miércoles, 17 de noviembre de 2021

La España de Luis Enrique

España puede que no gane el próximo Mundial de fútbol, pero la selección de Luis Enrique Martínez ha dado ya algunas lecciones útiles, que pueden ser de aplicación en ámbitos incluso ajenos al deporte (como la política, la economía o empresa). Una lista no exhaustiva sería la siguiente:

1) La diversidad es una fuente de riqueza y refuerza la unidad. Luis Enrique es un asturiano que jugó en el Madrid y en el Barça y ha entrenado en Italia y España. Sus jugadores son de todos los rincones del país, con especial presencia de la periferia, y varios de ellos, como muchos otros jóvenes españoles, se ganan la vida fuera de España, donde nadie regala nada.

2) En el deporte y el trabajo de equipo, no hay errores individuales, sino colectivos. Si Morata es criticado por fallar remates, al siguiente partido juegan “Morata y diez más”. Si Unai Simón no sujeta un pase hacia atrás, se hace pedagogía y se explica que quizás ese balón no tenía que haber llegado ahí, etc. Nunca hay que esconderse tras supuestos errores individuales. Nunca el entrenador debe abroncar abusivamente a sus jugadores, especialmente a los jóvenes.

3) No se ponen excusas ni se utiliza el victimismo. Ni las lesiones, ni el COVID, ni el estado del terreno de juego, ni el juego defensivo del rival, ni el árbitro… Si se pierde o no se juega bien, es por responsabilidad propia, y se reflexiona sobre aquello que se puede controlar, que es la propia estrategia.

4) De cada cual según sus capacidades, y a cada cual según sus necesidades. Se utiliza un pool de 40, 50 o 60 jugadores, que juegan en las mejores ligas de Europa, no importando su edad, su color de la piel, o donde hayan nacido, o si han tenido roces previos con el seleccionador (Jordi Alba). Todo talento útil es aprovechado. Y cuando alguien necesita un cable (esperar a Busquets tras dar positivo por Covid, apoyar a un jugador hipercriticado), se le echa un cable.

5) La popularidad a corto plazo no tiene ninguna importancia. No sé si realmente Luis Enrique no lee la prensa, pero lo que está claro es que le da absolutamente igual. Su línea es el trabajo y el compromiso con la coherencia, huyendo en todo momento de la frivolidad. Es lo contrario del populismo.

6) Se busca en todo momento el talento profesional que se necesita (un especialista en datos, un psicólogo…), y se practica la búsqueda constante de las personas necesarias para mejorar. Luis Enrique, como buen corredor de fondo, representa el aprendizaje constante (hoy es mucho mejor entrenador que cuando entrenaba al Barça). La competencia no es incompatible con la cooperación.

7) Las cosas nunca son fáciles, surgen adversidades (a veces enormemente dolorosas, como la pérdida o enfermedad de un ser querido) y hay que superarlas buscando ayuda y con espíritu colectivo.

Por todo esto, me quito el sombrero y espero que todos podamos seguir aprendiendo de la España de Luis Enrique, y que ilumine también terrenos ajenos al fútbol. Y si ganamos el Mundial, mejor.


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