domingo, 21 de abril de 2024

La muerte lenta del referéndum de secesión

Hoy hay elecciones en Euskadi y en la campaña electoral ni se ha hablado de la posibilidad de un referéndum de secesión, en el territorio que, hasta el “Procés” catalán, había sido el más secesionista de España. Sin embargo, los partidos separatistas catalanes siguen haciendo del referéndum de secesión una bandera. Aunque ello no lo han puesto hasta ahora como prioridad para negociar con Pedro Sánchez, tanto Junts como ERC siguen teniendo el referéndum de secesión pactado como arma electoral, un tanto en contradicción con seguir reclamando la vigencia del 1-O.

Pere Aragonès incluso aprovechó su púlpito oficial como presidente de la Generalitat para anunciar su propuesta de referéndum, con pregunta incluida, coincidiendo con la convocatoria electoral. Para ello se basó en un Informe firmado por el presidente del Instituto de Estudios del Autogobierno, el jurista Joan Ridao, y por otra persona que parece ser un empleado suyo. Parece que no fue suficiente el Informe que había elaborado previamente un Consejo Académico más plural (y que dejaba abierto un abanico muy amplio de posibilidades), pero también nombrado directamente por el propio Govern, para hacer propuestas que sacaran lecciones del Acuerdo de Claridad al que se llegó en Canadá tras el fracaso del segundo referéndum de secesión de Quebec en 1995. El Informe Ridao aboga como vía prioritaria por una interpretación del artículo 92 de la Constitución española que permita realizar un referéndum consultivo sólo en Cataluña, donde el resultado, en caso de ser favorable a la independenecia, se interprete como “referéndum de inicio” que dé lugar a una negociación “de buena fe” entre las partes implicadas.

El catedrático constitucionalista Xavier Arbós, una persona de firmes convicciones catalanistas y federalistas, ha sido uno de los muchos expertos que ha explicado que tal vía (o cualquier otra) en ningún caso puede dar lugar a la independencia de Cataluña sin modificar la actual Constitución en su artículo 2, que como es conocido, impide la separación de una parte del territorio, que considera indivisible (como hacen prácticamente todas las Constituciones escritas del mundo, incluida la Constitución de todos los estados-miembro de la Unión Europea). Esta reforma constitucional requeriría una mayoría cualificada de las Cortes españolas y un referéndum de ratificación en toda España. El texto constitucional español no puede ser más claro: esa es la ley de claridad vigente en España, que se puede cambiar, pero para conseguirlo no basta con tener mayoría de votos en unas elecciones autonómicas o en un parlamento.

Lo cierto es que lo que parecía plausible, y que convenció a mucha gente, en 2014-2016 (los años de los referéndums de Escocia, Crimea, del Brexit), hoy ha pasado bastante de moda, como ilustra la campaña vasca. En Quebec la Ley de Claridad sirvió precisamente para NO convocar más referéndums soberanistas, y por eso sigue formando parte de Canadá, un país con unas instituciones, una historia y una geografía bastante distintas a España (aunque haya lecciones que aprender, por ejemplo en el terreno lingüístico). Y en Escocia y el Reino Unido, 10 años después del inicio de los temerarios referéndums de David Cameron que acabaron llevando a su dimisión (el de Escocia y el del Brexit, ambos convocados a propuesta del Primer Ministro por el Parlamento británico, que no tiene las restricciones que impone una Constitución escrita), no hay ningún apetito ni ninguna perspectiva, de un nuevo referéndum.

La “Consulta” de Mas en 2014, las elecciones supuestamente plebiscitarias de 2015, el 1-O… y la división que todo ello ha traído a Cataluña, acompañada por la inestabilidad política y jurídica que llevó a miles de empresas a alejar de ella su domicilio social, han erosionado la credibilidad de la idea de referéndum como una propuesta viable y deseable. Ahora conocemos las consecuencias de lo que se hizo en el Reino Unido, donde separarse de la UE sí tenía un recorrido legal. Por si estamos tentados de recorrerlo, suponiendo que hubiera una mayoría como la que se requiere para cambiar la Constitución, ¿fue el referéndum del Brexit una buena idea? Hay otras soluciones democráticas que son mejores, como ratificar grandes acuerdos alcanzados por las formaciones democráticas más representativas, que es lo que ya prevé por ejemplo la actual Constitución española.

Los independentistas, o algunos, quieren corregir que el referéndum sea unilateral, pero no otros defectos. ¿Qué quiere decir que Cataluña sea un país "independiente", como dice la pregunta que plantea Aragonès? ¿Un país en la Unión Europea, la zona euro, o con moneda propia? España hoy no es un país independiente, es "Euro-España", como ha dicho Sartorius. Si es así, ser un nuevo estado-miembro de la UE no se puede decidir unilateralmente, sin antes pasar por un largo proceso de integración, aprobado por todos los estados-miembro existentes. ¿Cuál es el contenido exacto de lo que se lleva a consulta? ¿Qué se está aprobando si no hay un acuerdo previo? ¿El inicio de qué? En el informe en que se basa Aragonès no se habla de pequeños inconvenientes como la moneda, el Banco Central Europeo, la Zona Schengen, el Mercado Único… Ni se menciona la Unión Europea.

Los referentes internacionales del informe que da pie a la propuesta de Aragonès incluyen solo a Escocia y Quebec, pero más adelante también a Montenegro. Ahí le paso el testigo a Javier Cercas, cuyas palabras en El País Semanal hace no mucho tiempo nadie ha desmentido: “las guerras de Yugoslavia produjeron, además de en torno a 225.000 muertos, una serie de pequeños países casi por entero dependientes de las grandes potencias, cuya máxima ambición consiste en integrarse ahora en la UE, donde volverán a convivir con sus antiguos conciudadanos yugoslavos en una confederación que tarde o temprano se convertirá en una federación como la que su locura y su fanatismo arrasaron… pregunté si el referéndum de 2006 fue limpio; la respuesta, también unánime, fue "El libro blanco", de Bijela Knjiga, donde se detallan las múltiples irregularidades de la consulta (votaron muertos, votaron extranjeros, hubo gente que votó varias veces), anomalías que el cinismo de la comunidad internacional ignoró porque le urgía la desaparición del último vestigio de Yugoslavia —la unión de Serbia y Montenegro— como paso previo para separar Kosovo de Serbia. Pregunté si el referéndum resolvió algún problema. “Sólo los de los oligarcas”, fue la respuesta. “A los otros, nos creó más”. “¿Ni siquiera pacificó el país?”, pregunté. “Al contrario”, contestaron. “Han pasado más de 15 años y está más dividido que nunca”. Hablaron de la tensión permanente entre separatistas y no separatistas, de serbios interpelados o agredidos en las calles, de la conversión de los serbios en ciudadanos de segunda ante la indiferencia internacional”.

Algunas personas, tanto independentistas como personas que han criticado a Pedro Sánchez por ceder ante ellos, han pronosticado que si Sánchez ha cedido con la amnistía también lo hará con el referéndum. Pero eso implica dejar de lado que la decisión no corresponde a Sánchez, incluso suponiendo que éste estuviera dispuesto a ceder, de lo que de momento no hay evidencia. Ningún gobierno puede aceptar un referéndum de secesión porque la Constitución y la realidad europea en la que hemos decidido integrarnos y de cuyos fondos dependemos, lo impiden, ni siquiera un hipotético gobierno español de Podemos con ERC. Pero además, después del revuelo ocasionado por la amnistía, de la crisis judicial originada y del coste político que ya están pagando los socialistas, es inimaginable que ningún gobierno se embarque en algo que dejaría pequeña la polémica de la amnistía y que dejaría a España, y no sólo a Cataluña, sumida en una crisis Constitucional de grandes dimensiones que duraría años y años.

El estatuto catalán vigente no ha sido ratificado en referéndum (y el que amputó parcialmente el Tribunal Constitucional había sido ratificado con una participación muy baja), lo que sin duda es una anomalía, que no será fácil de resolver en un clima de polarización y falta de consenso.

Pero sólo se habla de referéndum de secesión en Cataluña (y creo que con decreciente convicción) y en la Venezuela de Maduro con el Esequibo (parte de Guyana). Es una lástima que el talento de juristas competentes y el prestigio de instituciones colectivas, que nos pertenecen a todos, se desperdicie en proyectos de parte que no tienen posibilidades de prosperar. Ni siquiera se habla de un plebiscito en Palestina, donde el argumento para un estado palestino (que a mí me plantea serias dudas, porque preferiría un solo estado con igualdad de derechos) se basa no en un referéndum sino en una resolución de las Naciones Unidas.

Si la idea sigue viva en Cataluña es porque sigue siendo eficaz como arma electoral en la división entre independendistas. David Cameron también pensaba en sus intereses partidistas, y creía que el referéndum del Brexit le servía en su batalla con los radicales conservadores. La democracia y la economía británicas siguen sufriendo por ello. Un referéndum de secesión, o su intento, no servirá para resolver nada en Cataluña, ni para mejorar nuestra democracia ni nuestra economía. Pero su pervivencia en el imaginario simbólico de muchos nacionalistas seguirá dificultando la necesaria evolución positiva de las cosas en el único sentido posible, que es el de la federalización de España y Europa, la superación del estado-nación y la relativización de las fronteras.


domingo, 14 de abril de 2024

Federalisme Postnacional (amb la versió en català de la Conferència de S. Illa a Londres com annex)

L’historiador Joan Esculies va qualificar de “postnacional” el discurs de Salvador Illa a Drassanes en el qual va desplegar el missatge oficial de campanya que el portarà a les eleccions al Parlament de Catalunya del 12 de Maig. Aquest excel·lent discurs es pot trobar en el domini públic aquí, i a mi em sembla que s’entén millor al costat del discurs que Illa va pronunciar a la London School of Economics al mes de març (que en forma d’annex reprodueixo al final en la seva versió en català), menys filtrat per uns spin doctors que llavors encara estaven treballant a mig gas. Els dos discursos són importants i complementaris, el de Londres pronunciat a la terra del Brexit, el fracàs més gran del sobiranisme en els darrers anys.

