Como ha expresado
Manuel Cruz, el federalismo representa la forma política de la fraternidad. "El
federalismo encarna, materializa, institucionalizándolos, unos valores, esto
es, no se limita a apelar a ellos como horizonte último hacia el que tender, ni
siquiera como idea reguladora para tutelar nuestras acciones". Quien apela a la solidaridad para arañar un titular pero se pasa el resto del año boicoteando cualquier intento de institucionalizar la fraternidad (el federalismo) se pone en evidencia. El federalismo pretende centrar el debate en cómo mejorar el funcionamiento de los
mecanismos de representación política, ejercicio de las competencias de
intervención del estado en la economía y rendición de cuentas, en el horizonte
de una arquitectura institucional eficiente y equitativa que reconozca que la
ciudadanía en el siglo XXI está gobernada por distintas administraciones, en
nuestro caso desde los ayuntamientos hasta la Unión Europea. Y en algunas
cuestiones, por organismos de carácter global, de creciente peso. Además de un
gobierno multinivel, el federalismo tiene también como objetivo que estos
gobiernos tengan una serie de características y actúen de una determinada
manera. En primer lugar, estos gobiernos deben rendir cuentas directamente a la
ciudadanía en un marco coherente de pesos y contrapesos, a diferencia de lo que
ocurre en un sistema confederal, donde los gobiernos rinden cuentas a otros
gobiernos (como todavía ocurre excesivamente en la Unión Europea), y como
hubiera ocurrido en Estados Unidos sin la convención federalista promovida por
Madison y Hamilton que dió lugar a la Constitución. En
segundo lugar, los distintos gobiernos se reconocen mútuamente, cooperan y
practican el gobierno compartido en una serie de tareas donde se considera que
el input de varios gobiernos es necesario porque legitima el resultado o porque
es crucial para que las intervenciones públicas sean eficaces. En tercer lugar,
el conjunto promueve una cultura de lealtad y fraternidad, lo que tiene la virtud económica adicional de
hacer más sostenibles las reglas y las disposiciones legales ante las cuales
los agentes económicos y sociales articulan sus planes. El federalismo nos provee de las mejores ideas
para aportar un marco institucional que resuelva los grandes problemas sociales
y económicos del siglo XXI. Hoy la mayor parte de los ciudadanos que viven en
democracia en el mundo lo hacen ya en federaciones y lo harán aún más si
conseguimos acelerar (aunque siempre será un proceso inacabado como en los
Estados Unidos) el proceso para hacer de España y la Unión Europea auténticas
federaciones. El nuevo federalismo es
la mejor herramienta para resolver los problemas sociales. Es una falacia que hayan
dos ejes, uno “social” y otro “nacional”. Las propuestas que se hacen respecto
a las cuestiones federales afectan directamente a las cuestiones sociales. El
eje social de algunos sectores en España (y Cataluña) es consolidar con
mutaciones diversas una élite en el poder utilizando el relato nacional y la solidaridad puntual. Pero
hoy en día no se puede luchar contra las desigualdades, el fraude fiscal, el
cambio climático, la inestabilidad financiera, en el marco del estado nación.
No tiene ningún sentido ser agnóstico en la cuestión federal y decir que se es
de izquierdas o ser agnóstico en la cuestión social y decir que se es
independentista o decir que se es partidario de las esencias hispanas. Los
proyectos sociales y económicos requieren un marco institucional, no todo puede
combinar con todo (por ejemplo, el lema “independencia para cambiarlo todo” que
algunos sectores enarbolan desafía la lógica más elemental en el mundo de hoy).
Los responsables políticos tienen el deber de presentar proyectos donde
expliciten en qué marco institucional viable y realista harán posible sus
proyectos sociales, sean liberales, socialdemócratas o de izquierda radical,
para que podamos evaluar su viabilidad y sus implicaciones éticas. Los líderes
independentistas deberían explicar cómo piensan combatir la desigualdad y el
fraude fiscal de un estado independiente que inicialmente estaría desconectado
del resto y no sería reconocido, y que en el mejor de los casos se tendría que
someter a los grandes movimientos de capital. Quienes se aferran a una idea
primitiva de la soberanía nacional en un estado recentralizado deberían
explicar como es eso compatible con una población de identidades plurales que
consienta democráticamente las reglas, y con una moneda única transnacional. Una economía estable y próspera requiere
hoy instituciones estables y legitimadas, apoyadas por grandes mayorías que
pueden discrepar en las políticas concretas.
