sábado, 28 de diciembre de 2013
Una buena idea para empezar el año
Me
refiero a la idea del economista francés Thomas Piketty de instaurar un impuesto
progresivo mundial sobre el capital. Por supuesto, desgraciadamente se trata de
una propuesta utópica en estos momentos, pero es una utopía útil que debería
ser capaz de concentrar las mejores mentes y de movilizar a la gente de bien, y
que podría tener una primera aplicación a una escala más viable, por ejemplo la
Unión Europea. Este tipo de propuestas son necesarias para combatir las nuevas desigualdades que se plantean a nivel planetario con la
globalización, y permitirían hacer frente, fijando tipos elevados para las más
grandes fortunas (que acaparan una proporción creciente de la riqueza), a los
enormes problemas sociales que existen en el planeta. Piketty no es un loco
revolucionario, sino un Doctor en Economía por la London School of Economics y
antiguo profesor del MIT, por supuesto socialdemócrata y federalista (si
alguien todavía cree que se puede ser lo uno sin lo otro en el siglo XXI, que
lea urgentemente a Piketty). Esta idea y otras están en su nuevo libro sobre elcapital en el siglo XXI. Piketty no es Marx, y no se propone encabezar una
nueva Internacional en nuestra era, pero es de esperar que su propuesta se
convierta en una llamada a la acción que inspire a nuestras izquierdas,
especialmente las que no encuentran como desembarazarse del populismo dominante
o de las viejas formas de hacer política. La aplicación europea de este
impuesto es técnicamente viable, y sólo requiere que la transmisión automática de
información bancaria que en este momento se produce a escala nacional se
traslade a la escala europea. Muchos países incluidos España e Italia han
intentado en los últimos años reintroducir formas de imposición sobre el
capital, pero siempre estos intentos nacionales se han visto limitados por la
realidad o el temor a la movilidad internacional del dinero y a la ocultación
de las fortunas en formas institucionales que escapan al fisco. Un impuesto
internacional sobre el valor de los activos, tomen la forma que tomen,
solucionaría estos problemas, haciendo llegar a todas las personas un borrador
con su declaración, con toda la información disponible, como se hace con el
impuesto de la renta. Por supuesto, una implicación de esta propuesta es la
necesidad de reforzar la integración de las instituciones europeas y su carácter democrático.
No está al alcance de los estados-nación sobre los cuales se han construido los
compromisos sociales precedentes.
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