Esculies ho deia, si ho vaig entendre bé, amb una certa recança, però a mi "postnacional" em sembla un adjectiu escaient. Esculies ho deia per reflectir que Illa havia decidit deixar per millor ocasió qualsevol canvi constitucional o estatutari, per centrar-nos en el bon govern amb els instruments legals que ja tenim. A mi això de centrar-nos en el que ja tenim em sembla molt bé, donat el mal balanç que mereixen els intents de donar-li voltes en els darrers anys. Però a més, jo ampliaria el sentit de "postnacional" a laïcisme nacional, és a dir, a centrar l’acció pública en el bon govern, i especialment en les polítiques socials i els serveis públics (i això avui només es pot fer amb col·laboració institucional i altes dosis d’harmonització fiscal transnacional, o sigui federalisme), i deixar per a l’esfera privada, respectant-los, però sense  fer-ne la prioritat pública i retòrica, els sentiments nacionals, tant diversos a Catalunya, Espanya, Europa i el món. És en el sentit que ho va dir fa uns anys el canadenc Justin Trudeau: “Canadà podria ser el primer estat post-nacional” (no ens volem fixar tant en Canadà?). Sóc conscient que això és quasi-utòpic, fins i tot per a un maratonià com Illa, que necessita per expandir els seus vots fer l’ullet a l’enorme cràter de moderats expujolistes que ha deixat orfes el Procés.

Les misses en llatí de Puigdemont i altres independentistes pre-conciliars del morro fort, parlant de restituir un passat convenientment manipulat, i repetint tots els tòpics sobre el PSC, no aconsegueixen esborrar la realitat d’una Catalunya molt per sota del seu potencial, per culpa del Procés. Sequera, dèficit de renovables, fracàs en educació, política social en crisi permanent, deteriorament institucional, fugida d’empreses que no pensen tornar… no se’n van fàcilment de la memòria per molta retòrica delirant pseudo-religiosa que hi posin les diferents candidatures independentistes, tan enfrontades i tan semblants. Les misses en llatí puigdemontistes sonen cada vegada més delirants en un món que està discutint si el que està passant és l'inici de la tercera guerra mundial.

Illa a Drassanes s’ha de llegir sencer, les cròniques han estat una mica esbiaixades: 

-“Formem part d’un espai polític compartit que es diu Europa” 

-“La manera, la possibilitat no segura però la possibilitat única de mantenir aquest model de vida passa per una Europa que s’enforteixi progressivament, que camini cap a un horitzó federal”

-“Aprofitant els espais institucionals que ens ofereix l'arquitectura europea liderant l'euroregió Catalunya mediterrània”

El futur president Illa va parlar de col·laboració institucional des dels Ajuntaments fins a la UE. Aquest és el nostre marc federal, ja existent, al qual no li treiem prou suc. Va parlar de consorci tributari i de combatre la competència fiscal, no d’afegir-nos a ella. Això permetrà la tercera gran transformació. La primera (el desplegament de l’autogovern i la recuperació de Catalunya) no va ser només de Pujol (com diuen les cròniques que va dir Illa: va dir molt més), va ser de Tarradellas, dels catalans a Madrid i dels Jocs Olímpics de BCN. La segona va ser la dels governs de Maragall i Montilla, dels quals va destacar les polítiques socials, no la poc entusiasmant i força divisiva reforma de l’Estatut. Tot això ho va dir Illa davant del net de Tarradellas, del fill de Solé-Tura i de Roca Junyent. I enllaça amb el que diuen els sectors més lúcids a Espanya, com Nicolás Sartorius, que parla d’Euro-Espanya en una democràcia expansiva que vagi més enllà de l’estat-nació i que entri a les empreses. El federalisme post-nacional és molt més ambiciós i a la vegada realista que tota la retòrica nacional, però estèril, del processisme zombie.


Annex: “Quina és l’alternativa? En una paraula, federalisme” 

(Versió en català de la conferència de Salvador Illa a la London School of Economics, 25 de Març de 2024. En aquest enllaç, el vídeo de la conferència, pronunciada en anglès, amb subtítols en castellà)

En primer lloc, vull agrair tant a la London School of Economics com al Centre Cañada Blanch l’organització d’aquesta conferència. És un honor per a mi ser avui aquí, en aquesta institució tan respectada arreu del món. Però és doblement especial ser aquí, parlant com a líder del Partit dels Socialistes de Catalunya i candidat a la presidència de Catalunya en les pròximes eleccions del 12 de maig, perquè també recordem el decisiu paper que la Fabian Society va jugar en la fundació d’aquesta universitat. Els valors de la Fabian Society per portar a terme reformes graduals en la consecució de la socialdemocràcia són tan vitals i necessaris ara com ho varen ser en el moment en què es va fundar la universitat. Tan importants com el paper de la recerca social per ajudar a crear polítiques públiques que treballin a favor de la majoria dels ciutadans. 

Londres és una ciutat de moltes tradicions i moltes inspiracions. On més podem trobar un indret tan divers, tan multicultural, tan cosmopolita com el Londres actual? Naturalment, em refereixo al Londres que fa front als reptes, que ofereix un brillant exemple de coexistència pacífica. Londres és història viva, història en evolució. Permeteu-me acompanyar-vos a un petit viatge a través d’aquesta història. Perquè si fem una ràpida passejada des d’aquesta sala, ens trobarem a l’Strand. Una mica més enllà, ens trobem a Fleet Street, sinònim de la necessitat de tenir una premsa lliure i combativa, mantenint el control dels poders, tant públics com privats. Anem una mica més enllà i ens trobem amb la catedral de Saint Paul, una de les meravelles arquitectòniques del món. Com probablement sabeu, John Donne va ser el rector de Saint Paul. Un dels seus grans poemes ens va deixar una gran mostra de saviesa: “Cap home és una illa”, i va concloure: “La mort de cada home m’afecta perquè m’afecta tot el que li passa a la humanitat. Per això, no preguntis per qui toquen les campanes, toquen per tu”. Els puc assegurar que, després d’haver ostentat la responsabilitat de ser el ministre de Sanitat durant el pitjor moment de la pandèmia de la covid-19, no pot haver-hi paraules més certes: cap persona és una illa. Tots hi estem junts, plegats. Tots hi estem junts, plegats. No ho hauríem d’oblidar mai. Ernest Hemingway va utilitzar aquest poema com a títol de la seva noveŀla sobre la Guerra Civil Espanyola. Estem junts en la lluita contra el feixisme a Europa i hem d’estar també junts en la lluita contra els nous perills. Tampoc podem oblidar la contribució dels joves britànics que van lluitar a la Guerra Civil Espanyola perquè van entendre que, quan la democràcia és atacada en alguna part del món, és atacada a tot arreu. A Espanya i a Catalunya vam ser capaços de superar els horrors de la guerra civil i de la dictadura, i de construir una democràcia constitucional sòlida que proporciona un ampli grau d’autogovern a les nacionalitats històriques i que ens ha permès formar part de la Unió Europea. Durant aquesta transició política, es va comprendre que l’única manera d’enfortir la nostra democràcia era unir-nos al club de les altres democràcies. La unió federal era l’únic camí abans i és l’únic camí ara. 

Actualment, ens trobem a una cruïlla, i és precisament en aquest moment en què hem d’esmerçar tot el nostre coneixement acumulat. Els conflictes sorgeixen a les fronteres europees: 

● Els nostres aliats ucraïnesos lluiten per resistir el salvatge i iŀlegal atac de Vladímir Putin. 

● La població civil de Gaza està patint privacions inacceptables i sense precedents, mentre Hamàs es continua negant a alliberar els ostatges. 

● Un seguit de cops d’estat han derrocat governs democràticament escollits des d’un costat a l’altre del Sahel. 

Hi ha tensions al Pacífic i estem fent front a una amenaça profunda com és el canvi climàtic, que hem de redreçar de manera urgent en els pròxims anys si volem evitar-ne els pitjors efectes. Les decisions democràtiques que prenguem seran transcendentals: 

● En pocs mesos hi haurà eleccions arreu d’Europa, la nostra comunitat de destí, i les enquestes prediuen que la dreta i l’extrema dreta tindran un gran resultat. 

● Als Estats Units, Donald Trump amenaça de subvertir la democràcia i trencar amb Europa. 

Hem de fer front a una important elecció: hem entès que hi estem junts?, que hem de cooperar?, que ens hem de comprometre amb la solidaritat?, que hem de garantir els drets humans? O iniciem un camí de descon fiança, de desesperança i de desintegració? 

L’única manera de sortir de la situació actual és entendre que els nostres recursos i les metodologies emprades han d’estar en consonància amb les nostres finalitats. Ens hem de comprometre amb una política digna dels nostres objectius i de les nostres aspiracions. Hem de rebutjar la política de la divisió: Deixeu-me descriure els deu punts que caracteritzen aquest tipus de política: 

● Sectarisme i curt terminisme en lloc d'una gran estratègia pel bé comú. 

● Partits centrats en les eleccions en lloc de governar. 

● Rivals tractats com enemics. 

● Pluralisme tractat com un obstacle. 

● Institucions convertides en instruments partidistes. 

● Culpabilitzar als altres en lloc d’assumir responsabilitats. 

● Representants polítics més focalitzats en els greuges del passat en lloc de centrar-se en els reptes del futur. 

● Eslògans més importants que els programes. 

