domingo, 1 de noviembre de 2015

Federalismo, igualdad y solvencia

Para resistir en el espacio de la socialdemocracia y ampliarlo si es posible, creo que en los menos de dos meses que quedan en España para las elecciones generales, Pedro Sánchez y sus asesores harían bien en centrarse en tres ideas, a saber, federalismo, igualdad y solvencia:
-El federalismo del PSOE no es el federalismo de Pi y Margall y la primera república, sino que es el federalismo de Alemania, Suiza, Canadá, Estados Unidos y Australia, es decir, los países más estables del mundo, y es el federalismo "work in progress" de la Unión Europea. Es el federalismo que permite organizarnos mejor para abordar los grandes retos globales del siglo XXI, que superan totalmente al viejo estado-nación. Es el federalismo que permite luchar contra el fraude y la competencia fiscales, es la forma de organizarse contra la desigualdad. Cómo gente que viene de la izquierda no tiene una idea clara al respecto y se muestra agnóstica, me parece alucinante. El federalismo también es la mejor forma de luchar por la regeneración democrática en profundidad, para hacer que cada nivel de gobierno relevante responda directamente ante los ciudadanos y les rinda cuentas, sin permitir que existan esferas de poder al margen de la ciudadanía. Una mejor democracia no se construye con partidos aparentemente nuevos (aunque sus dirigentes lleven años, quizás décadas, intentando hacerse un hueco en el circo), sino con propuestas serias de mejorar nuestra arquitectura institucional.
-El gran reto de nuestros días es la igualdad, la igualdad aquí y la igualdad en el mundo. Las diferencias de renta han aumentado en España y Europa con la crisis, y aunque no han aumentado a nivel mundial, son tan enormes que los flujos de población se pueden volver incontrolables. Aunque tuviéramos los niveles de igualdad de los países escandinavos, seguiría siendo un escándalo que la democracia fuera compatible con las diferencias existentes de niveles y esperanza de vida actuales. Quienes se disfrazan de "nueva política" para vender "menos pero mejor estado" pretenden enviarnos al mundo imaginado por el Hayek de sus lecturas juveniles (no me extrañaría que fuera el autor de cabecera no sólo de los jovencitos del PP, sino también de Garicano y Sala i Martín) antes que a la Dinamarca que se supone que admiran.
-Solvencia. Para subir a corto plazo en las encuestas puede que un poco de verborrea populista sea muy útil. Pero para gobernar en la complejidad de la Europa del euro en el siglo XXI hace falta solvencia. Solvencia para tranquilizar a los trabajadores, no a los empresarios, pero solvencia. Porque la gente corriente, el hombre y la mujer de las clases populares, tienen derecho a una vida tranquila, y a la esperanza de un mundo mejor.
Es curioso como los líderes que intentan pescar en la socialdemocracia desde fuera suelen rendir homenaje a socialdemócratas muertos (Olof Palme) o fuera de combate (Maragall). Seguramente de aquí a algunos años rendirán homenaje a algunos de los vivos de hoy, que se enfrentan a retos muchos más graves que los que afrontaron Palme, Maragall y otros grandes líderes. Pero la socialdemocracia sigue siendo la ideología que ha dado más bienestar a más gente, durante más tiempo. Si yo tuviera alguna influencia en el equipo de Sánchez le diría que se haga fuerte en estos tres puntos, que son uno: la socialdemocracia del siglo XXI.

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