martes, 8 de mayo de 2012
No es broma: Laporta quiere volver (por Pedro Alas)
Este es el país donde el ridículo no pasa factura. Uno diría que después de imágenes de un personaje público con una botella de cava en la mano, bailando y con la ropa mojada en una sala de fiestas; o después de unas imágenes en un yate, sin ropa, con un puro y otra botella de cava en la mano (aparte de una barriga prominente), ese personaje público pagaría un precio bastante prolongado en el tiempo en términos de escarnio y desaprobación popular. Pero no. Él debe haber pensado que si Michel González se ha recuperado de las imágenes más ridículas del fútbol español consiguiendo que, por lo menos durante breves espacios de tiempo, le hagan entrendor de equipos de primera; o si el ex-ministro Acebes (el de las dos vías de investigación) ha conseguido recuperarse y tener un empleo muy lucrativo en una multinacional española, pues qué menos, él puede volver en gloria y majestad. Algún lector buena gente pensará que exagero, pero este es el pais donde lo que uno cree que no puede ocurrir, acaba ocurriendo. De hecho, en su etapa inicial como presidente, recuerdo que cuando algunos pronosticábamos que Laporta quería hacer carrera política como un Berlusconi de pacotilla, los interlocutores se reían y decían que eso aquí no iba a ocurrir, porque esto no es Italia, o Argentina, o Rusia. Bueno, hoy Laporta es diputado en el Parlament de Catalunya y Concejal del Ayuntamiento de Barcelona. Y dice que el Barça ya no es más que un club y que él está dispuesto a volverse a sacrificar por nosotros. Recuerdo que cuando el actual seleccionador inglés, Roy Hodgson, fue nombrado por segunda vez entrenador del Inter, un diario italiano tituló: "no es broma ("non è uno scherzo"): Hodgson vuelve". Que se enciendan todas las alarmas.
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