domingo, 30 de septiembre de 2012

Pressió social

Que ens deixem influir per les pressions socials és quelcom que la psicologia social i l'economia conductual han confirmat en les darreres dècades. El llibre de Kahneman "Thinking, Fast and Slow" (n'hi ha també una versió castellana) en parla a bastament. Un cas molt conegut és l'experiment en què uns àrbitres de futbol veuen unes imatges de "jugades polèmiques", i arriben a unes conclusions quan veuen les imatges amb volum real dels afeccionats presents al camp, i a unes altres (més objectives) quan veuen les mateixes imatges sense volum. Javier Marías en parla avui a la seva columna habitual a El Pais Semanal, posant tota una colla d'exemples. A Catalunya en les darreres setmanes és difícil no caure a la temptació de posar com a exemple la moda independentista, al voltant i arrel de la manifestació de l'11 de setembre. La moda ha tingut tal efecte expansiu social, que quasi un sembla excèntric si denuncia que un governant, en aquest cas el Sr. Mas, ha aprofitat l'onada social per anunciar unes eleccions dos anys després de les anteriors, sense que hi hagi cap justificació objectiva per a fer-ho, més que el fracàs de totes les seves promeses electorals (excepte la d'abolir l'impost de successions, rigorosament realitzada). Un amic meu va crear un lloc de Facebook dels que no van anar a la manifestació i s'hi van atrevir a apuntar una dotzena de persones (quan segons la policia no hi van anar 7,5M-1,5M=6M de persones -vet aquí que acabo de descobrir que, potser, "som 6 milions"-, i segons les persones que ho han comptat científicament 7,5M-0,5M=7M pel cap baix). Ja  vaig parlar en aquest blog de la facilitat amb què els mitjans públics de comunicació han contribuit a donar bufera a la pressió social, per exemple destacant l'onada de tuits de suport als crits independentistes del Camp Nou, que tot i que van ser minoritaris, no van donar lloc a cap tuit que expressés crítica o escepticisme. Més difícil d'entendre és el paper d'aquells que, sense haver argumentat mai que siguin independentistes, o atribueixen els seus posicionaments a la "nova centralitat" de la política catalana, o a que "el debat està al carrer", o excloent del debat aspectes que ells consideren "obvietats democràtiques", per utilitzar conceptes que han fet servir alguns amics meus. Alguns altres amics, potser amb raó, m'han expressat el seu escepticisme que es pugui reconduir aquest debat cap a la racionalitat i el debat civilitzat, com s'ha demanat aquí en alguna ocasió. Però realment, si es tracta de convèncer Europa (que inclou Espanya) dels beneficis d'algun tipus d'arranjament més favorable als catalans, com no utilitzem més la raó que els tuits, anem ben apanyats.

martes, 25 de septiembre de 2012

LA VIABILIDAD ECONÓMICA DEL FEDERALISMO

Si se habla tanto de la viabilidad económica de la independencia de Cataluña, sería justo hablar también de la viabilidad económica de algo más fácil de conseguir (aunque no trivial), el federalismo. La actualidad de  una potencial secesión de Cataluña respecto del resto de España ha desencadenado un debate sobre la viabilidad económica de la independencia de Cataluña. Los partidarios de la independencia resaltan las ventajas fiscales de la independencia, y minimizan las pérdidas debidas a una posible reducción del comercio con lo que quede de España. Los detractores de la idea enfatizan que las pérdidas comerciales no serían negligibles, y que la posible reducción del PIB debida a varios factores asociados a la ruptura, incluyendo posiblemente un aumento de la competencia fiscal y una pérdida de economías de escala en la provisión de bienes públicos, más que compensarían cualquier ventaja derivada de una mayor soberanía fiscal.