domingo, 27 de marzo de 2016
viernes, 25 de marzo de 2016
El populisme sobiranista i la crisi dels refugiats
M'ha sorprès (fins a cert punt) la indignació de la qual presumeixen orgullosos alguns neo-sobiranistes catalans i espanyols davant de la crisi dels refugiats. El cantant i president de la comissió del procés constituent del Parlament de Catalunya, Lluis Llach, va dir que l'actitud de les autoritats europees el feia sentir-se cada vegada més cupero, al·ludint a les posicions de les CUP, partidàries de sortir de la Unió Europea. A Navarra, determinats dirigents van decidir treure la bandera europea d'un balcó, per tornar-la a posar després dels atemptats a Brussel·les. Aquest europeïsme de treure i posar contrasta amb la posició de molts federalistes, que molt més carregats de raó per la seva coherència, mostren com la crisi de refugiats il·lustra el que venen dient la resta de l'any: que cal més que mai que unim les nostres forces, perquè els estats-nació no poden fer front als grans reptes que tenim plantejats, des de la crisi econòmica fins al terrorisme, passant pel drama dels refugiats. Ofertes voluntaristes (algunes, oportunistes) oferint acollir una part dels refugiats sonen al que Manuel Cruz descriu com l'actitud tan espanyola del "esto lo arreglaba yo en 24 horas", i són en el fons un insult a les persones que pateixen el problema. El voluntarisme és necessari, i tota la gent anònima que hi posa bona voluntat és molt d'elogiar. Però els líders polítics que se n'aprofiten i que passen la resta de l'any promovent ideologies insolidàries, i combatent el federalisme fraternal, haurien de quedar ben retratats. De res li servirà a Puigdemont fer de milhomes si degut al que ell i el seu predecessor han fet els darrers anys no hi ha ningú a tota Europa que se'ls hi posi al telèfon. Si practiquessin la solidaritat, la seriositat i la coherència els 365 dies de l'any, potser ara serien més creïbles i la seva bona voluntat semblaria més real.
miércoles, 23 de marzo de 2016
No creerse ni a Shakespeare
El reciente libro de Ignacio Sánchez Cuenca "La desfachatez intelectual" desarrolla una idea que este sociólogo ya había planteado en trabajos anteriores, y que tiene que ver con la falta de rigor de algunos escritores cuando airean sus opiniones políticas en los medios de comunicación. El prólogo del libro puede leerse aquí. Simpatizo en líneas generales con lo que dice Sánchez Cuenca, aunque puede aplicarse tanto a los autores que menciona como a quienes aparentemente han sido sus víctimas. También hay que estar con las luces de alerta encendidas cuando algunos científicos sociales utilizan obras literarias como argumento de autoridad. Thomas Pîketty ha sido criticado por el economista norteamericano Steven Durlauf y un coautor suyo por ello. El otro día un politólogo catalán escribía en La Vanguardia que de las obras de Shakespeare se deducía que la lucha contra la corrupción no se vencía con cambios éticos, sino con reglas e instituciones. No sé si era este politólogo o el propio Shakespeare quien se contradice con las más modernas investigaciones económicas y politológicas, que llegan a la conclusión de que las reglas e instituciones no son sostenibles en ausencia de unas normas sociales y éticas compartidas. Todos los argumentos deben ser sometidos a crítica. El propio Sánchez Cuenca, en una entrevista sobre su libro, dice que la tendencia española a la desfachatez intelectual tiene que ver con una supuesta maldición de los países medianos. Sin embargo, yo recuerdo que escritores como Paul Auster y J.M. Coetzee fueron criticados tras un libro sobre su correspondencia por emitir juicios sobre los más variados temas sin ningún tipo de rigor (a pesar de que pertenecen a países de tamaño muy distinto, Estados Unidos y Sudáfrica). Dice el autor de "La desfachatez intelectual" que
"Creo que tiene que ver con lo que a veces se llama la maldición de los países de tamaño medio. Si eres un país muy grande, como Estados Unidos, la esfera pública es tan enorme y hay tantos participantes que apenas existen figurones o referentes. Si eres un país muy pequeño, estás obligado por necesidad a internacionalizarte, a abrirte al exterior, como les ocurre a Portugal u Holanda. El problema está en los países de tamaño medio --Francia, Italia, España-- donde la esfera pública es grande pero no lo suficiente para que haya pluralismo, y tampoco es tan pequeña como para que sea necesario abrirse al exterior. Entonces se forma una esfera pública muy introspectiva, donde los figurones adquieren un protagonismo exagerado y adoptan una posición “casticista”, que ignora lo que pasa más allá de nuestras fronteras".
Yo creo que estas afirmaciones carecen del rigor empírico que el autor exige a quienes critica.
"Creo que tiene que ver con lo que a veces se llama la maldición de los países de tamaño medio. Si eres un país muy grande, como Estados Unidos, la esfera pública es tan enorme y hay tantos participantes que apenas existen figurones o referentes. Si eres un país muy pequeño, estás obligado por necesidad a internacionalizarte, a abrirte al exterior, como les ocurre a Portugal u Holanda. El problema está en los países de tamaño medio --Francia, Italia, España-- donde la esfera pública es grande pero no lo suficiente para que haya pluralismo, y tampoco es tan pequeña como para que sea necesario abrirse al exterior. Entonces se forma una esfera pública muy introspectiva, donde los figurones adquieren un protagonismo exagerado y adoptan una posición “casticista”, que ignora lo que pasa más allá de nuestras fronteras".
