaro, Orban o Erdogan. Está por ver si las instituciones democráticas resistirán en todos estos casos, como está por ver en la India, el Perú, Colombia, etc. En Brasil y Estados Unidos de momento han resistido, pero penden de un hilo en Hungría y Turquía, se han hundido en Nicaragua, y en ningún sitio están totalmente a salvo. Sería tan ingenuo pensar que la democracia no tiene futuro, como pensar que este está asegurado.

Todos estos casos presentan patologías con grados de gravedad distintos, y con especificidades que deben estudiarse caso por caso. 

Personajes como Netanyahu, Berlusconi, o AMLO han sido infravalorados por sectores de las élites políticas e intelectuales en cuanto al riesgo que suponían para las instituciones democráticas, y lo han sido tanto dentro de sus países cuanto a nivel internacional. Normalmente, personas que mantienen una cierta simpatía con los componentes sociales o económicos de los programas de estos líderes (tan distintos entre sí), hacían la vista gorda respecto a sus métodos políticos e instrumentos discursivos, ciertamente inquietantes. Cuando estos sectores de las élites reaccionan, suele ser demasiado tarde.

A veces hay que ir más allá de lo obvio. Vox y la parte de Podemos de Pablo Iglesias son lo fácil. Sería en cierta forma tranquilizador decir que ahí está el populismo español. Pero las cosas no son tan fáciles. Todos los líderes políticos tienen algo de populista, pero es importante jerarquizar la gravedad de cada caso, y una obligación señalar a tiempo aquellos casos más alarmantes. Es inexcusable hacer un ejercicio de discernimiento ético e intelectual, hacer el esfuerzo de emitir un juicio basado en hechos, y no meramente ejercicios de equidistancia o de su defecto simétrico de partidismo ciego, y ser capaces de señalar y criticar estos casos. Porque el coste social y económico del populismo es una realidad, que acaban pagando los sectores populares y el conjunto de la sociedad.

Dentro del movimiento secesionista catalán, se han dado tendencias fuertemente populistas, que como otros populismos cuestionaban las instituciones de la división de poderes, vulneraban los derechos de las minorías parlamentarias, proponían opciones referendarias divisivas, dividían maniqueamente entre un pueblo uniforme y virtuoso y los que quedaban fuera, se buscaban chivos expiatorios y traidores internos, ocultaban los costes económicos de sus planes… En Cataluña no se alertó, en general, suficientemente a tiempo de estas derivas, aunque las instituciones del estado de derecho (y la solidez de nuestra pertenencia a la Unión Europea) evitaron lo peor. También fuera de Cataluña, y de España, se ha sido poco consciente de esta deriva populista. Aún hoy son una minoría las élites que lo denuncian o que hacen algo de autocrítica, y no escasean los populistas de cuello blanco que intentan desviar la atención sobre las razones del fracaso político y económico del proyecto independentista. El otro día en una entrevista, un exitoso catedrático de Economía que apoyó el intento secesionista, se resistía a sumarse a la autocrítica de Mas Colell, y tras criticar en otra esquina de la misma entrevista el Brexit, se explayaba sobre lo obviamente democrático que era el “procés”, decía que la independencia era cuestión de tiempo, y expresaba su decepción con los “políticos”, sin entrar a reevaluar los cálculos económicos que hacía allá por 2015 a la luz de lo que ha pasado después en cuanto a pérdida de sedes de empresas y pérdida de inversiones.

Otros se pasan de frenada, como ha ocurrido con grupos de intelectuales que en España han criticado a Pedro Sánchez llamando «a la sociedad española ante el desafío constitucional» y advierten de que la democracia en España, como en cualquier país, «nunca es irreversible». Quizás a este grupo le hubiera gustado que las calles se llenaran durante semanas de manifestantes como en México o Israel, pero ya se habrán dado cuenta de que la gente no es idiota. Como si estuviera en peligro la democracia en España y el estado de derecho. Ello coincidía paradójicamente con actualizaciones de los ránkings de democracia en el mundo, donde España mejoraba posiciones. Algo precisamente que suelen ignorar algunos secesionistas catalanes que aducen que España es una democracia defectuosa. 