Por supuesto, no se trata literalmente de discutir la viabilidad de la independencia , sino sus costes y beneficios para la sociedad. Si ignoráramos el incierto proceso de ruptura necesario para alcanzar ese objetivo final, un hipotético estadio final donde las actuales fronteras se sitúan en otro sitio sería tan viable como la situación actual. Viable lo es casi todo, pero no todo tiene más beneficios que costes. El análisis coste-beneficio debería aclarar cuál es el marco geográfico que se considera (¿nos referimos a costes y beneficios en Cataluña, España, Europa, el mundo?).También debería considerar los efectos distributivos (¿se beneficiarían más unos sectores sociales que otros?), así como el marco temporal  y el factor de descuento (¿qué peso damos al corto plazo del proceso de ruptura en comparación con el incierto largo plazo?).
Pocas reflexiones tienen en cuenta un aspecto que para mí está en la base de las incomprensiones y descontentos. En la España actual, muchos creemos que los bienes públicos del estado español se proveen de un modo que tiene más en cuenta las preferencias de una parte de los españoles que las de otros: lengua, símbolos, infraestructuras, sedes de organismos. No sólo importa la escala de los bienes públicos, sino también su estructura y características. Por otra parte, una hipotética independencia también se centraría probablemente en la provisión de unos bienes colectivos que estaría inclinada (por diseño o por inercia) a satisfacer las preferencias de aquellos que no tengan lazos con el resto de España (que por cierto no están distribuidos aleatoriamente en el eje de la distribución de la renta).
Hasta los partidarios se dan cuenta de las dificultades constitucionales e internacionales de la opción independentista, y por eso últimamente evitan la palabra “ independencia” (y prefieren hablar de estado propio o estructuras de estado, o transición nacional). Ante estas dificultades, pero también ante la necesidad por parte de España de reaccionar ante el desafío de la ola independentista en Cataluña, no es de extrañar que unos y otros hayan redescubierto las ventajas de las ideas federalistas. Precisamente una de las ideas fuerza históricamente del tan denostado (por unos y por otros) PSC. Por eso en lugar de hablar de viabilidad de la independencia, quizás deberíamos hablar seriamente de la viabilidad del federalismo, ya que es algo mucho más cercano a la realidad posible. Hablo de viabilidad por paralelismo con el debate sobre la independencia, pero por supuesto de lo que se trata es de hablar de costes y beneficios sociales del federalismo.
Por supuesto, el federalismo tiene límites imprecisos y  puede significar cosas distintas para distintas personas (lo mismo podría decirse de lo que es un “Estado propio”, por lo que se lee estos días). Pero tiene la ventaja de referirse a una vieja tradición en España y Cataluña, asociada a los sectores progresistas e ilustrados que intentaban acomodar los distintos sentimientos de pertenencia desde mediados del siglo XIX. Y de referirse a la experiencia internacional exitosa de países complejos, auto-denominados federales, como Alemania, Suiza, Canadá, Estados Unidos o Australia.
¿Qué diferencia a la España de las autonomías de estas experiencias exitosas?
-Que la capacidad normativa de las autonomías es muy limitada, pese a tener capacidad de gasto.
-Que no hay mecanismos institucionalizados serios de participación de las autonomías en las decisiones del estado.
-Que la provisión de determinados bienes públicos ha sido sesgada hacia las preferencias de una parte de la población: sólo uno de los idiomas que se hablan en España es oficial en la administración central del estado (a diferencia de lo que ocurre en Canadá, Bélgica o Suiza); los símbolos del estado no son apreciados por una gran parte de la población en Cataluña y Euskadi; la política de infraestructuras y sedes de organismos ha ido destinada a satisfacer desproporcionadamente las preferencias del centro de España.
Las experiencias internacionales exitosas admiten asimetrías (Baviera) e incluso el derecho para algunos componentes a celebrar referéndums de secesión (Quebec), en los cuáles se prescribe un límite de participación y de votos afirmativos, y un eventual resultado positivo lleva asociado no el final, sino el inicio de negociaciones para repartirse los activos y los pasivos compartidos. En el caso de Europa, la posibilidad de celebrar estos referéndums debería ser regulada por la UE, dado que el conjunto de la Unión puede tener una legítima preocupación por la proliferación de nuevos estados miembro (si Escocia, Cataluña y Euskadi sí, por qué no Córcega, Padania o las regiones germano-parlantes fuera de Alemania, pero probablemente no se entendería en Europa que una Europa de 35 fuera el preludio de una Europa más unida). Por lo tanto el ejercicio de estos referéndums debería contemplarse como mecanismo de resolución civilizada, pero bajo criterios muy alejados del “derecho a decidir” tan alegremente reclamado, como si en una Europa deseablemente más unida no debiéramos avanzar más bien  hacia el “deber de co-decidir”.
Un camino hacia el federalismo generaría menos incertidumbre que la vía independentista, lo cual es muy necesario en el contexto de grave crisis económica y financiera actual. No existirían dudas sobre la pertenecía de Cataluña al euro y a la UE. Podríamos mantener la seguridad social española (los riesgos demográficos de una seguridad social catalana son demasiado elevados) y tender hacia mecanismos de aseguramiento continental y de mayor armonización fiscal (lo cuál descarta el concierto, pero no una mayor responsabilidad fiscal en un contexto de coordinación y mayor armonización), así como una lucha más eficaz contra el fraude fiscal, nunca muy eficazmente combatido por algunos partidarios de la independencia.
Una España federal facilitaría un mejor encaje en una Europa que necesariamente debe avanzar a una estructura federal más fuerte (a partir de una realidad actual donde los estados miembro tienen poder de veto) y a una unidad política donde los estados miembro y sus ciudadanos acepten perder soberanía a cambio de un marco democrático donde defender sus derechos y donde poder defender su visión de cómo deben ser los bienes públicos compartidos.

