sábado, 18 de noviembre de 2023

Chile y España: 50 años después, con esperanza

Ha coincidido la publicación del libro coordinado por Beatriz Silva y publicado por Libros de la Catarata sobre Chile (donde he contribuido con un modesto capítulo sobre los Chicago Boys) con un breve viaje mío invitado por la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM) y la Universidad de Santiago de Chile (USACH) para un evento sobre la modernización del Estado. Una nueva oportunidad para aprender y reflexionar sobre Chile, uno de mis países.


En el libro se expresan voces importantes cercanas al centro-izquierda y al Frente Amplio, como la muy activa expresidenta Michele Bachelet, el jurista Flavio Quezada o la escritora Diamela Eltitt, entre otras personalidades chilenas. También españoles que queremos a Chile, como el hasta ahora Ministro español de Cultura, Miquel Iceta, o los juristas Carlos Jiménez Villarejo y Carlos Castresana. Y en medio Beatriz, coordinando y entrevistando, haciendo de guía transoceánica entre nuestros dos mundos, tan lejanos y tan iguales, que ella conoce mejor que nadie. El libro se lee bien: despierta un interés intelectual y sentimental, y mantiene al lector en tensión positiva, desde el prólogo de Bachelet hasta el último capítulo, un emocionante texto de Castresana que es un alegato a favor de la justicia universal.

Ya está en las librerías españolas y pronto estará en las librerías chilenas, aunque algunas personas privilegiadas ya tienen el ejemplar que les llevé yo en la maleta. En mi capítulo escribo sobre la influencia de los economistas formados en la Universidad de Chicago, que tuvieron a su cargo las políticas económicas, entre otras, de la dictadura militar de Pinochet. Ellos constituyeron una rama radical del neoliberalismo, y me permiten reflexionar sobre la relación entre economía, política y moral. 

La presentación en Barcelona (este próximo lunes es la presentación en Madrid), a cargo de la autora y de los periodistas Guillem Martínez y Pere Rusiñol, así como el artículo de Javier Pérez Andújar en El Diario, permitieron a más personas darse cuenta de la relevancia de las reflexiones contenidas en el libro. Los grandes temas que afectan a Chile afectan también a España y al conjunto de la humanidad: el complejo transitar de la dictadura a la democracia, el encaje de las aspiraciones sociales de la mayoría en una democracia capitalista, o el abordaje de los grandes retos climáticos y demográficos del siglo XXI.

Los españoles no tenemos que dar ninguna lección a Chile, sino recibirla. Es verdad que en Chile la derecha tiene un gran poder mediático e institucional, pero como si no lo tuviera en España… Es verdad que la clase obrera organizada tiene poco peso relativo en Chile, pero como si en España los propietarios de las grandes empresas no tuvieran un peso social y político superlativo. Nuestras derechas se parecen en sus distintas vertientes, sólo que quizás la chilena sea un poquito más sofisticada intelectualmente. Y a Pinochet lo detuvimos entre todos.

Hoy Chile y España tienen gobiernos progresistas sometidos a gran presión y dificultades, pero guiando países democráticos y estables, comparados con la mayoría de países del Planeta. En Chile se vive cierta sensación de estancamiento, y de frustración por no haber aprovechado la oportunidad, que brindaban los acuerdos liderados por Boric tras el estallido social de 2019, de elaborar y aprobar una nueva Constitución. Al primer intento, se cometieron a mi juicio dos errores: prescindir de los partidos tradicionales (incluidos el comunista, el socialista y el cristianodemócrata, que podían haber buscado un consenso con los sectores menos retrógados de la derecha) y facilitar el protagonismo a liderazgos individuales y “nuevos”, sin experiencia ni reputaciones en juego; y lo que yo llamaría “El error Puigdemont”: pensarse que los problemas de diversidad étnica se solucionaban apelando a un soberanismo retrógado (a la mayoría no le gustó el concepto de “plurinacionalidad”) en lugar de apelar a la igualdad de derechos individuales. En el segundo intento, una asamblea ahora dominada por la derecha ha sido incapaz de redactar un proyecto mejor, y en el plebiscito del próximo 17 de diciembre, parece que ganará la opción de votar en contra: una Constitución que deje definitivamente atrás la de Pinochet (aunque reformada por Lagos) quedará pendiente.

Pero ahí sigue Boric, el joven presidente al frente de un gobierno progresista, con un ministro socialista “catalán” de Hacienda, Mario Marcel Cullell (hijo de padre y madre catalanes). Chile y España son hoy dos sociedades libres, hermanadas en la lejanía geográfica, dispuestas a escribir nuevas páginas en su andadura democrática.

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