viernes, 27 de enero de 2017
Ciudadanos: un partido en busca de ideología
Algunos fundadores del partido Ciudadanos se han quejado del giro derechizante en la ideología económica que han dado sus dirigentes en los últimos procesos electorales y que intentan consolidar en el próximo congreso de la formación. Aducen que el partido nació con unos principios de centro-izquierda, y que no se pueden cambiar estos principios por unos de centro-derecha sin adulterar los objetivos que dieron lugar al nacimiento de la organización. Sin embargo, el pragmatismo ideológico de Ciudadanos no es nuevo. Recuerdo que justo antes de las últimas elecciones europeas, en 2014 si no me equivoco, el líder de Ciudadanos Albert Rivera dijo en el programa El Objetivo del canal de TV La Sexta, que todavía no sabía si sus eurodiputados irían al grupo socialista o al grupo liberal, y que no pensaban decidirlo hasta después de las elecciones. Curiosamente la entrevistadora no insistió en lo que pareció un hurto de una información preciosa para que los electores se formaran una opinión cabal de lo que votaban. Esto es paradójico en una fuera política que hace de la transparencia y de la lucha por la mejora de la calidad institucional de la política una de sus banderas. Tras las elecciones europeas, Ciudadanos se sumó al grupo liberal del Euro-parlamento, y con posterioridad aceleró su definición como partido de ideología liberal con el fichaje del economista de centro-derecha Luis Garicano, quien había sonado como posible ministro del PP con anterioridad. El programa de economía de Ciudadanos lo ha hecho Garicano con la ayuda de su estudiante de Doctorado y diputado Antoni Roldán. Garicano y Roldán son dos buenos economistas, de centro-derecha. Es lógico que la mayoría de los intelectuales que fundaron Ciudadanos en Cataluña se sientan incómodos porque son de centro-izquierda, y alguno es muy de izquierdas, a pesar de que Albert Rivera, su primer y hasta ahora único líder, tenga un pasado de militancia creo que efímera en el PP. Pero lo que estos intelectuales fundadores omiten en su crítica actual es que Ciudadanos, a pesar de que ellos sean de centro-izquierda o incluso de izquierda, no nació como partido de izquierda o centro-izquierda, sino como partido casi monotemáticamente identitario, opuesto a los que ellos creían una deriva catalanista del PSC (un espejo de la deriva españolista del PSC que creían ver los que se escindieron del PSC hacia el "prusés": ¿será la PSC-fobia la intersección entre la catalanofobia y la hispanofobia?). Ciudadanos no ha perdido esta seña de identidad, y en la repetición de las últimas elecciones, tuvo que recurrir a ponerse la camiseta de la selección española de fútbol para contener un significativo descenso de su electorado (el liberalismo nunca ha vendido mucho electoralmente). Claro que ahora también intenta moderarse en su nacionalismo español, a la espera de que le caigan votos procedentes de la antigua CiU. Todo un experimento natural para contrastar la hipótesis de Downs de que los partidos políticos se mueven para maximizar el número de votos.
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