No sé si todo esto es muy descabellado, pero ciertamente haría felices a los muchos que en España aman a Cataluña y a los muchos que en Cataluña nos negamos a aceptar que los españoles, con quienes muchos tenemos vínculos de parentesco y afectividad, sean el chivo expiatorio de todos nuestros males. Hay que elegir entre populismo de un lado y otro versus los valores genéricos de la socialdemocracia (concordia y fraternidad, cooperación y justicia social). Entre los independentistas hay muchas personas más interesadas en la justicia social que en la independencia. Si los convencemos de que el federalismo permite alcanzar el bienestar con mayor seguridad y a la vez satisfacer sus preferencias por unos bienes colectivos más cercanos a sus sentimientos, quizás hayamos avanzado hacia un marco comúnmente aceptado de convivencia, no sólo aquí, sino en toda Europa. Porque los problemas de identidades complejas y solapadas no surgen sólo en la Península Ibérica, sino que están agazapados en muchos rincones del continente, como brillantemente expuso Claudio Magris en “El Danubio”. Quizás con una España y una Europa federales entonces todos los ciudadanos europeos podamos recuperar algo de soberanía, y se la podamos quitar a los mercados y al capital.

lunes, 24 de septiembre de 2012

La pregunta de Bedoya

Ahir a El Pais un dels millors periodistes espanyols, Juan G. Bedoya, es preguntava com pot ser que la jerarquia de l'Església catòlica a Espanya no hagi demanat perdó pels delictes dels capellans pederastes, com sí que han fet els bisbes a Austràlia, Estats Units i Irlanda entre altres països. No és una mica estrany que a Espanya, un dels països amb més influència de l'església catòlica, on va estar a més col·ludida durant 40 anys amb una dictadura militar, el fenomen de la pederàstia no hagi produït un escàndol equivalent al que ha produit en altres països amb un pes igual o inferior dels capellans catòlics? A Espanya, i a Catalunya (on tampoc del tema no se'n parla gaire, amb això no hi ha fet diferencial), els clergues van tenir un accés més fàcil als infants (hi havia, perdó, hi ha, més escoles de capellans i monges) i l'església vivia (viu?) en un marc institucional que facilitava més la impunitat, que en altres països. Pot ser que tots els que hem conegut capellans pederastes siguem casos aïllats? (Jo no tinc res a denunciar que no s'hagi denunciat; el vicari pederasta de la meva parròquia a mi no em va fer res -més que palpar el meu braç quan em trobava a l'autobús i dir-me que estava fort, però va acabar a la presó pel que va fer a nens menys afortunats de la parròquia). Llàstima que Àngel Ros hagi vingut a dir que renunciava a unes primàries del PSC si hi ha eleccions avançades, perquè estava inclinat a votar-lo, no sense abans preguntar-li en algun debat com es pot ser una persona que participa pel que sembla amb diària periodicitat dels rituals d'aquesta església i que no denuncïi (que jo sàpiga, i per això tenia ganes de preguntar-li, per la meva ignorància) tantes coses pendents de la jerarquia d'aquesta església (una altra pregunta: què en pensa de les declaracions del recentment traspassat bisbe de Milà, que deia que l'Església viu amb 200 anys de retard, i que tenir un estat vaticà és avui un anacronisme?).

El debat estèril sobre la viabilitat económica de Catalunya (per Siscu Baiges)

Seria viable econòmicament Catalunya si fos un país independent? Aquesta és la pregunta innecessària que ha donat lloc a que es facin informes abundants i, fins i tot, llibres, per demostar que sí, que som fantàstics, que sols, podem.

I dic que és innecessària perquè la viabilitat econòmica dels països ja té poc a veure amb la potència de les seves empreses o la creativitat i intel·ligència dels seus treballadors. La volatilitat dels negocis és tant gran que allò que és vàlid avui pot deixar de ser-ho demà. Catalunya pot ser molt viable avui i tenir grans recursos i reserves econòmiques i desaparèixer de la nit al dia si un fons d’inversions o uns quants decideixen endur-se els seus diners a un paradís fiscal més rendible o si una empresa decideix que li surt més a compte endur-se la producció a un país on li surti més barat collar els treballadors i pagui menys impostos.

Si Catalunya és indepedent, tampoc no cal patir gaire perquè des de la resta d’Espanya es pugui produir un boicot contra els productes catalans. Els productes ja no són catalans. El cava, si ho és, ben segur que ho pot deixar de ser en qualsevol moment, si un xeic àrab o un inversor xinès o rus es queda amb l’empresa que el produeix. No massa anys enrera, el gran problema era què passaria amb La Caixa si s’escampava la fòbia anti-catalana. Ara, el problema no és què li passaria a La Caixa si Catalunya s’independitzés sinó com es prendran a La Caixa aquesta decisió.

La Unió Europea camina cap a la creació d’una Unió Bancària que, si funciona bé, farà que els bancs deixin de ser nacionals i passin a ser comunitaris. Alemanya es resisteix i no vol que el Banc Central Europeu supervisi els seus bancs, però, més aviat o més tard, haurà d’acceptar que es produeixi aquesta supervisió i que, per tant, el “seus” bancs deixin de ser “seus” del tot (si és que ho eren) i passin a ser “més” europeus. I amb La Caixa o els bancs francesos passarà el mateix.

La viabilitat de Catalunya, la d’Espanya, la de molts països europeus depèn de que els dirigents europeus (els actuals i els que puguin sortir de les properes eleccions alemanyes i a d’altres països) és creguin, de debò, que Europa és un projecte comú en el qual hi estem tots ficats fins al coll, catalans, extremenys, bàvars i, si m’apureu, escocesos.