Yo creo que estas afirmaciones carecen del rigor empírico que el autor exige a quienes critica.
lunes, 21 de marzo de 2016
Per una esquerra que honori Ventotene
Tenint a mà la possibilitat d’un govern dirigit pel
centre-esquerra europeista a Espanya, em dono cops de cap a la paret cada dia
al veure com mitjans de comunicació civilitzats no recolzen més activament
aquesta possibilitat. En canvi, la premsa viu en la ficció que Espanya ha d’estar
orgullosa que aquí no hi ha populismes xenofòbics (un problema que es considera
centre-europeu o de la dreta nordamericana… deu ser que hi ha algú que no mira
els twitters de les cavernes respectives o les fotos de polítics ben admirats
en segons quins cercles fent-se acompanyar per persones amb disfresses
medievals; els estereotips a mitja veu als Estats Units han acabat donant ales
a Trump). Les grans veus del periodisme europeu tenen les idees més clares,
llàstima que aquí només ens arribi la claredat de la mà del literalment
excepcional (d’excepció) Xavier Vidal-Folch. Això deia ahir el gran Scalfari a
La Repubblica (el gran diari que va fundar fa 40 anys): “Merkel és conscient del problema europeu i el dilema que
planteja. Encara recordo quan Lincoln va morir unes setmanes després del final de
la guerra que va conduir a l'abolició de l'esclavitud i la igualtat dels
ciutadans davant la llei. El missatge final de Lincoln era que els estats del nord,
victoriós, havien de dedicar els seus recursos per aixecar els estats del sud
de l'estat de misèria en la qual la majoria d'ells era, per la qual cosa el
benestar i l’ètica pública tendien a ser conformats en tot el continent d’
Amèrica del Nord.
Aquest va ser el seu llegat, i aquesta és la tasca que ara
cau sobre Merkel, cancellera d'Alemanya. És a ella a qui pertoca l'elecció, ja
que és ella la que lidera la potència hegemònica. No obstant això, en un règim
de democràcia, Merkel necessita el ple suport dels ciutadans del seu país, que
arrossega actualment per tremolors de populisme. (…)
Renzi sembla haver abraçat la idea d'enfortir Europa i dóna
suport al document enviat a totes les autoritats europees: la creació d'un
Ministeri de Finances només a la zona de l'euro, exactament el que volia Draghi. Aquest document ja s'ha mostrat en la
reunió del Partit Socialista Europeu que va tenir lloc fa uns dies a París, i
que acabarà aviat a Roma. La seva nova política es caracteritza per haver abraçat de
manera explícita el Manifest de Ventotene d'Altiero Spinelli. En aquest punt,
l'esquerra italiana s’alça a Europa per la Federació, juntament amb els
socialistes europeus. Aquesta és la veritable tasca de l'esquerra moderna:
volcar-nos amb una Europa federada, un Parlament federal i un president federal
electe pels ciutadans europeus. Es necessitaran anys, però cal arrencar
immediatament. L'objectiu d'una Federació, a més de ser un dels estats
continentals dels més importants al món, ha de ser l'herència de Lincoln: els
països rics ajuden els pobres dins del seu propi continent i fora d'ell. Aquest
hauria de ser el futur d'Europa.
El lema i el valor espiritual, a més de material que conté
gairebé tots els dies recorda a un personatge que és ara dominant en l'escena
de tot el món. Parlo de Francesc. El seu ensenyament, al mateix temps que els
creients religiosos i civils a tots els pobles, es basa en dos valors: l'amor
al proïsme i la misericòrdia. Francesc els reclama com a bandera i lluita cada
dia per la seva aplicació. Aquests són els pilars de la predicació de Francesc,
que en els últims temps s'han enfortit encara més. Ara, de fet, el lema de l'amor al
proïsme ha de ser "Estima el teu proïsme més que a tu mateix".
M'atreveixo a dir, aquest ha de ser el quid de l'esquerra política, europea i
italiana, i nosaltres en aquest diari ens agradaria que fos així.” Scalfari és
un ateu com jo, però hi estic totalment d’acord.
