Buen reportaje de Pere Ríos hoy en El País sobre el proyecto Eurovegas. Realmente es sorprendente como en pocos días tanta gente se ha formado rápidamente una opinión sobre un proyecto tan importante. Parece que todo el mundo se ve obligado a tener una posición al respecto. Es una lástima, dado el sesgo que todos tenemos a defender con uñas y dientes nuestras opiniones pre-concebidas. Quiero decir que una vez uno ha decidido (parece que sin que haga falta mucha evidencia) en qué lado de la polémica está, ahora probablemente uno se va a aferrar a esa opinión, porque como es sabido rectificar quizás sea de sabios, pero no es algo que suceda con naturalidad. El reportaje de hoy en El Pais debería servir para recordar que los mega-proyectos suelen exagerar los beneficios e infra-valorar los costes. Hay además un aspecto legal importante: vivimos en un estado de derecho y las leyes y las reglas deben cumplirse. Y un aspecto económico adicional: existe un riesgo de carrera hacia abajo (“race to the bottom”) entre jurisdicciones. Dicho esto, si existe un proyecto que acepta las reglas existentes y que va a crear muchos puestos de trabajo sin comprometer las posibilidades de crecimiento y desarrollo a largo plazo, bienvenido sea. ¿Es el proyecto Eurovegas un proyecto de estas características?
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