● Solucions simplistes per donar resposta a problemes complexos. 

● Aïllament en un món interconnectat. 

Malauradament, a Catalunya estem acostumats a aquesta manera de fer política, però no som els únics. Us deu sonar familiar aquí, al Regne Unit, i també en altres parts del món. Des de Hèlsinki a Lisboa i de Miami a Seattle, és un repte per a tots els que creiem en la democràcia liberal. Aquest estil de fer política té molts seguidors i moltes facetes. És típic dels populistes que diuen parlar en nom de tothom per afavorir la divisió. És típic de les forces xenòfobes que diuen ser úniques, només per acabar copiant els seus veïns racistes. 

La lògica de la polarització només pot portar a victòries minses perquè, al final, qui perd és l’interès general. Quan els partits polítics només busquen la destrucció dels seus adversaris incondicionalment, clarament, estan treballant per la destrucció de les llibertats constitucionals. La democràcia requereix tolerància mútua. Però la polarització en la seva màxima expressió exalta el plebiscit. Els que suposadament busquen la claredat d’una decisió inteŀligent cauen en el parany d’una política mandrosa, d’una política que renuncia al diàleg, a la construcció de consensos i a l’essencial tasca d’unir les persones per sobre de les diferències socials. Però existeix una altra manera de fer política: 

● On el govern se centra en la seva principal tasca, que és governar en benefici de tots. No en agitar i dividir la societat. 

● On els rivals són tractats amb respecte. 

● On s’entén que el pluralisme polític és la base d’una democràcia sana. 

● On es respecta la neutralitat de les institucions i es preserven els equilibris entre elles. 

● On l’àmplia estratègia té prioritat sobre les demandes diàries del cicle polític. 

● On els governants es responsabilitzen dels seus actes. 

● On els errors del passat serveixen per estimular la justícia del present i no per augmentar la rancúnia. 

● On els governants s’adrecen als ciutadans d’una manera inteŀligent i madura. 

● On la complexitat de la realitat i la necessitat de l’intercanvi és reconegut. 

● I on s’entén que no podem fer front als grans reptes si anem sols. Ningú de nosaltres pot anar sol. 

I mentre estigui en risc, soscavada per autoritaris i aspirants a exercir com a autoritaris, nosaltres com a demòcrates compromesos tenim l’obligació de continuar defensant aquesta segona via. És la millor manera, perquè és la més inclusiva i, a llarg termini, és l’únic camí. Conseqüències catalanes A Catalunya hem vist quines són les conseqüències d’una política de divisió, de presidents que opten per enfrontar en lloc d’unificar. Hem perdut una dècada a causa d’una confrontació estèril que ha portat a la paràlisi. Permeteu-me que us posi uns quants exemples: 

● La gran demarcació de Barcelona s’enfronta a una situació de sequera severa. Per què? Perquè el govern no governava per l’interès general. 

● Pel que fa a les energies renovables, Catalunya té menys quota de producció que Dubai. Hem quedat a la cua de la resta d’Espanya, que és un dels països que produeix més energia neta d’Europa. Per què? Perquè els anys posteriors als acords de París vàrem malgastar el temps revivint les batalles del segle XIX en lloc de treballar per construir l’economia del segle XXI. 

● Catalunya ha estat durant molt temps un centre d’innovació, de disseny i creativitat. Però la nostra puntuació PISA més recent ens indica que els nostres estudiants es queden enrere. No se’ls ha proporcionat suport i recursos suficients. 

● I, sens dubte, tots heu sentit a parlar de l’important èxode d’algunes de les principals empreses de Catalunya impulsades per la incapacitat del govern regional per garantir un mínim d’estabilitat pels negocis. Com a president, treballaré incansablement perquè tornin. Però deixeu-me dir que, amb una manera diferent de fer política, aquestes empreses no haurien marxat mai. 

Aquests exemples es refereixen només a Catalunya, però també trobem en altres indrets les conseqüències negatives d’aquesta manera de fer les coses. Si podeu, eviteu la política de polarització. Quan les institucions treballen per sembrar divisions, elles mateixes s’autodebilitin. Quan els familiars o companys de feina estan obligats a escollir un bàndol, es genera un clima cada vegada més intolerant i hostil a l’alternativa del debat raonat. I si permetem que la raó quedi subordinada a les passions enceses, un dia ens aixecarem i veurem com les necessitats bàsiques estan desateses i llavors serem conscients que ens hem equivocat de camí. 

Quina és l'alternativa? En una paraula, federalisme. El federalisme és una manera d’entendre el món i una manera de governar-nos. El federalisme ens ensenya que és possible la coexistència de diferents identitats en un únic sistema de govern. Que unitat no implica necessàriament uniformitat. Que la unió de diferents creences, nacions, llengües i identitats pot donar lloc a quelcom encara millor, forjat sobre la base de les pròpies diferències. El federalisme és una cogovernança amb el compromís d’unir i servir. El futur és federal: per a Catalunya, per a Espanya i per a Europa. I, la democràcia avança, també per al món. Hi hem d’anar a una, tots plegats: aquesta és la premissa del federalisme. Els grans reptes als quals ens enfrontem actualment no poden ser resolts per països o grups individualment, encara que siguin forts. Requereixen un grau de coŀlaboració transfronterera sense precedents. Grans reptes com el canvi climàtic, el desarmament nuclear o la regulació de la inteŀligència artificial només es poden tractar d’una manera multilateral. El federalisme ens permet avançar, paraŀlelament, pel que fa al nostre autogovern però també al govern compartit. Permeteu-me dir-ho d’una altra manera: Europa i Espanya seran més fortes si tenen una major presència de Catalunya, de la seva gent, de les seves institucions i de la seva llengua. I Catalunya serà més forta si té una major presència d’Espanya i d’Europa en les seves institucions i en la seva diversitat. Volem més Catalunya a Espanya i Europa i més Europa i Espanya a Catalunya. Només enfortint els llaços que ens uneixen, serem capaços de preservar les nostres més estimades llibertats democràtiques. El que està en joc no és res més que continuar anant plegats. 

Poques setmanes abans de les pròximes eleccions europees tindrem eleccions a Catalunya, el 12 de maig. Tinc molta fe en Catalunya i la seva gent. I tinc la ferma convicció que enviarem el missatge més contundent possible a la resta d’Espanya i d’Europa a les portes de les eleccions europees. 

● A Catalunya triarem la reconciliació en lloc de la divisió. 

● A Catalunya triarem la tolerància per sobre de la discriminació. 

● A Catalunya optarem per una major integració i cooperació. 

● A Catalunya posarem de la nostra part i enviarem un missatge a tots els nostres germans i germanes, des de Hèlsinki fins a Lisboa, de Dublín a Bucarest. Tots hi estem junts, plegats.


viernes, 29 de marzo de 2024

No hi ha res més pragmàtic que la idea federal

El PSC és com el cafè de les modernes cafeteries. Tothom el vol a la seva manera: curt de cafè, més fort, descafeïnat, amb llet de soja... No em refereixo als que pateixen fòbia al PSC (una malaltia no sé si guarible, però espero que tractable), sinó a votants, militants, simpatitzants, exmilitants que es penedeixen d'haver sortit, ciutadans orfes d'altres aventures polítiques que ara veuen que només queda el PSC, o senzillament persones que no descarten votar el PSC o que el partit per qui voten pacti amb el PSC. Moltes d'aquestes persones comencen dient "diguin-li a l'Illa que...", per llavors dir que voldrien un PSC més així, més aixà, amb una mica més d'això o una mica més d'allò, com el cafè. Igual que tothom porta un seleccionador nacional de futbol a dins, molts porten un primer secretari del PSC a dins. La diferència amb el cafè, però, és que de PSC només n'hi ha un, igual que de selecció només n'hi ha una, i per tant, hi acaba havent molta gent que no surt de la cafeteria amb el PSC que voldria. Mentrestant, el PSC va fent, amb pragmatisme, i avui està millor que qualsevol altre partit català. 


A mi em passava el mateix, amb el cafè, amb el PSC i amb la selecció. Fins que Salvador Illa va pronunciar la conferència a la London School of Economics (LSE), amb una defensa sòlida, amb la boca ben oberta, del federalisme. Just la tassa de cafè que jo volia. Aquí entre nosaltres: ja era hora d’anar més enllà del mantra de l’Espanya plural i diversa. O plurinacional: tot això són constatacions, no constitueix un projecte. El federalisme, sí. I ho va fer amb una defensa com s'ha de fer: com una gran idea força del nostre temps, vàlida tant per Espanya com per Europa, perquè són una continuïtat inseparable. No pas com una llista de propostes de reforma tècnica de l'estat o la Constitució (desitjables), sinó com una idea ambiciosa, èpica, a partir de la qual fer evolucionar la realitat existent (que ja conté molts elements federals), amb reformes legals o sense. Ambició i realisme. 

Ja uns dies abans, més en família (a la presentació del llibre pòstum de Javier Rey sobre la pandèmia com a assaig de cogovernança federal), Illa havia explicat que per a ell el federalisme era el que ell mateix ja havia posat en pràctica per la via dels fets a la pandèmia com a Ministre de Sanitat: la coordinació amb les comunitats autònomes, les reunions federals on assistien des dels representants dels ajuntaments fins a la presidenta de la Comissió Europea, les vacunes adquirides per la UE i administrades per les CCAA sota regles comunes per a tothom, els fons Next Generation... El federalisme d'avui és continuar tot això, generalitzar-ho i fer-ho millor. Fins a la conferència de la LSE, se'l criticava, al PSC (amb certa raó, però no tota), que quan arribaven les campanyes electorals, es guardava el federalisme, o només l’esmentava amb la boca petita. Fins que a les portes de la seva campanya electoral més decisiva, el polític que toca més de peus a terra del món, Salvador Illa i Roca, candidat presidencial del partit pragmàtic per excel·lència, el partit favorit i a batre, presenta en una de les capitals del món la seva idea força: la idea federal. La mateixa idea que estava al lema del vell Moviment Socialista de Catalunya ("Federació, Democràcia, Socialisme"), l'embrió del PSC que es fa formar després de les tragèdies de la Guerra Civil i la segona Guerra Mundial amb les brases del POUM i de la Unió Socialista de Catalunya. I la idea que va fer que molts veterans del socialisme català i l'esquerra catalana (com Jaume Casanovas, Marcel Gabarró, Josep Quintanas, Francesc Esteva, Joan Sabaté i tants altres), en els anys de plom del "procés", abracessin Federalistes d'Esquerres quan molts anaven a la deriva amb el "dret a decidir".

