martes, 12 de septiembre de 2017

¿Por qué una parte de la extrema izquierda repite los tópicos de Mas y Puigdemont?

Ayer al final de un debate en Público TV que tuvo lugar en los estudios de la empresa Mediapro en Barcelona, dije que me parecía una vergüenza que el líder (Puigdemont) de una fuerza política que se ha pasado las últimas décadas cercenando la autonomía municipal y boicoteando a los ayuntamientos, ahora se dedique a promover que la gente persiga en la calle a los alcaldes y alcaldesas. Se exige a éstos que solucionen lo que Puigdemont (y Rajoy y Mas) han sido incapaces de solucionar desde la sentencia del Estatut de 2010. Hace ya de eso 7 años, en los cuales no se ha producido, no sólo la "independencia", sino ni siquiera el más mínimo avance en el autogobierno catalán. Lo que me sorprendió fue que a continuación la actual alcaldesa de Badalona, una persona de la extrema izquierda, no sólo no apoyó mi denuncia del anti-municipalismo convergente (un mensaje de consenso de la izquierda catalana de los últimos 37 años), sino que hizo todo lo posible por defender la estrategia del actual gobierno catalán respecto a los ayuntamientos. No sólo no se solidarizó con sus colegas del área metropolitana de Barcelona y otros puntos de Cataluña, que con toda dignidad rechazan hacerles el juego a quienes desean dinamitar el estado de derecho, sino que dijo que le parecía bien lo que hacía Puigdemont. Además lo hizo utilizando expresiones típicas del procesismo post-pujolista, como que las actitudes anti-municipalistas del mundo convergente eran una "pantalla pasada". En realidad esta discusión final no fue más que la culminación de un sorprendente debate, donde hice lo posible para dejar claro que en Cataluña existen visiones muy diversas, que la independentista es sólo una de ellas, y que los federalistas resolveríamos las cosas de otro modo. Un sorprendente debate porque yo pensaba que iba a una discusión amable tras tener que cruzar a pie una Barcelona llena de esteladas (por la manifestación de la Diada) para llegar al estudio, ya que se supone que era un debate entre personas de izquierdas. Aparte de la alcaldesa de Badalona, estaba una diputada autonómica de la CUP; una representante de la corriente "Anticapitalistas" (entiendo que la extrema izquierda de Podemos); un politólogo de fuera de Cataluña que dijo ser fundador de Podemos y que se quitó para el debate la camiseta del Sí que llevaba puesta (todo un detalle de moderación); y una diputada de ICV. Ésta última hizo un papel a mi juicio muy digno, con puntos de acuerdo y de discrepancia con mis posiciones. Pero los demás repitieron todos los tópicos de Puigdemont y Mas (que no me voy a entretener a rebatir aquí porque ya lo he hecho en muchísimos otros posts): que ya se ha intentado todo, que para ser federales primero hay que separarse, que si va mucha gente a votar Europa no tendrá más remedio que apoyarnos, que la Comisión de Venecia ampara el referéndum (estrictamente falso), etc. En ningún momento a ninguno de mis contertulios se le ocurrió sugerir que el proceso independentista podía ser una cortina de humo para tapar la corrupción de Convergencia y su política de recortes. Ni tampoco se le ocurrió a nadie plantear una reflexión sobre por qué entre los partidarios de la independencia están sobre-representados los sectores de un nivel de renta medio-alto. ¿Tiene esto algo que ver con la cena de Pablo Iglesias con Junqueras y Jaume Roures? ¿Tiene esto alguna conexión con la intervención de Assange en el debate catalán? No creo en las teorías de la conspiración. Sí creo que existen complementariedades estratégicas entre el independentismo catalán y las dinámicas financiadas entre otros por Putin a favor de crear inestabilidad en Europa (cuanto peor, mejor) para promover una globalización desregulada y la ley del más fuerte.

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