Me dirigí al Defensor del Lector de El País para intentar que reflexionara sobre el uso del adjetivo anticapitalista para la CUP, pero no he conseguido que entrara en el caso particular. Seguramente es más fácil analizar el nacionalpopulismo de VOX que el quizás más complejo del nacionalpopulismo catalán, del cual a mi juicio la CUP es un componente.
A continuación transcribo mi carta, y la respuesta del Defensor del Lector:
Estimado Defensor del Lector,
le escribo en relación a los criterios que utiliza El País (y otros medios) para adjetivar a las formaciones políticas.
Mi inquietud ha surgido al plantearme dudas la constante adjetivación de la CUP como "los anticapitalistas".
A mi modo de ver, esta formación lleva incurriendo desde hace tiempo en serias contradicciones sobre su supuesto carácter anticapitalista.
Sé que cualquier formación política tiene contradicciones (incluida la mía, el Partido Socialista).
Por ello es importante que los adjetivos que se utilizan tengan alguna base objetiva.
Por ejemplo, al PSOE y al PP se les llama "los socialistas" y "los populares" porque estos adjetivos están en el nombre del partido. A Podemos se le suele llamar "los podemitas" o "el partido morado" porque se deriva del nombre o del color de su simbología. Se habla también de "los republicanos" por ERC (está en su nombre) o los convergentes o los post-convergentes...
Las contradicciones de la CUP han llegado a un punto máximo, a mi juicio, en el proceso de investidura que ha llevado a la elección legítima y legal de Pere Aragonès como presidente de la Generalitat y a un gobierno de coalición ERC-Junts apoyada por la CUP, dando lugar a la presencia en dicho gobierno de un personaje vinculado al más alto capitalismo catalán y español, el Sr. Giró, perfectamente retratado en su diario por Xavier Vidal-Folch: Gobierno de Cataluña: La lealtad itinerante de Jaume Giró | Opinión | EL PAÍS (elpais.com)
Por eso muy poco después del nombramiento de Giró me sorprendió que El Pais, en un texto firmado por Clara Blanchar, volviera a referirse a la CUP como "los anticapitalistas", en minúscula y sin entrecomillar, y publiqué el siguiente tuit
Como puede ver en los comentarios de mi tuit, me contestaron dos periodistas de su diario a los que respeto mucho, con comentarios valiosos, pero que no ofrecen criterios objetivos definitivos para resolver el asunto. Claudi Pérez dijo que se solía utilizar el adjetivo con el que se autodenomina cada partido (aunque "anticapitalista" no está en el nombre de la CUP; ignoro si lo está en sus documentos oficiales, que no me he leído). Cristian Segura, igual que Claudi, apuntaba que todos los partidos incurren en contradicciones, lo cual no tengo inconveniente en aceptar, y de ahí la importancia de usar criterios objetivos y evaluables. Y Cristian añadía que a veces se hacen valoraciones como llamar a VOX partido de extrema derecha. Eso es algo evaluable, un criterio periodístico que se puede cotejar con hechos y datos (y con el que estoy de acuerdo) a pesar de que VOX, creo, no se autodenomina de extrema de derecha. Cristian también dice en su comentario que para definir a un partido pesan sus líneas generales de actuación.
Efectivamente, deberían pesar sus líneas de actuación, no lo que declaran necesariamente. Y en la línea de actuación de la CUP no ha estado en los últimos años ninguna actuación que haya puesto en peligro el capitalismo. Al contrario, ha apoyado activamente a una coalición que a juicio de muchos, sirve para que en Cataluña no haya una coalición de izquierdas que por lo menos corrija el capitalismo. A eso se refería precisamente otra columnista de El País, Carmen Domingo, en un brillante artículo: Cup se escribe con C de Convergència | Cataluña | EL PAÍS (elpais.com). La CUP no sólo ha votado ya por dos presidentes de derechas partidarios de seguir con el capitalismo (Puigdemont y Torra), sino que en la última negociación trabajó activamente por acercar posiciones entre ERC y Junts, cuando las posturas de estos partidos estaban más alejadas, según explicó muy bien su periódico. La CUP sabía que en ese gobierno el presidente iba a ser de ERC y el consejero de Economía de Junts, y que si no era Giró, iba a ser Artadi, o Canadell, o Tremosa, todos ellos personas de ideología por lo menos de centroderecha liberal, mucho más cercanos a Xavier Sala-i-Martín que a Arcadi Oliveres.
(Que sea un movimiento que no haga nada por reformar el capitalismo, no quiere decir que, como efecto no deseado por ellos sino por efecto de su torpeza, no haya sectores del capitalismo que se asusten ante los embates independentistas, como se vió con la fuga de empresas).
Otro dato es que, como también ha recogido varias veces su diario, los votantes de la CUP son, en contradicción ciertamente a veces con su discurso, los de nivel de renta más alto. A ello se ha referido en alguna ocasión un prestigioso columnista de su diario, Javier Cercas, de quien he aprendido que el juego de la CUP (hacerse pasar por anticapitalista cuando es un apoyo importantísimo de un movimiento que no hace nada por ni siquiera reformar el capitalismo), forma parte de la Gran Mentira que estamos viviendo en Cataluña. Por ejemplo, Cercas escribió un artículo por el que fue premiado recientemente, donde dice que el movimiento del que la CUP es un puntal, es una revolución de los ricos: Columna: Javier Cercas: La revolución de los ricos | EL PAÍS Semanal (elpais.com)
Por todo ello, creo que El País (y otros medios) deberían revisar el adjetivo de "anticapitalista" referido a la CUP, y en general revisar los criterios con los que adjetiva a las formaciones políticas. En el caso de la CUP, creo sinceramente, que el adjetivo "anticapitalista" cae en la trampa de la estrategia que la línea editorial de su periódico ha combatido en los últimos años: la de la apropiación de las palabras por parte del proceso independentista catalán.
Algunas propuestas a beneficio de inventario: se les podría llamar "cuperos", "supuestamente anticapitalistas", "eurófobos", "comunitaristas". Estos apelativos responden ya sea a su línea de actuación más o menos sincera, ya sea a su nombre.
Espero que estas notas le hayan sido de utilidad.
Atentamente,
Francesc Trillas (Barcelona)
DEFENSOR DEL LECTOR. Resulta interminable el debate sobre los calificativos y las designaciones que los periodistas damos a los partidos políticos. Al respecto hay ya varias entradas en este canal y también he escrito alguna columna al respecto, como esta:
Ni inocentes ni impunes
http://cort.as/-Fnlb
Lo cierto es que no hay criterios científicos e inapelables para utilizar uno u otro término. Como criterio general, los periódicos utilizan fundamentalmente conceptos que sean realmente descriptivos y diferenciadores para cada formación, de modo que puedan utilizarse también como sinónimos a la hora de redactar un texto. Pocas veces se eligen esos términos con criterios fundamentalmente ideológicos, aunque hay excepciones, como puede ser el caso de Vox.
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