Avui, a les portes del segon quart del segle XXI, aquella idea la trobem als best-sellers de Thomas Piketty, en els think tanks que han derrotat al separatisme a Quebec, en articles al diari El Mundo reclamant un federalisme al PP, als articles on Mas-Colell rebobina, per no dir que abomina, de la seva experiència indepe,... fins i tot la consellera d’Economia d’ERC reivindica el federalisme quan té un moment de debilitat. Benvinguts tots i totes al club... Quina és avui la pantalla passada? El procés i el sobiranisme. Quina és avui la pantalla de present i futur? El federalisme dels fets, de l'Espanya Europea, de la governança global i del Tribunal Penal Internacional. I si no, regalem-li el món a Trump i a Putin. 

És molt apropiat que Salvador Illa sortís de l'armari federalista a Londres, la capital del país que ha estat bressol i tomba del nacionalpopulisme, amb l'èxit a les urnes del Brexit i el seu fracàs demencial a la pràctica (Boris Johnson també se’n reia, del federalisme). Hi ha un federalisme britànic, que va influir a Altiero Spinelli, i que va de l'economista de la LSE Lionel Robbins fins en l’actualitat a Will Hutton (el comentarista més influent en el laborisme favorit per guanyar les imminents eleccions). I és molt apropiat que la visita al Regne Unit hagi acabat amb una reunió amb Gordon Brown, el polític escocès, exprimer ministre britànic, que va frenar l'independentisme a Escòcia amb el seu vibrant discurs el dia abans del referèndum del 2014. En aquell discurs, Brown va recordar un vell principi de l'esquerra, que serveix tant per explicar els èxits de la socialdemocràcia britànica (com el servei nacional de salut, NHS) com els de les unions democràtiques: “de cadascú segons les seves capacitats, i a cadascú segons les seves necessitats”. És exactament el mateix principi que vaig sentir reivindicar a un vell amic de Salvador Illa, el desaparegut Alcalde i alpinista Sergi Mingote, quan en una trobada de Federalistes d'Esquerres, va dir que aquest principi era el que regia tant la seva família multigeneracional (on s'ajudaven els uns als altres) com a les grans realitats federals. El federalisme no és només una tècnica o una recepta legislativa, ni apel·la només a la raó. A la LSE, Illa va dir: "Els problemes més grans dels nostres dies no poden ser resolts per països individualment, per molt forts que siguin. Requeriran un grau de col·laboració sense precedents a través de fronteres i entre països". 

Com es concreta això a casa nostra? Doncs no com voldrien els nacionalistes de diferents banderes, lògicament. Ni referèndum ni finançament singular ni decretar l’estat d’excepció permanent: tot allò que ens agrada (normalitat institucional, pluralitat, diàleg, perdó, solidaritat), a ells (als indepes més recalcitrants i a la dreta espanyola) els sembla humiliant, i aquesta és la dificultat... Tot està concretat, però no com voldrien els nacionalistes, és clar. Està concretat en els programes electorals i les ponències congressuals del PSC, o als 5 llibres que alguns hem escrit o co-escrit al llarg dels últims 10 anys (però quina mandra repassar tantes lectures abans d'escriure segons quines cròniques periodístiques, oi?). No hi haurà un moment màgic de desconnexió federalista, no hi haurà cap DUF (Declaració Unilateral de Federalisme), hi ha una evolució realista i ambiciosa, a partir de la paciència i del diàleg, la negociació i el pacte, amb moltes abraçades no correspostes, a partir d'una realitat que ja té molts ingredients federals (alguns sota atac de la dreta sobiranista europea).

 


miércoles, 27 de marzo de 2024

El túnel de Gordon Brown

El ex primer ministro británico y ex ministro de Hacienda (Chancellor of the Exchequer) Gordon Brown (el hombre que, con su poder de convicción, frenó la creación de un estado escocés) es una de las personas más serias y respetables de la política internacional, aunque haya sido mejor expolítico que político. Por eso me parece un indicador de lo difíciles que están las cosas en Israel y Palestina, que él haya descrito como algo deseable lo que a punto estuvo de pasar (pero no pasó) en 2008: que casi se llegara a un acuerdo para la creación de dos estados, con el palestino compuesto por dos pedazos de tierra, Gaza y Cisjordania, conectados por un túnel o por una autopista por donde sólo pudieran circular los palestinos. 

Pero esa es la lógica de la "solución" de los dos estados: dar carta de naturaleza a la transformación de bienes públicos en bienes de club que solo pueda utilizar una parte de la población: unas carreteras para los israelíes y otras para los palestinos, en un mismo territorio, conectando pedazos de tierra aislados unos de otros, rodeados de muros y checkpoints, a los que se daría categoría de fronteras reconocidas internacionalmente. 

La solución de los dos estados es fruto de una resolución de las Naciones Unidas, es la legalidad internacional, y por eso merece respeto. Forma parte de un amplio consenso y es utilizado, en muchos casos de forma bienintencionada, como sinónimo de "proceso de paz". Sin embargo, adolece a mi modo de ver de dos problemas fundamentales, uno que podríamos llamar prescriptivo, y otro que podríamos llamar fáctico. 

El problema prescriptivo consiste en la falta de consistencia ética y moral de una receta que condena a dos comunidades al enfrentamiento étnico, que lo da por bueno e irremediable. Esta crítica ya la hicieron en el pasado personalidades como Hannah Arendt, Edward Said o Tony Judt, que abogaban por un estado multiétnico, así como otras personalidades de la comunidad judía, que no creían que la noción de un "hogar para el pueblo judío" (un territorio donde aquellas personas judías que lo quisieran o necesitaran pudiesen encontrar refugio) debía convertirse necesariamente en un hogar exclusivo para el pueblo judío. Hoy para muchos judíos israelíes, un palestino es un monstruo, y para muchos palestinos, un judío israelí también es un monstruo. Dos estados con su inversión en identidad afirmada contra el vecino no mejoraría en mucho la realidad de sentimientos actual, que alimenta la violencia y la guerra sin parar. 

El problema fáctico es que hoy, o ya antes de que Gaza se convirtiera en un problema humanitario de proporciones bíblicas, lo que debería ser el supuesto estado palestino es un queso gruyère sin continuidad (descrito brillante y tristemente en el libro "A Day in the Life of Abed Salama"), con incrustaciones en Cisjordania de asentamientos (piénsese en grandes condominios protegidos con la más avanzada tecnología) de judíos israelíes a los que les da absolutamente igual la realidad internacional, a la que chantajean utilizando la importancia estratégica de Israel para la seguridad y los intereses del mundo occidental. 

¿Cuál es hoy la alternativa y quien la apoya? El objetivo humanitario de la comunidad internacional debería ser que árabes y judíos, y personas que no necesiten etiquetarse, puedan compartir ese pequeño territorio, sin que nadie tenga que irse, en igualdad de condiciones. Es difícil de argumentar que la igualdad de derechos y oportunidades se cumplirá por el mero hecho de existir dos estados, cuando el mismo Biden ya ha dicho que "estado" puede querer decir muchas cosas (se entiende que desde China hasta Costa Rica pasando por Puerto Rico), con lo que da a entender que a la actual realidad de muy precario autogobierno palestino se le añada algún recurso más, un mayor reconocimiento internacional, y se le llame estado... pero sin ejército, con pocos medios, y con el acceso restringido a las infraestructuras del hermano mayor de al lado. La alternativa es un solo estado democrático con igualdad de derechos civiles y políticos para todas las personas. Eso nunca lo aceptará seguramente una mayoría del actual estado de Israel, bajo el cálculo de que habría un gran "riesgo" para ellos de que la mayoría de ese estado único fuera palestino. Es el mismo temor a la expansión de la democracia que han tenido todas las oligarquías, y que se puede paliar reduciendo el tamaño de lo que está en juego: es decir, supeditando a grandes mayorías cualificadas, o sacando del juego de mayorías y minorías, aspectos que tengan que ver con la protección de la identidad judía, sus símbolos, y la lengua hebrea, y que tengan que ver con la protección de los intereses occidentales, a cambio del apoyo financiero de Europa y Estados Unidos. Esa es a grandes rasgos la alternativa que hoy defienden personalidades judías como Peter Beinart, editor de Jewish Currents, o árabes como Shibley Telhami, profesor de la Universidad de Maryland, o la organización multi-étnica Standing Together, perseguida por los fanáticos de ambas comunidades.

¿Se puede hacer realidad la alternativa? Es muy difícil, pero no está más lejos de la realidad actual (la "realidad de un estado" con poder real ejercido discriminatoriamente, el israelí) que la llamada "solución de los dos estados", considerada imposible de llevar a la práctica por numerosos observadores imparciales que conocen la realidad sobre el terreno. Se trataría de, sin cambiar las resoluciones de las Naciones Unidas pero relegándolas a un futuro indefinido, priorizar el respeto a los derechos humanos, pasando primero por un alto el fuego en Gaza, el freno a cualquier tentación de desplazamiento de población, la reconstrucción de la franja bajo cobertura internacional y el lento desarrollo de un escenario de convivencia y levantamiento de muros y checkpoints con ámbitos de poder separado en algunos casos, y compartido en otros, no muy distinto a largo plazo de lo que ocurre en Irlanda del Norte.

