En mis vacaciones en Chile he leído el libro de memorias del economista chileno Sebastián Edwards, "Conversación interrumpida". El título responde a que la narración empieza y termina con la relación del autor con su padre, que falleció hace poco tiempo tras padecer la enfermedad de Alzheimer. Es un libro entretenido, a mi juicio bien escrito y estructurado (¿será mejor escritor que economista?). El personaje tiene guiños para economistas politizados como yo interesados en Chile: fue un joven de la burguesía que se afilió al Partido Socialista con 16 años, cuando los burgueses de izquierdas se afiliaban a otras organizaciones con menos obreros. Pero que por razones laborales y casualidades fue a parar primero a la Universidad Católica de Chile y después a la Universidad de Chicago para hacer el Doctorado. Esto le permitió conocer a los Chicago Boys, aunque Edwards se encuentra distanciado de ellos ideológicamente. Distingue entre los Chicago Boys, los economistas que "le hicieron" la política económica a Pinochet, y la Universidad de Chicago, una de las grandes universidades norteamericanas donde el protagonista amplió sus horizontes y se formó. Algunos de los aspectos del libro están cubiertos en el vídeo de esta entrevista. El libro es entretenido entre otras razones porque narra como grandes personajes de la economía (Stigler, McCloskey, Harberger) y de la política (Bachelet) se cruzaron aunque fuera fugazmente por la vida del protagonista. No omite aspectos íntimos de su juventud, como los acercamientos de un cura pederasta o la primera experiencia sexual, con una prostituta. Un libro parecido de un economista conocido sería impensable en otras latitudes, pero en Chile algunos economistas tienen status de famoso y se pueden permitir memorias, novelas (Edwards las ha publicado) e incursiones en la política (como Andrés Velasco, ex-candidato presidencial, que también ha escrito novelas). No me imagino a Jean Tirole, por ejemplo, narrando sus primeras experiencias sexuales en un libro de memorias. Edwards también tiene una intervención frecuente en los medios de comunicación chilenos, donde recientemente nos contaba que Chile no está tan mal como piensan muchos chilenos, o nos contaba su opinión sobre lo difícil que lo tiene quien parece ser su candidato preferido (Ricardo Lagos) a las elecciones presidenciales que se celebran a finales de 2017. En esto Chile parece que puede celebrar su entrada al mundo desarrollado: el candidato preferido por el establishment de centro-izquierda (y por mí) lo tiene crudo, como en Estados Unidos y en muchos países europeos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario