jueves, 14 de abril de 2016

Aprendiendo de profesores y alumnos en Cali

Estoy en Cali (Colombia) enseñando en un curso sobre Microeconomía Aplicada en un Máster de la Universidad Javeriana, que tiene un convenio con la UAB. El profesorado y alumnado anfitrión es fantástico. Es un curso intensivo de seis días con seis horas de clase cada día con estudiantes maduros-as y motivados-as, que se harían muy duras si no fuera porque intentamos entre todas y todos fomentar la interactividad y la participación. Estos cursos intensivos no permiten absorber con calma y profundidad muchas cosas, pero sí sirven para discutir algunas nociones básicas y dejar algunas pistas sobre lo que uno considera fundamental. Estoy intentando enfatizar la importancia de relacionar la economía neoclásica de los libros de Hal Varian (que hay que aprender porque desarrolla el modelo más completo, y por lo tanto es un punto de referencia necesario) con desarrollos más recientes relacionados con la economía institucional y del comportamiento, que tiene un muy buen texto de apoyo en el libro de Samuel Bowles (que tiene una traducción al castellano libremente disponible on line), y todo ello con el mensaje de que es necesario un diálogo permanente entre los desarrollos teóricos y los desarrollos empíricos, ya sea mediante evidencia sobre el terreno, evidencia experimental, o evidencia que combine los dos tipos. Este link habla de mi presencia por aquí. En el vídeo que aparece ahí se trataba de seleccionar algo de mi investigación y mi docencia que tuviera algo que ver con asuntos relacionados con la economía colombiana, y hablé de la necesidad de reforzar los organismos de regulación y de reflexionar sobre hasta qué punto las empresas reguladas (por ejemplo las españolas) siempre se expanden a nivel internacional en un grado óptimo. No es ningún capricho: recientemente The Economist se mostró parecidamente escéptico (¿por qué será que hay que leer la prensa extranjera para leer críticas a las grandes empresas españolas?). En mi tesis doctoral hace años investigué los excesos en las aventuras internacionales de Endesa, que en esa época era un valiente cazador, pero que años después fue cazada por una empresa pública italiana. La internacionalización está muy bien, pero no es posible que el grado óptimo de expansión sea infinito. Me gustaría volver a estas cuestiones en el futuro, así que voy a ir leyendo literatura relacionada en el sector bancario, por ejemplo partiendo de aquí. Es muy de agradecer que se presenten oportunidades profesionales como ésta para dedicar tiempo a pensar en cosas que nadie te pide.

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