¿Y por qué no una especie de Unión Europea pasando primero por dos estados? Esa es la opción de algunos grupos pacifistas que no se atreven a denunciar la idea de los dos estados. Puede ser un óptimo de segundo grado (un "second best")  si genera un consenso suficiente, pero si existe un consenso en que ese es el horizonte deseable (un futuro de libre movilidad e igualdad de derechos), sería mejor ahorrarnos la creación de fronteras para después derribarlas, porque mientras tanto se va a seguir invirtiendo en identidad divisiva y en tierra quemada. 

La idea de que cada guerra tiene que solucionarse asignando un estado a cada grupo étnico es una idea indeseable e impracticable, que tiene al mundo en llamas desde la primera guerra mundial. El derecho a la autodeterminación entendido como derecho de cada grupo étnico a levantar fronteras es una mala forma de superar los procesos coloniales. Es posible eliminar la explotación sin crear nuevas explotaciones, y desarrollando instituciones que extraigan lo mejor, y no lo peor, que hay en el ser humano.

miércoles, 20 de marzo de 2024

Només Illa pot aturar el dia de la Marmota

Mentre a Catalunya falla l'educació, l'aigua, l'habitatge, les presons, la sanitat, l'energia i quasi tot allò que tingui a veure amb els serveis públics (certament no estem a Haití, però per al nivell de recursos de Catalunya, la situació és inacceptable quasi en tot), per la deixadesa fruit de més de 10 anys de deliris desafortunats, el lideratge independentista (malhumorat i dividit) segueix en la seva particular roda del Hàmster. Les pistes sobre on són els diferents sectors indepes un cop s'han convocat les eleccions són una mica desoladores: alguns segueixen parlant d'independència i sobirania com si no hagués passat res (ni Brexit ni "procés"), altres parlen d'una emergència identitària..., mentre el Govern de la Generalitat es mostra presentant-se documents a si mateix sobre finançament, amb el discurs d'Artur Mas de 2012, després de 10 anys de practicar l'estratègia de la cadira buida.

Mentrestant, el PSC s'ha presentat en el seu Congrés com el partit més unit, sòlid i competent de Catalunya, amb un candidat plenament preparat per presidir la Generalitat: Salvador Illa. No hi ha cap altra candidatura que pugui garantir unitat civil contra el cansament i la divisió, interdependència positiva amb el conjunt d'Espanya i Europa, i la recuperació dels serveis públics. Sempre amb la boca petita (pel meu gust, jo l'obriria més), les ressolucions del Congrés del PSC han ratificat la seva vocació federal (un federalisme pràctic, dels fets, el que permet resoldre problemes), que ve dels temps del Moviment Socialista de Catalunya, la prehistòria del PSC en paraules de Raimon Obiols:

-AMBICIÓ. No hi ha cap projecte més ambiciós per Catalunya que contribuir a articular de manera federal l'Espanya plural i diversa en una Europa unida sense fronteres.
Espanya és una realitat plurinacional, i Catalunya també. I molts de nosaltres, individualment, també som plurinacionals, i alguns fins i tot postnacionals. Això són constatacions. El que cal fer és gestionar aquesta diversitat i articular aquesta complexitat. I això es fa amb un federalisme millor a Espanya i Europa, més sòlid i estable que el que ja tenim. Buscar solucions en solitari, insolidàries, és poc ambiciós i a més ben poc realista. El "nosaltres sols" és el que ha portat a Catalunya a un carreró sense sortida els darrers 10 anys.

-PROJECTE. No volem crear noves fronteres, ben al contrari: volem cooperar a través d'elles i interactuar relativitzant les que hi ha. Tenim el nostre projecte federal (i a partir d'ell podem dialogar i arribar a síntesis amb altres), creiem que és el més adequat pel món d'avui i de demà, és un projecte que mira al futur i no al passat, un futur de reptes interdependents, que depassen les fronteres existents i que requereixen molta cooperació i solidaritat.
El nostre és un projecte de millora democràtica i institucional, que parteix del respecte a l'estat de dret des de les ordenances municipals fins a les resolucions de l'ONU, del respecte a les identitats i la diversitat per resoldre els grans problemes de la humanitat, ampliant les solucions solidàries i cooperatives que hem donat a la pandèmia i la guerra d'Ucraïna: la co-governança federal del confinament, les vacunes i els fons Next Generation (amb totes les Comunitats Autònomes, els Ajuntaments, el govern d'Espanya i la Comissió Europea), la lluita contra l'encariment de la cistella de la compra amb la Guerra d'Ucraïna i la preparació comuna i solidària a Europa per un futur incert però ple d'oportunitats amb la transició ecològica i digital.

-EUROPA FEDERAL O SOBIRANISTA. Catalunya ha de decidir si aquest futur el vol fer amb la dreta sobiranista de Meloni, Orban, Le Pen, o si el vol fer amb la socialdemocràcia i el federalisme dels fets que representen el PSC i el PSOE. Som un partit federalista i federador, com diu sovint en Raimon Obiols. Però el nostre federalisme no és només el d'en Raimon, el de Pasqual Maragall, el de Jordi Solé-Tura, Carme Chacón o el de Pep Borrell; també és el de Salvador de Madariaga, Alfredo Pérez Rubalcaba, Ximo Puig i Altiero Spinelli o Ursula Hrischman i els pares i mares que van fundar la Unió Europea. Aquest és el futur on Catalunya té totes les de guanyar si juga bé les seves cartes.

(Una nota personal, no massa rellevant: amb excepció d'una o dues persones que em van felicitar, els companys i les companyes que se'm van adreçar arrel de la meva decisió de no presentar-me a la reelecció a l'executiva del PSC, em van fer arribar que creien que ho deixava massa aviat, després de 4 anys i 3 mesos. Una persona a la qual admiro em va dir, com un retret, que "sempre me'n vaig dels llocs". Tot això ho agraeixo, perquè són persones que m'aprecien. Suposo que potser també n'hi ha que estan molt contents que em tregui del mig, però no em van dir res. Els que són totalment acadèmics o totalment polítics, crec que els costa entendre'm. Però això no té cap importància: sigui com sigui, acabem sisplau amb el Dia de la Marmota)

viernes, 8 de marzo de 2024

Sobre secretarios de organización y juventudes de los partidos

Perdón por hablar de mí, pero tengo que empezar este texto con una confesión: no sólo fuí secretario de organización (SO) y pertenecí a las juventudes de un partido, sino que fui secretario de organización DE las juventudes de mi partido. Y no por poco tiempo, sino por 5 años, el cargo (orgánico, público o académico) en el que he estado más tiempo, y seguramente el que he disfrutado más. Bueno, tampoco es que haya tenido tantos. Y mi partido es el PSC, el partido doblemente traidor (a Cataluña y a España), aquel a cuyos militantes se les culpa a diario de ese monstruo de tres cabezas que forman la LOAPA, el 155 y el GAL.

Lo digo porque a raíz del caso Koldo, algunos comentaristas no han perdido la oportunidad de destacar que, qué casualidad, Ábalos era SO del PSOE, tuvo su primer cargo remunerado a los 23 años y ya no dejó la política profesional. Y aparece también un personaje, antiguo miembro de las NNGG del PP, Jacobo Pombo, que creó un fantasmagórico Global Youth Leadership Forum que no parecía tan fantasmagórico porque atrajo a numerosos VIPS -desde Ábalos hasta el Rey-, y usó dicho foro como (parece) plataforma para el tráfico de influencias.

De los más de 100 alcaldes y alcaldesas que tiene el PSC, y cientos del PSOE, muchos pasaron por su rama juvenil, igual que ocurre con otros partidos. Como yo, muchos han entrado, salido y vuelto a entrar en la política (profesional o no). Algunos completaron sus estudios (algunos heredamos unas condiciones familiares que lo hacían muy fácil), otros no. Suerte para quienes pretendan crear organizaciones políticas que no causen tensiones con la carrera académica y profesional.

Es verdad que hay patologías difíciles de extirpar. Pero tras más de 40 años de militancia y de haber reflexionado sobre el tema obsesivamente, desconozco su solución, aparte de expulsar a las manzanas podridas, y hacer todo lo que se pueda para mejorar la percepción que se tiene de la política, para que personas mejores se acerquen a ella.

Pero visto lo que aprendí siendo SO de la JSC, recomendaría a todo el mundo pasar por una experiencia parecida. En una conversación reciente con Olivié Bayón, Ricardo Castro y Anna Terrrón sobre la figura de Javier Soto recuerdo algunos de mis aprendizajes, pero me quedo corto: el Informe Urenda, las razones del colectivo LGTBI, las del feminismo, pisar la Cataluña real… 

Haber sido SO de unas juventudes no me ha impedido formarme en mi país y fuera del mismo, tener una profesión fuera de la política y acumular títulos académicos, pero mi formación sería totalmente incompleta sin aquellos años. Y dudo que si hubiera dedicado mi activismo a otros colectivos (de la Iglesia, por ejemplo), hubiera aprendido esa mezcla de realismo y progresismo que caracteriza a la inmensa mayoría de esos alcaldes y alcaldesas que mencionaba más arriba.