viernes, 18 de marzo de 2016
A Rosa Parks no li agradaria l'Europa dels referèndums
El diari francès Le Monde explicava l'altre dia que segons les enquestes més del 50% dels francesos voldrien que se celebrés un referèndum sobre la permanència del seu país a la Unió Europea. És aquesta una raó suficient perquè aquells que defensen el projecte de la integració europea defensin la celebració d'aquest referèndum? Un referèndum semblant al Regne Unit està posant l'agenda política allà on la volen els nacionalistes i la dreta populista de Nigel Farage i Boris Johnson. El referèndum, sigui quin sigui el seu resultat, és un pas més en l'ampliació de la influència de corrents euroescèptics. Segons el setmanari The Economist, encara que guanyés al Regne Unit la permanència a la UE, els euroescèptics trigarien poc a demanar un nou referèndum, perquè l'actual els ha donat una gran empenta dintre del Partit Conservador i en el conjunt de la societat. El mateix va passar amb els nacionalistes escocesos, que van perdre per poc el seu referèndum però el van aprofitar molt bé per ampliar la seva influència i arrasar en les següents eleccions. Els referèndums són una eina molt dolenta per resoldre problemes que divideixen a les societats i que tenen impacte més enllà de les jurisdiccions on es decideixen. Això ho saben els federalistes canadencs, que contra una opinió molt estesa, amb la Llei de Claredat no van fer possible els referèndums d'autodeterminació, sinó que els van frenar, per disgust dels nacionalistes, perquè des que hi ha la llei de Claredat no s'ha tornat a convocar cap referèndum com els que van dividir la societat quebequesa dramàticament en 1980 i 1995. La unificació alemanya no es va dur a terme perquè la decidissin els alemanys, sinó perquè la va permetre tota l'Europa democràtica, començant pels francesos. Però els referèndums ara s'han posat de moda, semblen una recepta segura, en un món d'incerteses, pors i frutracions, per pujar a les enquestes i posar-se en la direcció que bufa el vent. A mi no m'hi trobaran. Un dels que promou un referèndum és el govern de la dreta populista hongaresa, que vol que es decideixi en referèndum si el seu país accepta la quota de refugiats que li tocaria en un acord entre el conjunt d'europeus. Són qüestions d'una sensibilitat tan gran que és força irresponsable tractar-los sense matisos i sense ser molt conscient del que s'està demanant. Avui un articulista segurament ben intencionat, deia que el fet que la legalitat actual no ho permet o ho dificulta molt no hauria d'impedir una consulta "perquè Catalunya decideixi el seu futur" si la majoria de la gent ho vol, encara que el que vol la majoria acostuma a dependre del que se li pregunta. L'articulista comparava la situació amb Rosa Park, l'activista pels drets civils als Estats Units, que també actuava defensant coses que no eren legals. Malauradament, a Catalunya fa temps que molta gent ha perdut el sentit de la perspectiva. Però potser el context ara els hi comença a posar difícil les seves argumentacions, com ha explicat David Trueba. A finals del segle XX, el declivi del pujolisme a Catalunya va coincidir amb la guerra dels Balcans, amb els trens de ramats que es tornaven a carregar de persones. Potser va ser una casualitat. Jo segueixo sense estar gens convençut que hi hagi un mecanisme més democràtic i alhora millor per la concòrdia que l'actual: les qüestions fonamentals que afecten a la convivència s'han de decidir per un acord de com a mínim dos terços dels parlamentaris democràticament escollits, acord que és ratificat en un referèndum, aleshores sí. Avui l'Europa dels referèndums de part no és l'Europa de Rosa Parks. És l'Europa de Nigel Farage, de Marine Le Pen i de Viktor Orban.
domingo, 13 de marzo de 2016
Europa y tu
En el fantástico acto que tuvo lugar el pasado vienes en Barcelona, organizado por Federalistes d'Esquerres, sobre la necesidad de encontrar soluciones federales a la crisis de los refugiados en Europa, el secretario general de la Unión Europea Federalista, Paolo Vacca, explicó con cifras elocuentes que el flujo de refugiados en Europa es un problema de dimensiones gestionables siempre que se adopte una perspectiva federal. La cantidad de personas que ha entrado a países de la Unión Europea supone solamente un 0,2% de la población total. Si este flujo, e incluso uno superior, se organiza de forma coordinada, federal, la solución es perfectamente viable y conforme a los derechos humanos, así como a las necesidades de sociedades en declive demográfico en muchos casos.
En el acto participaron prestigiosos representantes de Amnistía Internacional y de ACNUR, la organización de las Naciones Unidas dedicada a los refugiados. En el debate también participó desde la fila cero el director de la revista Alternativas Económicas, Andreu Missé, quien argumentó que la coincidencia de la crisis de los refugiados con la persistencia de las consecuencias de la crisis del euro y la deuda, ilustran perfectamente las ventajas que tendría para Europa avanzar en una clave decididamente federal. Si la población alemana pide compartir con el resto de países la carga que supone la concentración de población inmigrante en su país, otros países piden compartir con Alemania (con los acreedores) la carga de la deuda. Si compartiéramos riesgos de forma colectiva (eso es lo que es el federalismo), ambos problemas serían perfectamente manejables. En el caso de Europa, si avanzáramos hacia un gobierno europeo más fuerte, además podríamos contribuir a hacer mucho más (a través de una política exterior común) por solucionar los problemas de origen, que están en la miseria y los conflictos de estados en descomposición muy cerca de Europa. Construir vallas y expulsar refugiados no conseguirán que el problema desaparezca, además de ser inmoral e insolidario. Varios de los asistentes entre el público mostraron su interés por ver qué podían hacer como ciudadanos y ciudadanas por contribuir a resolver el drama de los refugiados. El mensaje de Paolo Vacca y otros ponentes fue claro: movilizarse y hablar con la voz bien alta a favor de soluciones solidarias y federales. Por ejemplo, apoyar iniciativas que ayuden a elevar la voz de la concordia (como ésta) y no dar el voto ni hacer el juego a opciones políticas que, o desean los unos aplicar soluciones ilegales sin pasar por el Parlamento, o pretenden irse por la cloaca del euroescepticismo diciendo que si Europa no funciona debemos irnos de Europa (por cierto, Lluis Llach: cuando dices esto no sólo te pones del lado de la CUP, sino también de Marine Le Pen y Nigel Farage; los nacionalistas creen que "yéndose" de los problemas estos desaparecerán).