Que Catalunya sigui independent d’Espanya o no (sigui el que sigui el que vulgui dir això) és irrellevant a l’hora de determinar si serà econòmicament viable o no. Mentre, seria de desitjar que, mentre es facin els jocs de mans que es vulguin en l’escena política catalana, el senyor conseller d’Economia no es despisti a l’hora de demanar , i si pot ser uns quants dies abans que acabi el mes, els diners que necessita per fer front als pagaments dels funcionaris i entitats que esperen, comprensiblement preocupats, els ingressos corresponents als seus comptes corrents.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Amb Itziar González

És una molt bona notícia que l'ex regidora de Barcelona Itziar González hagi reemergit en l'opinió pública, de la mà de la publicació d'un llibre i de diverses entrevistes. Qualsevol persona que hagi estat vinculada al projecte municipal del PSC de Barcelona ha de tenir per força una cosa mal païda a dintre arran de la decisió fa uns anys d'Itziar de dimitir de l'Ajuntament com a regidora socialista després d'haver rebut amenaces. Ara re-apareix realitzant una sèrie de consideracions molt greus sobre l'activitat delictiva a Ciutat Vella, que mereixen ser preses seriosament pel govern municipal i pel grup municipal socialista. M'agradaria destacar les seves darreres paraules en l'entrevista que li fan a El Pais: "Hace falta una reconversión de los partidos. Todos los sectores y profesionales lo hemos hecho. Ellos no y siguen siendo el reflejo de las redes clientelares".
Itziar González mereix tota la solidaritat i simpatia dels que volem una política més neta i democràtica. Esperem veure-la activa, molta gent desitgem treballar colze a colze amb persones així.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Es pot evitar el maniqueisme?

L’amic que em va convidar ahir al futbol al Nou Camp, en les fases més avorrides del partit, m’expressava la seva preocupació pel maniqueisme en què està caient el debat sobre la independència de Catalunya. Em comentava per exemple com qualsevol cosa que un espanyol digui contra Catalunya és magnificada als mitjans de comunicació i les xarxes socials.  Mentrestant, si el principal diari espanyol fa (com ha fet avui) un editorial a favor de l’estat federal, això és silenciat (perquè el mantra oficial és que no hi ha federalistes a la resta d’Espanya).

