-La crisis económica e institucional ha puesto en cuestión
más de lo que ya es habitual el rol de los partidos políticos: sin embargo, sin
partidos sólidos la democracia tendría menos calidad, sería más individualista
y desigual.
-Reformas de la legislación electoral que promoverían una
democracia de mayor calidad: listas abiertas, cambios en las circunscripciones,
proporcionalidad, cercanía de los representantes al territorio.
-Clarificar los roles de responsables políticos y directivos
del sector público en un contexto de transparencia y eficiencia.
-Son necesarios unos partidos fuertes sin partitocracia
(exceso de cargos de confianza y cargos no transparentes y ocupación de
instituciones).
-Los partidos emergentes y cómo competir con ellos en la
variable organizativa.
-Organizaciones al servicio de un objetivo político: la
expansión, incluída la que se produce por la vía electoral y la presencia
institucional, de un ideal político en un contexto competitivo.
-Poner en valor y evaluar cosas que se han hecho: primarias,
renovación generacional, transparencia, códigos éticos.
-Distinguir entre radicalidad y calidad democrática.
-Impulso ético más allá de los códigos escritos: formación,
prácticas locales. Las normas culturales y sociales son más importantes que una
lista concreta de medidas.
-Establecer mecanismos sistemáticos de diagnóstico y
evaluación de liderazgos y funcionamiento interno, con presencia de grupos y
comités de forma semejante a como se evalúan los funcionamientos en otros
sectores (por ejemplo, en los sistemas de I+D).
-Partidos progresistas como organizaciones volcadas en la
economía social y otras prácticas solidarias además de las electorales e
institucionales.
-El capital humano como variable de creciente importancia en
la competencia política, ante la mayor volatilidad de los electorados y
competitividad de la estructura de partidos.
-Organizaciones que prioricen la selección del talento y su
máxima influencia al servicio de unos ideales sociales.
-El objetivo final es ofrecer un buen servicio público a los
votantes finales, no a los cuadros o militantes del partido.
-Prevenir y combatir la corrupción y el clientelismo.
-Por un tratamiento serio y moderno del problema real de la
profesionalización de la política, partiendo de la constatación de que la
actividad política es trabajo-intensiva.
-La remuneración de la actividad política es una conquista
de la izquierda.
-La respuesta al exceso de profesionalización de la política
no es reducir los salarios públicos ni dificultar que las personas encuentren
trabajo en la empresa privada después de su paso por la política, sin que ello
implique dejarse utilizar por grandes empresas que buscan acceso a la toma de
decisiones.
-El gobierno corporativo de los partidos: transparencia y
división de poderes.
-La descentralización organizativa y un uso realmente
interactivo de las nuevas tecnologías.
-La financiación de los partidos: financiación pública y de
los ciudadanos con transparencia.
-Sedes físicas de los partidos: local social, hotel de
entidades, asambleas abiertas (menos sedes y más abiertas: bares, hoteles de
entidades, centros de recursos para la economía social)
-Cómo los partidos pueden ser percibidos como una
organización útil, capaces de competir por el tiempo/activismo/donativos de la ciudadanía.
-Formar activistas modernos, reconexión con la ciudadanía
joven, redes sociales, registro voluntario de electores que sustituyan a los
simpatizantes.
-Mejorar la eficiencia de la reuniones y desburocratizar las
comisiones ejecutivas y otros órganos.
-Combinar trabajo teritorial/temático/militancia a la carta.
-Transparencia y rendición de cuentas no son necesariamente
lo mismo: no sólo colgar info en la web, sino también dotar a la ciudadanía de
instrumentos de influencia, como por ejemplo organizaciones que evalúen los
programas de los partidos.
-Mantener un equilibrio entre objetivos en el corto plazo y
el largo plazo.
-Uno de los mayores activos de los partidos con larga
tradición es el que forman las personas con experiencia de gobierno:
convertirlos en un activo y a la vez ayudarles a que su paso por la política
sea con criterio general temporal.
-Evitar la acumulación de cargos
-Hacer una llamada al compromiso individual ético e
ideológico duradero a cambio de la libertad individual, de erradicar las
lealtades inquebrantables a un aparato.
-Análisis crítico de las primarias/referéndums/consultas: evitar
candidatos únicos, riesgo de entrismo e improvisación, diseñar el proceso para
promover la detección de nuevos talentos, combinar la alta participación con la
búsqueda de candidaturas idóneas con criterios de “vetting” (como se selecciona
al vicepresidente de Estados Unidos)
-Dearrollar una cultura de primarias: fair play,
colaboración post-primarias.
-Militantes activos-as en las redes sociales.
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