Cualquier plataforma política deberá contar con jóvenes, y muchos de ellos se especializarán y dejarán sus estudios, porque la política es trabajo-intensiva. Y deberá tener alguien encargado de la organización y la disciplina. Y el resto de la sociedad podrá despotricar relajadamente desde su sofá (quizás presumiendo de que nunca han estado en un partido político) porque unas organizaciones políticas mientras tanto mantienen viva la democracia en los ayuntamientos, los parlamentos y los gobiernos.


domingo, 25 de febrero de 2024

Federalismo en la tercera fase

Se podría decir que el federalismo tiene tres fases: practicar el federalismo, saber que se es federalista, y decir que se es federalista.

Primera fase: practicar el federalismo. Esta es la fase más importante y necesaria, aunque no sé si es suficiente en una sociedad democrática donde hay que persuadir. En la práctica del federalismo nos va la supervivencia de la especie humana y la solución de los grandes problemas de la humanidad, que sobrepasan totalmente el potencial de los instrumentos del viejo y fatigado estado-nación. En España, el actual gobierno lo practica, tanto internamente como en Europa. No me refiero solo a la Declaración de Granada (una declaración que recoge la vigente política del PSOE de hacer evolucionar nuestro modelo autonómico), sino a cómo el Gobierno de Pedro Sánchez y Salvador Illa gestionó la pandemia a partir del principio del estado compuesto, y a como la Unión Europea, con el empuje decisivo de España, abordó la administración de las vacunas del Covid y puso en marcha, con deuda mancomunada, los fondos Next Generation, o cómo aborda, con una perspectiva integrada, la solución a los retos de la energía o la inmigración. En algunos de los grandes conflictos violentos de nuestro tiempo, cuando se practica el federalismo (incluso sin decirlo), la paz se construye sobre bases más sólidas y justas, relativizando las fronteras y buscando la cooperación entre comunidades. Mejor lo que ha ocurrido en Irlanda del Norte que lo de Israel o Yugoslavia.

Segunda fase: saber que se es federalista. Los derivados de la palabra que empieza por F son conceptos abstractos y complejos. No siempre quienes practican el federalismo son conscientes de ello, sobre todo si nadie se lo recuerda. Es como el enfermo de Molière, que hablaba en prosa sin saberlo. Igual que la prosa es el lenguaje de la cotidianeidad, nos puede pasar desapercibido que la realidad tiene un fuerte sesgo federal. Que ya vivimos en un mundo de soberanías compartidas y solapadas; que la soberanía nacional, especialmente en Europa, es un mito. Resistirse a la fuerza del federalismo, o no ponerle suficientes ganas, nos puede dejar estancados en un mundo que confiaba casi únicamente en la fuerza del estado-nación, sin ser conscientes de todas las posibilidades institucionales a nuestro alcance. Ser federalista no es menos, sino más, que ser soberanista o partidario de la España plurinacional (sin negarla). Es mucho más ambicioso, moderno y prometedor.

Tercera fase: decir que se es federalista. No todo el mundo que dice que es federalista lo es sinceramente (recuerdo a Oriol Junqueras o a Umberto Bossi invocar el federalismo), o lo es en la línea de, digamos, Altiero Spinelli, uno de los autores del Manifiesto de Ventotene. Pero también hay un subgrupo de líderes que practican el federalismo, que saben que lo son, y que sin embargo creen que es imprudente decirlo, o decirlo mucho, o decirlo con la boca abierta. Algunos de ellos son personas que saben más que yo sobre cómo ganar elecciones, y quizás calculen que es mejor no liarse en conceptos abstractos e ideológicos, y que no son "trending topic", y que en cambio hay que “hablar de lo que le interesa a la gente”. Yo como soy una especie de hooligan del federalismo, lo diría todo el rato sin parar (porque creo que sin federalismo no se solucionan los problemas de la gente), pero claro, sería para darme el gusto, y no soy un político profesional que sepa cómo se ganan elecciones. Ahora bien, parece que tras las dudas que ha merecido el relato del pacto con Junts, y el reequilibrio de fuerzas en la izquierda en Galicia, o el descenso del poder autonómico del PSOE, no soy yo quien recuerda, por ejemplo en varias columnas y editoriales del diario El País, que hay algo ahí, llamado federalismo, que ofrece un relato mejor que el del nacionalismo y una alternativa a éste mejor fundamentada en los principios de la democracia y el progresismo, sin que impida pactar con fuerzas nacionalistas que acepten la realidad. Y que, además, es algo que ya se practica en muchos ámbitos.

Veremos si, ante lo que está en juego en las elecciones europeas, nos quedamos en la primera fase.


domingo, 18 de febrero de 2024

Amors (al Barça, a Catalunya) que maten

És trist veure com està el Barça, per als qui vam gaudir del Dream Team i després del Barça de Messi. Almenys els que som més grans podem entendre que allò no era normal, i que va haver-hi una època precedent on els títols eren una excepció. Però la desesperació de la gent més jove que té el seus primers records futbolístics en Stoitxkov i Romario, no la vull imaginar.

Potser aquest va ser el problema, bastant generalitzat: el de creure’ns que érem superiors per natura perquè vam tenir un període extraordinari (o dos), en comptes d’aprofitar allò que era extraordinari per assentar unes bases sòlides per al futur. Pel contrari, ara tenim davant de nosaltres un estudi de cas sobre com NO s’ha de preparar el futur, que s’ensenyarà a les escoles de negocis. El fet és que avui vivim el fracàs dels fills dels que es passaven el porró, els que lluny de saber gestionar l’èxit, se l’han farrat. 

El segon mandat de Laporta culmina una era de despropòsits populistes, i lluny de ser l’antítesi de l’època de Bartomeu, en suposa l’exageració: la incapacitat de prendre decisions fermes i necessàriament impopulars, i imposar una gestió professional del club amb un lideratge respectat a la societat. Un president que ha perdut el control de sí mateix fins al punt que ni les safates de canapès estan segures, només és la punta de l’iceberg d’un procés acumulatiu que té molts responsables, socials, mediàtics i professionals.

No es veu a l’horitzó de moment una alternativa prou forta i unitària que faci pensar en una resurrecció. El suposat candidat alternatiu, benintencionat segur, segueix plorant per Messi (s’havia de quedar fins que es fes vell?) i hagués portat a l’inexpert equip tècnic de la família Hernández fins i tot abans. Encara no surt ningú que miri al futur i no al passat i que extregui les lliçons del que ha passat i del que passa al voltant, en un moment de grans canvis que afecten a l’esport i on la paràlisi equival a retrocés (com a la política).

Simon Kuper ho va explicar al seu llibre sobre el Barça, que lògicament va passar desaparcebut a Catalunya (malgrat haver-se maltraduït l’original en anglès al castellà), perquè deia coses que ningú volia sentir: que el Barça s’havia convertit en Messi FC i que això havia enfonsat les finances del club, que el Barça mirava massa al passat (Laporta, Koeman, Xavi, Alves, Dr. Pruna, Deco…)  i massa poc al futur…

No seré el primer que destaqui els trets comuns entre el declivi del Barça i el declivi de Catalunya: patrimonialització, nepotisme, divisió, victimisme, supremacisme, caça de bruixes, expulsió de talent, falta de realisme… Els que tant diuen estimar-se el Barça i Catalunya en són els seus principals enemics en la pràctica, i ens tenen fora de l’elit europea, a la cua dels indicadors educatius de Pisa, amb restriccions d'aigua, sense energies renovables i amb la llengua catalana en retrocés social. Quan les coses queden en mans de fanàtics, malament… Més que seguir-nos passant el porró, potser que canviem els equips dirigents per complet.


domingo, 4 de febrero de 2024

La reacció local als traumes geopolítics

L’altre dia, el PSC de Vilafranca del Penedés em va demanar que parlés de “Geopolítica mundial i el seu impacte a l’economia local”. Vaig tenir la sort i l’honor de ser acompanyat per l’Alcalde Francisco Romero, que fa pocs anys va publicar un llibret molt recomanable, "Política 4.0", amb idees sobre el tema, que vaig llegir abans de trobar-me amb ell. Em va sortir una cosa entre crida a l’esperança i un involuntari manual d’auto-ajuda. 

Transcric a continuació les notes que vaig fer servir per preparar la xerrada (encara que em vaig saltar algunes coses), amb canvis mínims. No inclouen el debat posterior, que va ser molt ric pels comentaris i preguntes del públic, i per tant no reflecteixen totalment el que va ser la trobada. Però en donen un tast.

Coses positives abans de parlar de riscos, reptes i problemes:

-Vacunes, salut, esperança de vida.

-Llibertats individuals.

-Pau i justícia universal (Pinochet, Mladic, Putin, Netanyahu, Hamas-Iran)

-Viatges

-Formació

-Ocupació

-Joventut compromesa (Polònia, Brexit, medi ambient, Espanya)

-Hi ha més noies que nois a la Universitat

Reptes geopolítics

-Guerres: Ucraïna, Gaza, altres

-Crisis: 2008 vs 2020

-Pandèmies globals 

-Envelliment i pensions 

-Migracions

-Canvi climàtic

-Canvi tecnològic i poder de les grans Multi-Nacionals

-"Altruisme efectiu", Responsabilitat Social Corporativa i impostos 

-Disrupció democrática.

-Democràcia deliberativa i lotocràcia. 

-No hi ha dos eixos: l'exemple del finançament autonòmic

-Democràcia multinivell

-El creixement econòmic d'Àsia, especialment Xina i Índia, però manteniment de Japó.

-Multilateralitat i multipolaritat.

-Eleccions USA i UE (grans temes: reforçar la productivitat, l'autonomia estratègia, la seguretat, la unitat fiscal i política, la federalització)

-Israel i Occident com a “gated communities”

-Etnocràcies: Israel, India, Iugoslàvia vs Irlanda del Nord. 

Impacte local:

-Catalunya i Penedès plurals i diversos

-Immigració: regulació europea i integració social i econòmica ambiciosa, amb drets i deures per a tothom.