Quan el meu amic ja se n’havia anat faltant 10 minuts per acabar el partit, quan el Barça ja havia donat la volta al marcador (jo sempre em quedo fins al final, perquè sempre poden passar coses), els Boixos Nois (grup de seguidors radicals, per dir-ho d’alguna manera, situats al darrerara d’una porteria; en altres estadis d’Europa hi ha grups així, a Madrid, Roma, etc. –deixo al lector pensar què tenen en comú aquests grups i com qualificar la seva ideologia política) van començar a cridar Inde-inde-independència. Els càntics van ser seguits per una part del públic i es van repetir al cap d’una estona, començant del mateix lloc: a la zona on estava jo estimaria que un de cada deu espectadors van cridar, això sí, molt fort. Per primera vegada al Nou Camp hi havia crits a favor de la independència (ni un remor els altres dos partits als que he assistit aquesta temporada, contra la R. Sociedad i l’anada de la Supercopa contra el Real Madrid, fa aproximadament un mes). Això va continuar amb anunci de rècord de tuits (o piulades) a la Transmissió d’en Puyal de la ràdio pública catalana (que jo escoltava amb casquets xino-xano per la Diagonal), amb una part del públic emocionada per l’esdeveniment històric. Ja a casa, TV3 va subtitular part de la crònica del partir “El Camp Nou, un clam contra la independència” (mitjans de comunicació públics ha d’implicar mitjans de comunicació nacionalistes? És nacionalista la BBC?). Sens dubte, amb aquests altaveus i aquesta legitimació, en el proper partit, el clam serà més gran (ja no diguem el partit contra el R. Madrid el 7 d’Octubre, i imaginem-nos la resposta de la caverna…), sense que ningú s’hagi plantejat seriosament els costos i beneficis socials de la independència i el procés cap a ella, partint de la situació actual de greu crisi europea i del nostre context democràtic institucional (i no partint del buit). Un tuitaire va dir que se li havia posat la pell de gallina amb els crits de l'estadi. A mi em va venir suor freda (i una certa preocupació pel futur de la meva pensió, francament, puix que depèn de la cotització a la seguretat social espanyola). El Punt Avui a la portada també parla de “clam”, però a la crònica interior reconeix que els crits van partir del Gol Sud (“Boixos Nois”). Corro a comprar a Amazon el llibre de Simon Kuper sobre l’Ajax d’Amsterdam  i com la gent corrent vivia la seva afició pel futbol en els anys tràgics de mitjans del segle XX, entre greus problemes econòmics i conflictes identitaris i de sobiranies (és que, perdó, però no som tan diferents…).
A mi em ve suor freda perquè no estic segur que quan fem l’onada independentista pensem amb totes les conseqüències. Per exemple: a Catalunya, aproximadament un 60% de la població té el castellà com a primera llengua. La proporció en els barris on viu la població socialment més vulnerable del país és molt més alta. D’acord que a la mani del 11S hi havia gent que parlava en castellà. Però s’acostaven al 60%? Si aquests sectors no estan majoritàriament en la deriva independentista, es farà un potencial procés de secessió pensant prioritàriament en els seus interessos?
