domingo, 11 de noviembre de 2012

Mejor discutir con los mexicanos

Discutir en Cataluña con los independentistas es muy difícil. Es mucho más fácil y agradable discutir sobre la independencia de Cataluña con los mexicanos. Por ejemplo, Juan Villoro manifestó hace poco, con inteligentes matices, su simpatía de ex-colonia española con una potencial independencia de Cataluña. Un gran amigo mío mexicano dice que respeta, casi admira, mis posturas federalistas, pero cree que esta es una ocasión única y, como México hace unos siglos, Cataluña debería inependizarse de España. Tanto Juan Villoro como mi amigo expresan sus opiniones con gran respeto, incluso con interés por conocer otros puntos de vista. Ojalá los independentistas y soberanistas expresaran sus opiniones con el mismo respeto.
Cataluña en 2012 no es México en 1821. España en 2012 no es España en 1821, por suerte. Es una democracia que forma parte de la Unión Europea, un espacio que está en proceso de una necesaria mayor integración. Los lazos entre las sociedades catalana y del resto de España son mucho más fuertes que entre la sociedad mexicana y la española de 1821, y la distancia cultural y geográfica es mucho más pequeña, por mucho que la cultural convenga exagerarla. Cataluña tiene reivindicaciones pendientes que se pueden resolver mejor en un marco federal, como Canadá, Suiza, Alemania u otros países. Si Cataluña fuerra independiente, las cosas en Cataluña cambiarían poco en algunos sentidos, las mismas oligarquías tendrían probablemente más, no menos poder. En la actualidad, su impunidad ante la corrupción es elevada y su control de los medios de comunicación públicos y privados es férreo, asfixiante para uno que no comulgue con sus ideas e intereses. Con la independencia, esto empeoraría todavía más, creo. Dudo que el movimiento "Somos 132" hubiera apoyado la independencia de Cataluña por lo que tiene de intento de una elite de lograr la impunidad más absoluta y de hacer girar el debate social entorno a un enfrentamiento entre colectividades, que oculte las crecientes diferencias sociales dentro de Cataluña, de España y de Europa. Pero a lo mejor estoy equivocado. En todo caso me siento muy a gusto discutiendo con personas tan civilizadas.

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