Si dos economistas académicos han jugado un papel importante en el debate político en España, incluyendo Cataluña, en los últimos tiempos, incluyendo esta campaña electoral, estos han sido Luis Garicano y Xavier Sala i Martín. Aunque lo que ellos intentan destacar más en sus intervenciones es su tono regeneracionista uno, y su planteamiento independentista el otro, lo cierto es que es mucho más lo que les une que lo que les separa. Y lo que les une es su apoyo a un estado más débil, y su admiración por los líderes políticos del neo-liberalismo a nivel mundial. Esto es lo que Garicano decía sobre Margaret Thatcher en 2013 (no es de extrañar que la prensa liberal británica apoye a Ciudadanos): "Inteligencia inusual, enorme capacidad de trabajo, capacidad de comunicación y valor. Esos fueron los ingredientes necesarios para una líder capaz de sacar al Reino Unido del desastre de la posguerra, de dar esperanza al país, de movilizar las energías creativas de los ingleses y enfocarlas, no a protestar o a manifestarse o esperar el subsidio, sino a crear prosperidad para ellos y sus hijos".
Y esto es lo que decía Sala i Martín de Reagan en 2004 (hace poco recibió un galardón de un think tank de la extrema derecha chilena, así que no creo que haya cambiado de opinión, si no es para endurecerla): "Reagonomics y derrota del socialismo. Dos caras de la misma moneda. Dos victorias de Ronald Reagan que quedan pequeñas al lado de su mejor logro: liderar al país en un momento de crisis y conseguir que los norteamericanos volvieran a sentirse orgullosos de serlo". En España y Cataluña puede parecer que los economistas académicos son de derechas, pero los economistas debemos rebelarnos ante eso. En los Estados Unidos y en el resto de países europeos esto ya no es así en general (Krugman, Piketty...), si lo ha sido alguna vez. Va siendo hora de que los economistas de la academia alcemos la voz contra las recetas insolidarias. Populismo no, pero neo-liberalismo tampoco.
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