No podríem tenir un debat seriós, de veritat, si pot ser amb la participació de persones desinteressades? Jo que vaig una mica acomplexat perquè tinc por que els meus col·legues creguin que la meva petita dedicació a aquest  blog i el seu germà en anglès em poden distreure de la meva recerca professional, i es veu (m'han dit, perquè jo hi participo poc) que alguns i algunes economistes acadèmics van sense cap escrúpol com hooligans per les xarxes socials. Hem de deixar que el debat el liderin els “boixos nois” (que no saben ni escriure el seu nom sense faltes d’ortografia: és que s’escriu “bojos”, nois, no “boixos”) i les seves maneres?
En un post anterior vaig expressar la meva preocupació per la proliferació de gent que busca i creu trobar solucions miraculoses als greus problemes econòmics i socials que experimentem. En aquest sentit, veig amb satisfacció que l’article de César Molinas (alguns m’han seguit preguntant la meva opinió) ha quedat molt ben contestat per Sánchez Cuenca i Oriol Bartomeus.
Subcontracto els meus arguments finals precisament a un outsider que jo considero intel·ligent, Daniel Cohn-Bendit (entrevistat per Marc Vidal):
“Quin és el problema d'Europa?
Que el seu funcionament només a base de negociar entre els estats membres ha arribat al seu límit, així no es pot respondre a les crisis. Jo estic a favor d'una Europa postnacional, d'una federació europea.
Què en penseu de la reivindicació de la independència de Catalunya?
D'aquí 30 anys, cap estat europeu no estarà representat al G-8. O reforcem Europa i la nostra sobirania ja no és dels estats sinó europea, o seran els mercats els únics que tindran sobirania sobre nosaltres, també sobre Catalunya. Val més no somiar. Entenc que hi ha un problema important de redefinició del federalisme a Espanya, de transferències fiscals... Però una Catalunya independent no sortiria abans de la crisi. Això no ho crec pas. ¿De debò teniu interès a perdre el partit Madrid-Barça? Vosaltres mateixos!
Europa hauria d'escoltar?
Aquest és un problema d'Espanya, no d'Europa. És evident que si hi ha una Catalunya independent, demanarà l'entrada a la UE. Però aleshores caldria pensar en una reforma d'Europa. Si tinguéssim 50 estats europeus... No es pot funcionar així! Les cimeres europees serien només cotxes que arriben, gent que diu bon dia i adéu siau i s'ha acabat. Caldria una reforma de les institucions, de la democràcia europea, que hi hagués dues cambres, una que representés els estats i una que representés l'interès comú. És molt difícil, no dic que sigui impossible... però Europa no pot resoldre els problemes de la negociació entre Catalunya, el País Basc i la resta d'Espanya.
Es diu que pel tema fiscal, Catalunya és a Espanya el que Alemanya és a Europa...
Això no puc jutjar si és veritat. Ho és? Pregunto: ¿quan es van fer els Jocs Olímpics a Barcelona, Espanya va pagar alguna cosa? No ho sé. Cal tenir en compte aquest sentiment de frustració dels catalans, això és evident. Però jo no sóc el que us ha de dir què s'ha de fer!”
De veritat volem deixar que el “debat” el liderin els “Boixos Nois”?