En el acto participaron prestigiosos representantes de Amnistía Internacional y de ACNUR, la organización de las Naciones Unidas dedicada a los refugiados. En el debate también participó desde la fila cero el director de la revista Alternativas Económicas, Andreu Missé, quien argumentó que la coincidencia de la crisis de los refugiados con la persistencia de las consecuencias de la crisis del euro y la deuda, ilustran perfectamente las ventajas que tendría para Europa avanzar en una clave decididamente federal. Si la población alemana pide compartir con el resto de países la carga que supone la concentración de población inmigrante en su país, otros países piden compartir con Alemania (con los acreedores) la carga de la deuda. Si compartiéramos riesgos de forma colectiva (eso es lo que es el federalismo), ambos problemas serían perfectamente manejables. En el caso de Europa, si avanzáramos hacia un gobierno europeo más fuerte, además podríamos contribuir a hacer mucho más (a través de una política exterior común) por solucionar los problemas de origen, que están en la miseria y los conflictos de estados en descomposición muy cerca de Europa. Construir vallas y expulsar refugiados no conseguirán que el problema desaparezca, además de ser inmoral e insolidario. Varios de los asistentes entre el público mostraron su interés por ver qué podían hacer como ciudadanos y ciudadanas por contribuir a resolver el drama de los refugiados. El mensaje de Paolo Vacca y otros ponentes fue claro: movilizarse y hablar con la voz bien alta a favor de soluciones solidarias y federales. Por ejemplo, apoyar iniciativas que ayuden a elevar la voz de la concordia (como ésta) y no dar el voto ni hacer el juego a opciones políticas que, o desean los unos aplicar soluciones ilegales sin pasar por el Parlamento, o pretenden irse por la cloaca del euroescepticismo diciendo que si Europa no funciona debemos irnos de Europa (por cierto, Lluis Llach: cuando dices esto no sólo te pones del lado de la CUP, sino también de Marine Le Pen y Nigel Farage; los nacionalistas creen que "yéndose" de los problemas estos desaparecerán).
jueves, 10 de marzo de 2016
La independència era mentida (i la sobirania encara ho és més)
Mentre l'actual President de la Generalitat, Carles Puigdemont, deia al Parlament de Catalunya que el problema de la pobresa a Catalunya no es resoldria fins que Catalunya fós independent, la persona que el va situar en el seu càrrec per decisió personal, el Sr. Artur Mas, deia en un programa de ràdio que el seu partit més que independendentista, havia de ser sobiranista. També va dir que això de fer la independència en 16 o 18 mesos no seria possible, cosa que sembla que també ha afirmat el cap de llista de la seva candidatura a les darerres eleccions, Sr. Romeva. Respecte a fer servir els pobres (o les persones que estan en llista d'espera per una operació) com a instrument per fer demagògia independentista, esperaré que algú m'expliqui quins fonaments ètics s'han de tenir per recórrer a persones vulnerables que pateixen per intentar guanyar alguns puntets en el quadrilàter de la lluita política i argumental. Jo no sé amb la independència, però amb el "procés" les persones pobres i les que estan en llistes d'espera cada vegada estan pitjor. I com que sembla que el Sr. Mas i el Sr. Romeva ja han enterrat la independència, el que tenim és "procés", i no independència. Això no impedeix que el principal grup parlamentari, recolzat pels Srs. Mas i Romeva, es segueixi dient "Junts pel Sí" (a la independència). En fi, ja he escrit moltes vegades aquí per què la independència era impossible (ara fins i tot Mas i Romeva ens donen la raó) i hi havia idees molt millors per organitzar la nostra convivència i el nostre govern. El que m'agradaria afegir és que el concepte que volen utilitzar ara com a cavall substitut (la "sobirania") és encara més enganyós que el d'independència. Al cap i a la fi, si independència vol dir crear un nou estat-membre de la Unió Euroea, avui per avui és impossible, però és un objectiu plausible, que un pot identificar (encara que gent com jo no hi estigui d'acord, perquè estem per diluir i "desclassar" l'estat-nació). Però parlar de sobirania de Catalunya al segle XXI no vol dir res plausible ni identificable. Catalunya no seria sobirana ni si fós un estat "independent", igual que no és sobirana Espanya, ni França ni Alemanya, ni Grècia (com va comprovar la ciutadania grega amb el referèndum de mentida de Tsipras). En el món global del segle XXI, especialment a Europa i la zona euro, la sobirania està repartida i compartida. Catalunya no ho podrà mai decidir tot, igual que Espanya no ho pot decidir tot. El gran repte democràtic avui és que en el nivell on es decideixen les coses, els mètodes de decisió siguin cada vegada més transparents i democràtics. I on es decideixen les coses? Doncs a diversos llocs: algunes a casa, altres al municipi, altres a Catalunya, a Espanya, a Europa, en instàncies globals... Els problemes de les persones no es resoldran apel·lant a concentrar la sobirania en un d'aquests nivells, perquè això mantindria oligarquies que no retrien comptes en els altres nivells. El repte avui és democratitzar Europa, i progressivament les instàncies globals, mantenint i millorant les nostres democràcies en els nivells inferiors. És clar que amb això no es mobilitzen les masses. Per això el que acabi sent CDC promou ara la seva Tercera Via. Però la Via de veritat, la primera, la que funciona, és la del govern multi-nivell democràtic. Es diu federalisme, i admet amb realisme assimetries i plurinacionalitats, però sense obsessions ni exageracions. Europa i el món necessiten menys càrrega hormonal nacionalista i populista (sobirania, referèndum: la pàtria dels demagogs) i més democràcia. Menys nació i més federació!