-Sequera 

-Transició ecològica i el camp

-“Good jobs” i pre-distribució.

-Hem de millorar la formació i la innovació

-No ens podem aïllar: Israel com a metàfora.

-Què seria de nosaltres sense Europa.

-No donem passos enrera i, si pot ser, reforcem la integració i la federalització de la UE.

-Combatre l'extrema dreta: sense ingenuïtat (sense fer regals estratègics: és un repte, i planteja pors), amb valors d'ètica i solidaritat universal i amb pedagogia sobre els fets i les dades (a Catalunya ha augmentat la immigració, seguirà augmentant per necessitat mútua i s'ha reduït la criminalitat, l'emigració és molt positiva per l'economia)

Deu idees finals per a la política local (en la lògica de les estratègies dominants, passi el que passi):

1-No perdeu cap oportunitat per aprendre (llegint, viatjant, parlant amb la gent gran, veient vídeos, buscant i retenint bons mestres).

2-No perdeu cap oportunitat per ensenyar i, sobretot, per millorar l'educació i les nostres escoles.

3-Assigneu bé el temps i els recursos entre els objectius a curt i a llarg termini.

4-No desaprofiteu el talent i assigneu-lo bé.

5-No sigueu observadors passius, organitzeu-vos i actueu col·lectivament amb eficàcia comunicativa (rebutjant i denunciant l'odi a les xarxes) i organitzativa: federeu.

6-No deixeu ningú enrera.

7-Integreu els nouvinguts, som millors amb ells.

8-Ajudeu a crear oportunitats econòmiques posant la tecnologia al servei del treball i la transició ecològica: més pastanaga que pal, més suma positiva que suma zero.

9-Busqueu un bon equilibri, mútuament exigent però respectuós, entre el sector públic i el sector privat

10-Doneu protagonisme i oportunitats a la gent jove, sense paternalismes, són millors que nosaltres en moltes coses: experimenteu, proveu coses.


sábado, 27 de enero de 2024

Ambició i realisme per a Catalunya

En els darrers deu anys i escaig, a Catalunya ha dominat una combinació nefasta de política de visió estreta i a la vegada fantasiosa, quan el que es necessita més que mai és la combinació virtuosa d’ambició i realisme. L’ambició i el realisme que es necessiten per contribuir a impulsar una Catalunya que no perdi pistonada, en una Espanya moderna i una Europa unida.

Per exemple, amb la presentació del document de la Fundació Rafael Campalans (FRC), el think tank del socialisme català, de la politòloga Sandra León, culmina un cicle de tres extensos documents encarregats per la direcció del PSC sobre finançament autonòmic al llarg dels darrers anys (els altres dos, escrits per M.A. Monés i M. Colldeforns un d’ells, i per A. Zabalza l’altre). Des de diferents perspectives, aquests documents aporten anàlisis valuoses sobre com s’ha arribat a la situació actual i propostes de millora en un sentit d'ambició i realisme.

Amb aquests tres documents, i amb el treball del Grup Parlamentari i el Govern Alternatiu, el PSC està preparat per afrontar el necessari debat a Catalunya per assolir un consens social i polític, i en el marc de les institucions espanyoles i totes les taules de negociació que siguin necessàries, per assolir també el màxim grau d’acord al conjunt de l'estat.

Catalunya, a través del lideratge del PSC tant quan ha estat al Govern com a l’oposició, ha liderat històricament, amb l’excepció dels darrers deu anys per la política de cadira buida practicada pels successius governs independenistes, els debats sobre les reformes i millores del finançament territorial, i ho ha de seguir fent. 

En aquest debat necessari, dels tres documents del PSC (i del meu propi aprenentatge durant aquest procés d’elaboració) es poden desprendre deu idees força:

1 Vivim en una democràcia multinivell (des del nivell municipal fins al nivell europeu) que requereix un finançament complex perquè les despeses i ingressos de cada nivell per si sols no sempre estan equilibrades, perquè hi ha objectius de solidaritat entre els diferents territoris, i perquè el que es decideix en ingressos o despeses en un territori té efectes en altres.

2 La reforma del sistema de finançament autonòmic a Espanya  i del model de finançament de les competències de la Generalitat de Catalunya, s’ha de veure en aquest context i ha d’apuntar a objectius de transparència, suficiència financera, equitat i eficiència. La solidesa del sistema és fonamental per finançar amb estabilitat les competències de l’estat del benestar (educació, sanitat i serveis socials) que tenen assumides les Comunitats Autònomes.

3 El sistema actual de finançament autonòmic va quedar caducat a l’any 2014 i ja va quedar desfassat anteriorment, quan va resultar insuficient per fer front a la crisi financera global i a la crisi de l’euro de 2008-2010. La reforma ha de ser ampliament pactada a Catalunya i a tota Espanya perquè el model sigui més robust al cicle econòmic i polític.

4 Atès el shock obrevingut i no previst de la crisi de 2008-10, les Comunitats Autònomes van haver de fer front a un fort endeutament que no és fruit de la seva mala gestió. Per això s’imposa la condonació parcial del Deute Autonòmic actual amb criteris objectius aplicables a totes les Comunitats i l’actualització periòdica del finançament seguint criteris d’evolució de les necessitats i no dels ingressos. Propostes interessants en aquest sentit estan contingudes al document de la FRC d’Antoni Zabalza, i poden servir de base per a un acord ampli.

5 El conjunt de les Comunitats Autònomes han de poder finançar les mateixes competències, i aportar a la solidaritat comuna, amb criteris semblants de necessitat. Les competències específiques i diferenciades que tenen diferents comunitats (com els mossos d’esquadra o les presons a Catalunya), han de tenir vies especifiques, com ja tenen. Per això Catalunya seguirà formant part del Règim Comú, i les Comunitats Forals, mantenint les institucions especifiques que els reconeix la Constitució, hauran de contribuir progressivament a la solidaritat d’una manera equivalent.

6 El sistema actual de Règim Comú és poc transparent i equitatiu, fruit de la juxtaposició de fons d’anivellament que responen a objectius diferents i sovint contradictoris. Proposem que hi hagi un sol fons d’anivellament, amb criteris a negociar, però que vagin en la direcció d’una progressiva igualtat potencial (que els mateixos serveis es puguin prestar en les mateixes condicions a tot l’estat i gradualment a tota Europa), ordinalitat (perquè les Comunitats que aporten més no es vegin injustament perjudicades en el procés d’igualació gradual) i incentius en el marge per fer una millor gestió dels recursos i afavorir el creixement econòmic.

7 L’Estatut d’Autonomia vigent i els successius programes electorals del PSC proposen la creació d’un Consorci Tributari conjunt entre l’administració central de l’Estat i la Generalitat. L’informe dels experts reunits pel ministre Montoro del PP de 2017 també reconeix la possibilitat d’ampliar aquesta possibilitat a les Comunitats que ho desitgin. No veiem cap raó perquè aquesta institució federal no sigui una realitat, negociant els aspectes de governança que siguin necessaris.

8 Les millores institucionals en una direcció federal no s’han de limitar a la creació d’aquest Consorci, sinó que s’han d’ampliar a atorgar funcions legislatives i de seguiment al Senat pròpies d’una Cambra Territorial i a millorar el funcionament del Consell de Política Fiscal i Financera. El document de la FRC de Colldeforns i Monés conté propostes preliminars en aquest sentit.

9 La necessitat de millorar les Inversions en infrastructures a Catalunya i altres Comunitats Autònomes i altres objectius, com la necessitat d’evitar la competència fiscal a la baixa, no depenen exclusivament del sistema de finançament de les competències autonòmiques, però en la mesura que aquest hi pugui influir, s’han de tenir en compte en la reforma.

10 El Dèficit fiscal de Catalunya amb l’Estat també és una qüestió que va més enllà del sistema de finançament autonòmic, tot i que sovint es barreja en el debat. En promig, per objectivar el debat, aquest dèficit fiscal hauria d’equivaler aproximadament a pagar en funció de la renda i rebre en funció de la població, calculat pel criteri que reflecteix millor el fluxe de pagaments i beneficis, que és el criteri de la càrrega benefici.


domingo, 14 de enero de 2024

Per què ha de ser una mala notícia tenir més immigrants?

Els líders neovergents de Junts s'enfaden quan se'ls compara amb el Trumpisme. Podem discutir si han contribuit més o menys a l’erosió de les institucions, si han estat més o menys conspiranoics, si han demonitzat més o menys els seus adversaris. Alguns d’ells s’han desmarcat de les fantasies més delirants del processisme, encara que sigui en privat i amb la boca petita. Però el que no és discutible és allò que ja ha passat: van fer president a una persona que havia parlat de “Bèsties amb forma humana” referint-se als catalans que parlen en castellà; han permès que una persona de la ultradreta xenofòbica fos alcaldessa de Ripoll, i ara intenten presentar com un problema d’ordre públic la presència de persones immigrades a Catalunya.

Com ha explicat el periodista del Financial Times Simon Kuper, resumint una evidència sòlidament establerta, la immigració procedent de països més pobres dóna lloc a un joc de suma positiva: positiva per a les persones que prenen la duríssima decisió d’emigrar, i positiva per a les envellides societats que els reben, incloent Catalunya i Espanya –cosa que no impedeix que la dreta populista arreu alimenti la por al canvi demogràfic. El creixement econòmic de Catalunya a les darreres sis dècades, per exemple, no es pot explicar sense l’arribada de centenars de milers de persones procedents d’altres terres, de la resta d’Espanya o de la resta del món, persones que sí, moltes d’elles han hagut de patir i segueixen patint discriminacions més o menys subtils (entre elles, rebre els qualificatius de "xarnegos" tradicionalment, o ara "nyordos" o "colons" a les xarxes). 