martes, 18 de septiembre de 2012

Gràcies, Carrillo

Per als que no hem estat mai comunistes però hem col·laborat amb ells moltes vegades i ho seguirem fent per tants objectius comuns, retre homenatge a Santiago Carrillo no és difícil. Segurament no va ser una persona lliure d'errors (qui ho és, sobretot quan s'han de viure experiències dramàtiques com una Guerra Civil), però per sobre de tot ens queda la seva actitud digna el dia vergonyós del 23-F, autèntic bateig polític de tota una generació d'espanyols. Javier Cercas ho va retratar de forma immillorable a "Anatomía de un Instante" i el propi Carrillo ho explica en aquest vídeo. Destaco d'aquesta peça el seu optimisme quan recorda que dos persones tan oposades en el passat com Gutiérrez Mellado i ell poden arribar a lluitar per un món millor. Un bon moment per demanar una pausa als qui pensen que el gran problema d'Espanya són els seus polítics.

PSC: ENTRE ESCIL·LA I CARIBDIS (per Martín Miralles)

“Tota la nit em portà i, cap a l’hora en què el sol ja pujava, 
Vaig arribar als terribles esculls d’Escil·la i Caribdis”

De vegades són més  perilloses les travessies que les batalles. En el combat les forces estan preparades per a la lluita, però, en la marxa, és fàcil deixar-se emportar pel desordre. Navega de nou el vaixell socialista entre Escil·la i Caribdis, els monstres engendrats per haver-se cregut la doble màscara que li ha imposat el bombardeig mediàtic convergent, el mal son de l'epifania de les seves dues ànimes. El centaure de la naturalesa dual del seu projecte ja no és la font de la seva força, sinó un llast. Ha estat incapaç de comprendre. Ha estat incapaç de comprendre’s, d’emprendre el difícil camí de l’autoconeixement que requeria, ja fa temps, grans dosis de valentia, audàcia, debat i llibertat.
Desorientar-se entre aigües turbulentes pot esdevenir l'últim error pel navegant. A un costat, a mode de Caribdis, el perill de ser xuclat pels remolins impredictibles del sobiranisme, amb més preguntes que respostes. Diluïda i sense cos flota la boira –encara densa- del catalanisme que reclama un autogovern fort de Catalunya, dins d’Espanya. Ha perdut corporeïtat al temps que els socialistes espanyols jugaven amb les paraules “Espanya plural” sense entendre el seu significat. A l’altre cantó Escil·la, el monstre d’almenys sis caps i dotze potes de l'espanyolisme immobilista. Se senten entre la remor del mar embravit els cants de sirena del Lerrouxisme populista. La situació és dramàtica i el final incert.
Haig de reconèixer que jugo amb avantatge quan parlem d'independència. Sempre he cregut que els estats, al cap i a la fi, no són més que artefactes humans, no tenen res de diví ni transcendent, i poden, per tant, crear-se de nou i/o desaparèixer. El mateix passa, per cert, amb els partits polítics. El cas és que puc mirar-m’ho tot plegat amb una dosi extra de serenitat, tot i entendre que llavors les meves paraules no tinguin el mateix punch mobilitzador que agitar de tant en tant una bandera. Per mi es tracta simplement de quina és la millor manera d'organitzar-nos, tenint sempre com a referència la felicitat dels ciutadans i ciutadanes. I més tenint en compte que el nostre és ja un món d'identitats hibridades, d'interdependències. Sóc ferm defensor del dret a decidir, però sempre he trobat valor afegit si va acompanyat de la virtut de consensuar. La convivència es fonamenta en aquest valor afegit.
