domingo, 12 de octubre de 2025

¿Dónde está nuestro Michael Heseltine?

Michael Heseltine y Angela Merkel son dos líderes políticos de centro derecha que en distintos momentos se han rebelado contra la adopción de un discurso de extrema derecha y contra los pactos con fuerzas neo-fascistas. Esta semana, el veterano líder conservador británico ha lanzado un duro ataque contra aquellos de sus compañeros de partido que adoptan acríticamente el relato de la extrema derecha.

La agenda de la extrema derecha europea (y española y catalana) hoy tiene un poderoso aliado en la Casa Blanca. Una mezcla de colapso ético, ignorancia y alianza con grandes poderes económicos está atacando la democracia más poderosa del Planeta, y sus principales instituciones científicas y académicas, así como su sistema de pesos y contrapesos. Quienes en Europa se están sumando acríticamente al discurso de la derecha nacional-populista están asumiendo esta agenda autoritaria.

Mientras tanto, esta semana en Cataluña hemos podido ver que las propuestas de resolución de Junts, PP, AC y VOX en el Debate de Política General eran básicamente coincidentes, con algunos matices para diferenciarse levemente. Coincidían en la fobia contra el pago de impuestos y la desconfianza hacia la inmigración.

Michael Heseltine alertaba esta semana especialmente contra el discurso anti-inmigración y soberanista, recordando el fracaso y las mentiras del Brexit. Coincidiendo en el tiempo por casualidad, Junts en el Parlament repetía el mantra del déficit fiscal (con cifras y pseudo-argumentos que recordaban las mentiras de los autobuses de Johnson y Farage) y pedía de nuevo (como si no hubiera pasado nada) un referéndum parecido al del Brexit pero ilegal, todo ello mezclado con alusiones a la inmigración y a los impuestos. Por algo en Francia e Italia al nacionalpopulismo le llaman soberanismo.

Cuando no hay una derecha que se plante, todo el peso recae en la izquierda. No es la primera vez, ni será la última. Los fascismos de los años treinta tenían a la izquierda como su principal enemigo, mientras los poderes económicos se lavaban las manos. La transición a la democracia en España fue empujada por la izquierda, y la derecha se fue sumando resignada mientras aparecían los "demócratas de toda la vida". En Chile, se unió la oposición (pero ésta iba del centro izquierda a la izquierda), mientras los grandes poderes económicos apoyaron la dictadura primero y los “amarres” constitucionales, mediáticos e ideológicos después. En Estados Unidos, confío más en Bernie Sanders que en los dirigentes del Partido Republicano para defender la democracia. Y en Europa, en la juventud que se moviliza por Gaza, antes que en los dirigentes del PP y Junts. Ojalá aparezcan Heseltines y Merkels. Cuando hayamos derrotado a los neofascistas, entonces seguro que proliferarán de nuevo los demócratas (y federalistas) de toda la vida.


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