Jaume Bellmunt ho ha explicat molt bé en un recent article a Política i Prosa: una de les coses més importants que han passat a Catalunya les darreres dècades és que la població d’origen estranger suposa avui el 16,3% (a la ciutat de Barcelona més del 20%) de la població, quan a l’any 1987 suposava poc més d’un 1%. Aquest augment s’ha concentrat en alguns barris i s’ha de gestionar bé, des de l’educació i els serveis socials, competències que per cert no s’han de demanar a Madrid, perquè són de la Generalitat i els Ajuntaments. L’acceptació i circul·lació de les persones migrants cada vegada més és una política coordinada a nivell europeu, com ha de ser.

Potser per aquest augment tan ràpid, encara no ens hi hem adaptat culturalment. Altres països on la dreta fa el mateix ús de la immigració que ara pretén fer Junts, han tingut més temps d’adaptar-s’hi, i per això per exemple al Regne Unit el primer ministre, el líder escocès i l’alcalde de Londres, són fills de la immigració estrangera. Per això em sembla especialment perillós que la neovergència contribueixi tan poc a la necessària pedagogia i que, ben al contrari, exploti els estereotips racistes.

Si Catalunya té més proporció d’immigrants que altres territoris d’Espanya, potser és una bona notícia i una oportunitat. Per què ha de ser una mala notícia o presentat com un greuge? No volíem acollir? Les famílies que hem tingut la sort d’enriquir-nos barrejant la nostra sang amb persones nouvingudes, som privilegiades. Cada vegada serem més, per sort. Més riquesa cultural, més persones cotitzant, més possibilitat de mantenir vives les nostres comarques que perden població, més persones parlant català (si es fa una bona feina) i molts altres idiomes. Millor que ens ho prenguem positivament, perquè el fenomen continuarà, a Catalunya i a tota Europa.

Els seguidors de Mas i Puigdemont, quan es troben en risc polític, quan estan desesperats, són capaços de tot, i recorren com han dit ells “sense complexos” a sacsejar el taulell de valent. Ho van fer al 2012, encerclats per les retallades i la corrupció, activant l’ara fracassat “procés”. Ara s’han vist durament derrotats al darrer cicle electoral. A les municipals no van aconseguir cap alcaldia a les quatre capitals catalanes; van ser la llista més votada a Barcelona amagant les sigles (sense assolir l’Alcaldia), i a Girona, on tenien l’Alcaldia, han seguit al govern local en una coalició electoral encapçalada per la CUP, que també va amagar les sigles, perquè la primera força (a la zona zero del processisme convergent!) va ser el PSC de Sílvia Paneque, una de les polítiques més prometedores de Catalunya, a la qual han fet el cordó sanitari que no van fer a la Sra. Orriols de Ripoll. Són una força residual a ciutats com l’Hospitalet, Cornellà o Sant Coloma de Gramenet, ciutats que molts dels seus líders segurament ni coneixen. A les eleccions generals van ser la cinquena força política a Catalunya, i només la sort de ser decisius al Congrés de Diputats els ha retornat el protagonisme.

La dreta catalana (que ja té precedents històrics de declaracions racistes en la mateixa família Pujol), com totes les dretes no fa bandera de les seves preferències directes en temes de renda. No diu: “volem una societat desigual, voteu-nos!” Han de recórrer a cortines de fum per assolir l’hegemonia social: al 2012 va ser el Procés, ara és la immigració.

Per descomptat, alguns líders de Junts no tenen l’exclusiva dels missatges xenofòbics més o menys camuflats. El processisme ha donat protagonisme als mitjans convencionals o a la xarxa a personatges que troben normal dir “Puta Espanya”, que culpen als nouvinguts dels mals resultats educatius, o que s’esgarrifen perquè els primers catalans de l’any no es diuen Pepet o Marieta. En una societat que va fer poca crítica de “reflexions” obertament racistes en el passat de líders com Barrera o Junqueras, encara se li poden donar dues pàgines en una entrevista a un diari en català a una escriptora (que es creu progressista) que diu que se’n va anar de Barcelona i va tornar al seu poble a La Segarra perquè no podia amb el bilingüisme i els “expatriats”. Doncs vagi-s’hi acostumant, que per a molts dels seus conciutadans són trets que més aviat ens agraden.

Hi ha una alternativa a la lògica de suma zero i de l'enfrontament entre races i grups per raons religioses o lingüístiques. És l’alternativa de la gestió dels fluxes migratoris, de l’educació, de la creació de prosperitat compartida, de la seguretat amb drets als barris, de les societats plurals i diverses on podem aprendre els uns dels altres. Però exigeix assumir responsabilitats i gestionar bé les competències que ja es tenen.


lunes, 1 de enero de 2024

Núñez, els del porró i les dues globalitzacions del futbol

Quan era jove, vaig ser soci del Barça. Ara en sóc practicant (veig tots els partits que puc, de vegades vaig al camp), però no creient. Quan Núñez va ser escollit al 1978 encara no tenia edat per votar. Vaig votar nul a l’elecció presidencial entre Núñez i Cambra a l’any 1989, perquè l’estil del primer no m’agradava i el segon em semblava una maniobra barroera de control polític per part de Convergència.

Això darrer ara ja es pot afirmar obertament, perquè es diu amb claredat i sense cap desmentiment per part de Jordi Pujol (un polític pendent de judici junt amb la seva família) i altres personatges, a la sèrie documental sobre Núñez que es pot veure a la plataforma de la TV pública catalana, 3Cat.

Aquesta sèrie documental presenta les llums i ombres del període nuñista, una presidència que es va acabar fa més de vint anys, i que ara sembla tenir més interès que analitzar el declivi del Barça de Laporta. L’anècdota (els plors, les imitacions del personatge) i la categoria es barregen en un intent de presentar un balanç equilibrat. El resultat enganxa a aquells que recordem l’època amb nostàlgia, però no és totalment convincent.

És una llàstima que s’abusi en la docusèrie de l’actual star system en l’òrbita de TV3 i altres mitjans nacionalistes, només contrastats amb personatges amb no massa prestigi com Joan Gaspart i Anton Parera. Es troba a faltar algun periodista com el malaguanyat Enric Bañeres. Amb aquesta alineació, no és d’estranyar que algú arribi a parlar d’ una “classe social catalanista”, com si les classes socials es definissin per la seva identitat nacional.

Excepte en el darrer de quatre capítols, on, havent arribat a 1992, no hi ha més remei que parlar dels Jocs Olímpics i fer sortir Pasqual Maragall parlant de futbol (molt breument), es crea la impressió que només hi havia Núñez i Pujol a la Catalunya de l’època. En aquesta lògica binària, Núñez representava l’espanyolisme i els “del porró” (la burgesia catalana del tèxtil) sembla que fossin antifranquistes impoluts de tota la vida. Això sí, els uns i els altres destrossaven el català i el castellà llavors, com els segueix destrossant avui algun vicepresident del club.

Quan els productors d’un documental són part interessada es perd l’oportunitat d’aprofundir en algunes coses. No és tan normal, per exemple, l’escena on Cruyff va a veure el partit després del seu cessament a TV3, amb Joan Patsy i Jaume Roures, l’origen d’alguns negocis que potser encara duren. Uns altres productors hi haguessin aprofundit, potser.

Al final no hi ha més remei que reconèixer algun llegat positiu de Núñez, que potser vist en perspectiva no va consistir només a tornar a guanyar títols de tota mena després de la sequera anterior.

En el període nuñista, no cal ser un admirador del personatge per reconèixer que:

-Cap futbolista ni cap entrenador ni cap agent es van apoderar del club, encara que això obligués a prendre decisions impopulars. Ni mai va córrer cap risc el Barça en aquells anys de deixar de ser propietat del soci.

-Les seccions van créixer, especialment la de bàsket, que històricament havia estat molt per sota del R. Madrid.

-Es va crear la Masia, per on van passar Guardiola i Iniesta, i es va crear un sistema que permetés acollir criatures com Messi amb 13 anys.

-S’apostava per grans entrenadors que havien triomfat al futbol internacional, i per assaig i error es va acabar convergint en el futbol total holandés, en el qual van destacar diversos entrenadors des de Cruyff i Van Gaal, que encara que els seus partidaris no vulguin reconèixer-ho, venien de la mateixa escola. Al documental es detalla un per un els títols que va guanyar Cruyff, i només es destaca una de les lligues de Van Gaal (sense esmentar que la pedrera que ell va promoure després va jugar un paper clau en el Barça i la selecció espanyola al voltant de 2010, l'època amb més títols).

El Barça de Núñez estava ben preparat en tots els sentits quan va arribar la primera gran globalització del futbol, amb la sentència Bosman de 1995, que va liberalitzar el mercat de fitxatges.

Tot i la bona gestió de Núñez, la seva entrada a la presó per frau i suborn confirma la meva intuïció de no votar-lo ni a ell ni a Cambra l’any 1989. Mentre nuñistes i convergents es barallaven pel Barça, una altra classe dirigent organitzava uns Jocs Olímpics decents al voltant del sector públic. Si un Josep Miquel Abad, un Ernest Lluch o un Enric Truñó haguessin dedicat els millors anys de la seva vida a dirigir el Barça, potser ara no seríem els segons de Catalunya, els quarts d’Espanya i no estaríem fora del Mundial de Clubs de més de vint equips. Potser l’entitat hagués gestionat millor l’èxit (protagonitzat a la directiva pel fills del porró) que va ser possible entre altres factors pel llegat (millorable però no dolent) de Núñez. Potser la segona globalització del futbol (la que es derivarà de la decisió del TJUE sobre UEFA vs Super Lliga) ens hagués agafat tan ben preparats com la primera, o encara millor.