sábado, 26 de abril de 2014
Nada es gratis: ser Dinamarca, tampoco
Un fiel lector de este
blog me ha sugerido este título (gracias Jordi). Y es que en un post anterior
presenté un comentario del libro de Luis Garicano “El dilema de España”, donde
destaqué la contradicción entre querer ser como Dinamarca y a la vez querer
reducir sustancialmente el peso del estado en la economía. Garicano (uno de los
principales impulsores del excelente blog “Nada es Gratis”) no es el único en
tomar Dinamarca como modelo. Algunos independentistas catalanes también se
preguntan por qué Cataluña no podría ser como Dinamarca (un pequeño estado en la
Unión Europea, con un elevado nivel de vida). La respuesta no es sólo que una
Cataluña independiente quedaría fuera de la UE por un período incierto de
tiempo; quienes lo niegan ya están a la altura en cuanto a excentricidad de quienes
niegan el cambio climático, aunque a ambos hay gente que les sigue creyendo. No
es sólo eso. Los altos impuestos que permiten el generoso estado del bienestar
en Dinamarca son fruto de décadas de construcción de un contrato social, que
tienen su origen en una época donde los flujos internacionales de capital eran
mucho menos importantes que hoy. La independencia de Cataluña y sus
instituciones asociadas provocaría unas vacaciones fiscales y un aumento de la competencia fiscal, que lejos de acercarnos, nos
alejarían del modelo nórdico, que hoy, igual que la mayoría de catalanes y
españoles, apuesta por una mayor y no menor unidad europea. La cuestión de la deficiente
calidad institucional de España también es utilizada como contraste con
Dinamarca por Garicano y los independentistas catalanes (por distintas razones).
Los últimos realmente tendrían mucho trabajo para construir instituciones
parecidas a las danesas. De entrada, deberían eliminar una institución de tan
poca calidad como el “consejo de transición nacional” donde entre otras
personalidades está una tertuliana que además es biógrafa del presidente de la
Generalitat, todo un ejemplo de independencia. Y qué decir de una institución
como la TV pública. Hoy he suspendido mi huelga como espectador de TV3 para ver una noticia sugerida por un amigo, y me he tragado el
merecido homenaje al entrenador de fútbol Tito Vilanova. TV3 no ha podido
evitarlo: al cubrir cómo el pueblo natal del difunto había recibido la triste
noticia, han hecho referencia a que habían puesto “la” bandera a
media asta, ilustrando el comentario con una bandera independentista, la “estelada”:
¿en qué momento nuestras instituciones democráticas han decidido que esa sea “la”
bandera? Mientras vuelvo indefinidamente a mi huelga como espectador, se me
ocurre que para que España y Cataluña se parezcan lo más posible a Dinamarca (nunca
serán iguales, porque somos mucho más diversos y porque estamos en otra
realidad geoestratégica con una historia distinta) tienen que estar ambas definitivamente
en una Europa unida sin fronteras, democrática y federal, con una moneda común,
una fiscalidad común, y un impuesto común progresivo sobre la riqueza. Es
demasiado tarde para ser como Dinamarca: hay que ser el estado federal europeo.
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