lunes, 26 de mayo de 2014
En busca de buenas noticias
Mal fin de semana. Cuando el viernes me olvidé la bolsa de deporte en el tren, ya intuí que el fin de semana empezaba muy mal. El mismo día, el Financial Times había encontrado errores en el diagnóstico de Piketty (habrá que seguir el debate), el sábado el R. Madrid ganó la Champions League y el domingo la derecha gana en España y en Europa, la derecha anti-europeista xenófoba se impone en Francia y el Reino Unido, y en Cataluña gana el nacionalismo radical. Para alguien que se dedica a promover las ideas de la socialdemocracia y el federalismo, un fracaso rotundo. Me consuela la victoria de la socialdemocracia en Suecia, Portugal, Italia y Rumanía. Pero quizás la mejor noticia sea que los resultados nos marcan la gravedad de la situación (y por lo tanto la necesidad de actuar), sobre todo por la victoria de partidos de perfil enormemente inquietante en el Reino Unido y Francia, dos grandes países de Europa. El centro-izquierda sigue vivo porque es la segunda gran fuerza en el Parlamento Europeo, pero no consigue configurar una alternativa ilusionante a la derecha. Hoy muchos saldrán con soluciones milagrosas, pero nuevos bandazos podrían hacer que las cosas sean aún peores. Intentemos reflexionar y actuar con la cabeza fría. Quizás para lo que hay margen es para eso, para que entre el griterío nacionalista y radical, salgan voces sensatas y creíbles. Saber dar respuestas simultáneas a la falta de perspectivas económicas y a la necesidad de una Europa más unida, y convencer de ello a británicos, franceses (y catalanes), a la vez que se es capaz de renovar en profundidad a los partidos burocráticos construidos a base de un poder institucional ya desaparecido, quizás, sólo quizás, sean las claves.
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