A risc de ser acusat d’alguna cosa que no sóc, haig de dir que jo no penso que necessàriament el dia següent a la independència haguem d’estar millor. I menys si a la nova super-Catalunya governa la dreta d’Artur Mas, representant d’una burgesia que, per cert, mai no ha tingut problemes de pactar amb la dreta espanyola més rància. Cal doncs ideologitzar fortament aquest debat. L’independentisme sense ideologia ha estat històricament un element perillós.
Com diu l'Albert Aixalà les coordenades del panorama polític català han canviat de forma irreversible des de l'11S. El PSC es troba en un creuament de camins, i de la perícia dels seus dirigents dependrà que aquesta frontera esdevingui la frontissa que obri un nou temps, una nova esperança per a l'esquerra. Amb aquestes dificultats en l'elecció dels camins, la salvació passaria per tenir guies adequats i hàbils. Però no sembla que les coses estiguin per llençar coets. La seva perfídia pot tenir conseqüències fatals.
Els esculls més perillosos per la nau socialista són el seu propi tacticisme, la mandra, l'oportunisme, els interessos, les cohorts d'aduladors criats a la maquinària del carrer Nicaragua, el fracàs estrepitós de l'escola Xavier Soto, més preocupada en generar clons que en formar l'esperit crític i transformador que havia de regenerar les arrels del projecte amb les noves generacions i, en general, una acumulació d'errors que han fet passar al PSC d'un partit d'ampli espectre a un partit cada cop més espectral. Són aquests esculls els que el posen en risc de desaparèixer definitivament o resultar irrellevant, i no el pas de l’estret marge entre Escil·la i Caribdis.
Malauradament per al PSC, ara ja no és suficient amb l'anunci enigmàtic del primer secretari, en el sentit de que segurament els actuals diputats del PSC al Congrés potser seran els primers en votar diferent al PSOE en alguna qüestió. Tampoc és suficient que ara el PSOE enyori la proposta d’Estatut defensada pel President Maragall. El PSC està en la obligació històrica d'interpel·lar al PSOE sobre la definició d'un model d'estat diferenciat de l'espanyolisme immobilista del PP, ben diferent del que tenim ara. Els federalistes més enllà de l'Ebre hauran de sortir de l'armari.
Una proposta: la convocatòria urgent, després de les eleccions a Euskadi, d'una Conferencia del PSOE sobre la definició d'un nou model d'Estat, a on els socialistes catalans haurien de liderar les propostes més avançades. No sembla, però, que el destacament del PSC a Madrid estigui ben preparat per aquesta missió històrica (ni una veu dels seus diputats al Congrés, un silenci que fa por). No sembla, tampoc, que el far del socialisme espanyol pugui il·luminar el rumb. Falta coratge i amplitud de mires. En l’improbable cas que això succeís, aclarit el seu paper, el PSC pot plantar-se a l’endemà mateix amb una proposta de referèndum al Parlament. Deixem que parli la gent i, sobretot, fem-ho abans i no després d’unes eleccions avançades per pur tacticisme revestit de patriotisme.
El destí d’aquest vaixell el determinarà la talla política dels seus dirigents. Espero sincerament que no haguem de lamentar tots plegats no haver fet un Congrés com calia, aquell mes de desembre...
Suposo que tinc alguna cosa de psiconauta, i per això segueixo en aquest projecte, i encara crec que passaran coses, i encara penso que som necessaris per mantenir i millorar un model social de país. Però sobretot ho faig per mirar d’estar a l’alçada de les hores greus que travessem. Per honorar la política i tots els homes i dones que van anar davant, fent drecera i donant un exemple poc comprés.