Cada uno es libre (especialmente en España, según los ránkings) de expresar su opinión, y lo lógico es que no todos estemos de acuerdo en esta materia, pero un mayor esfuerzo de ecuanimidad, o de argumentación coherente, y a tiempo, creo que debería ser exigible.

 

domingo, 5 de marzo de 2023

"Good Bye Lenin" a la catalana?

A la pel·lícula “Good Bye Lenin”, una senyora gran desperta del coma amb el seu país (Alemanya de l’Est) convertit al capitalisme, després d’haver-lo deixat desperta quan encara era comunista. Els seus familiars s’esforcen a ocultar-li la realitat, perquè no pateixi el trauma sobtat de veure com les coses han canviat.

A Catalunya no pocs processistes sembla que s’esforcin ells mateixos a no voler veure la realitat de la seva derrota, i intenten tornar als arguments de fa deu anys, abans d’aprendre les dures lliçons de la derrota del procés, i de l’evolució d’Espanya i Europa en els darrers anys.

Ho vaig comprovar l’altre dia al fantàstic acte que vaig compartir a Girona amb Joan Coscubiela sobre federalisme i economia. En el diàleg va haver-hi grans coincidències, però també algunes veus (tant in situ, com després reaccions a les xarxes), com dient: "sí, sí,… tot això del federalisme està molt bé, però…" seguit dels mateixos tòpics amb què molta gent (ara menys) menyspreava el federalisme abans del fracàs del procés: que sí el “Café para todos”, que si federar-se només si es vol, que (literal) “Ni els espanyols volen ser un Estat federal (i qui som els catalans per obligar-los a ser el que no volen ser), ni els gironins volen ser espanyols. Dit això, si alguns ho voleu seguir intentant...”  O “De tota manera, si els federalistes realment us ho creieu i voleu ser creïbles, comenceu per concretar quin federalisme proposeu i intenteu convèncer als espanyols, a veure què opinen…”. Per qui hi estigui interessat, aquests suposats arguments els discuteixo als meus llibres "Missió Federal" i (amb Joan Botella i Victòria Camps) "Qué es el federalismo".

Altres versions de tornar als arguments del passat són tornar a plantejar un Referèndum (com si no se n’haguessin intentat ja alguns, i com si no hagués passat el del Brexit amb les seves lliçons), o un Pacte fiscal donant per bo l’argument desacreditat de l’expoli fiscal, o encara pitjor ressuscitar políticament el Pujolisme i la figura ja molt desgastada del patriarca. Algunes persones que van surar en l’època just anterior al procés intenten tornar a treure el cap com si no hagués passat res, alguns intentant tornar a fer el mateix que van fer força malament (com Xavier Trias) i altres canviant de barret (veiem expolítics fent de lobbistes i ex lobistes fent de polítics, per exemple). Un cas més patètic és el del candidat d’ERC a l’Alcaldia de Barcelona, intentant camuflar-se darrera el cognom que comparteix amb el seu brillant germà en la millor època d’aquest, i darrera un dels eslògans que va fer cèlebre el seu germà… als anys 1980.

Si es desperten, ho faran a una realitat fortament federalitzant. Avui Catalunya forma part de la part més integrada d’Europa, acaba de passar una pandèmia amb co-governança a Espanya (17 sistemes sanitaris, quin horror, deien alguns, minoritaris) i integració vacunal i fiscal a Europa, i amb totes les competències autonòmiques intactes malgrat la irresponsabilitat del procés i la (suau i necessària) aplicació del 155. A més, hem vist el fracàs sobiranista del Brexit, la constant divisió de les etnocràcies post-iugoslaves, la conversió accelerada d’Israel en una teocracia nacionalista… Moltes males notícies per al nacionalisme sobiranista. Se li poden amagar a una persona durant un temps, però no se li poden amagar a tota una societat de forma indefinida.

Esperem que quan despertin no vulguin tornar al coma induït, com a la pel·lícula “Despertares” (Awakenings, la pel·lícula basada en un dels casos del neuròleg i escriptor Oliver Sacks), on el pacient, interpretat per Robert De Niro, abandona al final els esforços per intentar ser una persona adulta i activa. A veure si poc a poc el conjunt de la societat va acceptant la realitat post-procés, que és la realitat d’una Espanya i una Europa federalitzants, i Catalunya idealment en el cor d’elles.