domingo, 6 de marzo de 2016
¿Pablo Iglesias en el país de nunca jamás?
Una amigo mío veterano militante de CCOO y de los movimientos sociales, históricamente muy crítico pero respetuoso con los socialistas, me dijo un día que a los nuevos y nuevas líderes de Podemos y su órbita les afectaba hasta cierto punto el síndrome de Peter Pan, el deseo de no hacerse nunca mayores, y de estar poco inclinados a asumir responsabilidades de gobierno (incluso cuando gobiernan). Viendo su comportamiento en las últimas semanas, no sólo en el debate de investidura de Pedro Sánchez, es difícil no alcanzar una conclusión parecida. Su anti-socialismo un tanto infantil no es entendido por algunas personalidades de la izquierda no socialista, como Manuela Carmena, Carlos Jiménez Villarejo, o Gaspar Llamazares. Incluso uno de los profesores que les ayudó a redactar el programa de economía en su momento, Juan Torres López, ha dicho que no compartía la estrategia de Iglesias. Según una encuesta aparecida hoy, parece que la mitad de los votantes de Podemos piensan lo mismo. Es difícil de explicar que su principal argumento para no apoyar al candidato socialista es que prefieren un gobierno progresista apoyado de modo activo o pasivo por los independentistas catalanes (en lugar de apoyado por Ciudadanos), dirigidos por un partido que en Cataluña representa todo lo contrario a la regeneración democrática que se supone que abandera Podemos. Esto es lo que está en juego: izquierda más Ciudadanos o izquierda más independentistas. La izquierda sola no suma, y va a ser muy difícil que ni siquiera desee hacerlo tras el comportamiento de Pablo Iglesias desde la campaña electoral hasta estas semanas. No se entiende muy bien que si Podemos y PSOE se apoyaron en las elecciones locales y regionales (Carmena y Colau no serían alcaldesas hoy sin el apoyo activo o pasivo de los socialistas) no pueda hacerlo ahora Podemos con Sánchez, por lo menos absteniéndose. Los socialistas pueden ser criticados por muchas cosas, es el resultado de haber acumulado mucho poder durante muchos años. Pero aunque algunos no quieran hacer un balance positivo de la acción del socialismo español en las últimas décadas (yo sí lo hago), deberían por lo menos ser respetuosos con el pasado. Sobre la cuestión de la "cal viva", dirigentes socialistas pagaron con penas de prisión por esos episodios, mientras otros socialistas pagaban con su vida en atentados. Es fácil 20 o más años después de todo aquello ir dando lecciones. También aunque no se haga un balance positivo, debería reconocerse por ejemplo que si en España hace tiempo que nos besamos con quien y cómo nos da la gana, es en buena parte porque ha habido gobernantes socialistas que junto con muchos sectores sociales, han impulsado políticas de libertad e igualdad. La actitud de Iglesias hasta ahora hace muy difícil un diálogo sincero. Yo sigo sin creer que entre los votantes socialistas y de Podemos nos alejen tantas cosas (eso parece demostrarse a nivel local y autonómico). El modelo económico no debe ser tan distinto cuando quien lo redactó parece no compartir el obstruccionismo de los dirigentes de Podemos. Syriza no hace nada muy distinto de lo que haría la socialdemocracia. Con el euro en manos del Banco Central Europeo y nuestra política fiscal en lo básico en manos de Europa, España es en realidad otra comunidad autónoma más. No se termina de entender por qué Iglesias no acepta abstenerse, podría ser líder de la oposición de izquierdas, y esperar que en un futuro si de verdad supera al PSOE, este le devuelva el favor. Es difícil no concluir que a todo lo que aspira es a erosionar al PSOE y a superarlo, y dejar que gobierne la derecha española. Es lógico que el PSOE prefiera mantener un papel central en un gobierno con Ciudadanos y el apoyo de IU, Compromís y el PNV con la abstención de Podemos. La alternativa realista no es un gobierno de izquierdas, sino un gobierno más de derechas (de momento, del PP de Rajoy).
miércoles, 2 de marzo de 2016
Renovar el passaport avui i d'aquí deu anys
Més o menys al mateix moment que Albert Rivera defensava al Congrés la unitat d'Espanya i denunciava la corrupció a Catalunya parlant en català, cosa que sembla que li ha merescut l'esbroncada del PP, jo estava tramitant la renovació del meu passaport. Ambdós episodis il·lustren al meu entendre que les coses poden avançar, i al mateix temps, que encara es pot avançar més. És un gran avenç que un polític de centra-dreta que ha fet bandera del seu anti-catalanisme s'expressi en català a les institucions de l'estat. És una victòria dels que defensem que el català sigui vist com un gran idioma espanyol i europeu, i que el règim lingüístic a Espanya sigui semblant al de Canadà o Suïssa. L'avenç no és suficient quan això és objecte d'una esbroncada per part d'un altre sector de la dreta. Caldrà seguir treballant. També s'han produit grans avenços en la tramitació del passaport. Com que es fa per cita prèvia (que es pot demanar per Internet), el ciutadà és atès amb certa rapidesa i s'emporta el nou passaport al moment. He de dir que quan he entrat al recinte on es fa la gestió, que és competència de la policia nacional espanyola, he estat atès en català per un funcionari que s'adreçava a mi pel meu nom en català, amb tota cordialitat. Això és el més normal del món, però és fàcil oblidar d'on venim (venim del "hable en cristiano"). Després quan ha estat el meu torn, he estat atès en català per un altre funcionari que m'ha fet signar, pagar, mostrar les empremtes digitals, etc. Al cap de poc, m'ha lliurat el meu passaport, on consta el meu nom en català, i on diu (en castellà) que sóc ciutadà de la Unió Europea i d'Espanya. A la pàgina on hi ha les meves dades, aquestes s'anuncien (nombre, name, prénom) en castellà, anglès i francès. Hem avançat molt des dels meus primers documents oficials, on deia que el meu nom era Francisco (fins a l'any 1979, segons em recorda la meva mare), malgrat que els meus pares sempre m'havien dit Francesc (des de sempre, i vaig néixer en ple franquisme, quan a alguns que avui exhibeixen el seu catalanisme i més, els deien a casa Sandro, Javier o Arturo). Amb el temps he relativitzat molt com em digui la gent, perquè m'han dit de tot en diversos idiomes, i em sembla molt bé perquè del que es tracta és de comunicar-nos i, si és possible, entendre'ns. Lamento anunciar a alguns somniatruites que al lloc oficial on es tramiten els passaports amb deu anys de vigència, no hi havia cap finestreta on es tramiti el passaport de l'estat català independent, ni hi havia cap casella on signar per si volies un nou passaport si en els propers deu anys es creava aquest estat (no hi havia tampoc cap usuari que ho demanés o que ho trobés a faltar). Jo sí que crec que d'aquí deu anys, tant de bo hi sigui per comprovar si l'encerto, el tràmit de fer-se el passaport seguirà evolucionant, com ho ha fet en els darrers 20 o 30 anys. Potser ja ni tan sols haurem d'anar a cap oficina, i ho podrem fer a distància. Potser el passaport serà únic de la Unió Europea, i potser el català no només estarà en el meu nom, sinó que un podrà triar que també estiguin la resta de paraules del document en aquest idioma, junt amb altres. Les coses evolucionen i si les persones civilitzades prevalen, evolucionen en una direcció positiva.
martes, 1 de marzo de 2016
Esgarrifar-se a temps
El català té paraules molt maques (com també les tenen altres llengües), sobretot aquelles que són difícils de traduïr. Una d'elles és el verb "esgarrifar" o "esgarrifar-se". Jo m'aplico aquest verb (és a dir, m'esgarrifo) quan llegeixo o sento declaracions de persones amb llocs de responsabilitat important a la societat que em semblen totalment irresponsables, o fins i tot perilloses. Per exemple, m'ha semblat molt inquietant que el màxim dirigent de la lliga de futbol professional espanyola, el Sr. Tebas, digués que li agradaria que hi hagués un Le Pen espanyol. M'ho ha semblat perquè els Le Pen representen a França una ideologia que està entre la dreta populista xenofòbica i el feixisme. El negoci que dirigeix el Sr. Tebas té importants repercussions sobre l'educació de la nostra societat, inclosos molts joves, adolescents i infants. En té tanta, que en els estadis de futbol en competicions europees, si no estic equivocat, estan prohibits els símbols feixistes. Malauradament, a part del Sr. Javier Clemente, seleccionador de futbol de Líbia, ningú de l'estament futbolístic, i en particular ningú dels qui tenen dret a escollir o destituïr el Sr. Tebas, sembla haver-se esgarrifat. Un altre cas semblant és el del vice-president del govern català, Oriol Junqueras, de qui el periodista Jaume Reixach ens alerta del següent:
"El passat dia 20, escrivia en el seu compte de Twitter: "Avui, tot lamentant la mort d'Umberto Eco, val la pena recordar el 107è aniversari del Manifest futurista de Filippo Tommaso Marinetti". Oriol Junqueras es va educar, des de petit, a l'Escola Italiana de Barcelona i té, per tant, una àmplia cultura italianitzant. És normal que tingui unes paraules de record pel colossal intel·lectual, filòsof i escriptor italià Umberto Eco, just acabat de traspassar, però sobta que el barregi amb el poeta i prescriptor polític Filippo Tommaso Marinetti, precursor del feixisme i lleial al duce Benito Mussolini fins a la seva mort.(...) Amb un cercador d'Internet és molt fàcil accedir al text sencer del Manifesto Futurista que, en el seu moment, va aixecar un gran rebombori en els cercles artístics, intel·lectuals i polítics italians. En síntesi, és una transposició del pensament de Nietzsche a l'altre cantó dels Alps, una reivindicació del "superhome" barrejada amb l'exaltació dels avenços de la revolució industrial (els cotxes, els avions, les xemeneies de les fàbriques...). Aquest pamflet era, òbviament, una provocació per –com diuen els francesos- épater les bourgeois. El més greu és que els 'futuristes' van crear escola i es van acabar convertint, amb Marinetti al capdavant, en un dels referents ideològics i intel·lectuals del moviment feixista italià, que acabaria quallant uns anys més tard de la seva publicació al diari francès Le Figaro i imposant –a través del "dret a decidir"- una dictadura sanguinària i aberrant."
Jo no crec que Junqueras sigui un feixista, però sí que començo a creure que és un ignorant, amb patinades inquietants i fins i tot esgarrifoses. Ja em sembla estrany que un responsable de les finances públiques estigui actiu a Twitter, però pitjor em sembla que el faci servir per posar-se a l'alçada de personatges com Tebas. Tampoc no sembla que cap dels aliats de Junqueras li hagi cridat l'atenció. És el mateix problema que tenen molts polítics de la nova dreta populista europea: parlen tant de llibertat i democràcia per dir que no els hi agraden les que tenim, que perillosament troben referents en personatges que ja van recórrer aquest camí, amb resultats perfectament coneguts.
"El passat dia 20, escrivia en el seu compte de Twitter: "Avui, tot lamentant la mort d'Umberto Eco, val la pena recordar el 107è aniversari del Manifest futurista de Filippo Tommaso Marinetti". Oriol Junqueras es va educar, des de petit, a l'Escola Italiana de Barcelona i té, per tant, una àmplia cultura italianitzant. És normal que tingui unes paraules de record pel colossal intel·lectual, filòsof i escriptor italià Umberto Eco, just acabat de traspassar, però sobta que el barregi amb el poeta i prescriptor polític Filippo Tommaso Marinetti, precursor del feixisme i lleial al duce Benito Mussolini fins a la seva mort.(...) Amb un cercador d'Internet és molt fàcil accedir al text sencer del Manifesto Futurista que, en el seu moment, va aixecar un gran rebombori en els cercles artístics, intel·lectuals i polítics italians. En síntesi, és una transposició del pensament de Nietzsche a l'altre cantó dels Alps, una reivindicació del "superhome" barrejada amb l'exaltació dels avenços de la revolució industrial (els cotxes, els avions, les xemeneies de les fàbriques...). Aquest pamflet era, òbviament, una provocació per –com diuen els francesos- épater les bourgeois. El més greu és que els 'futuristes' van crear escola i es van acabar convertint, amb Marinetti al capdavant, en un dels referents ideològics i intel·lectuals del moviment feixista italià, que acabaria quallant uns anys més tard de la seva publicació al diari francès Le Figaro i imposant –a través del "dret a decidir"- una dictadura sanguinària i aberrant."
Jo no crec que Junqueras sigui un feixista, però sí que començo a creure que és un ignorant, amb patinades inquietants i fins i tot esgarrifoses. Ja em sembla estrany que un responsable de les finances públiques estigui actiu a Twitter, però pitjor em sembla que el faci servir per posar-se a l'alçada de personatges com Tebas. Tampoc no sembla que cap dels aliats de Junqueras li hagi cridat l'atenció. És el mateix problema que tenen molts polítics de la nova dreta populista europea: parlen tant de llibertat i democràcia per dir que no els hi agraden les que tenim, que perillosament troben referents en personatges que ja van recórrer aquest camí, amb resultats perfectament coneguts.