La puesta en marcha de una "Comisión de Expertos sobre los grandes desafíos económicos" por parte del Presidente francés Macron ha despertado un gran entusiasmo... entre los economistas.
La lista de miembros y el encargo que se les realiza impresiona. Un grupo amplio de economistas de todo el mundo, bajo el liderazgo de Jean Tirole y de Olivier Blanchard (dos economistas franceses de gran prestigio internacional), deberá elaborar propuestas sobre las desigualdades, el cambio climático y el reto demográfico.
Aparte de la envidia de poder contar con este grupo en la misma mesa, pensando un poco uno se pregunta si Macron necesitaba montar la comisión en caso de que su objetivo sea mejorar las políticas de su gobierno, o sus propuestas de cara a las próximas elecciones presidenciales, dado que los trabajos de todos los miembros de la comisión son perfectamente conocidos. Y también uno se pregunta si este tipo de Comisión sería extrapolable a España (quizás sí, en Estados Unidos también tienen el Council of Economic Advisers, que suele estar presidido por un economista académico), aunque nosotros tenemos un régimen parlamentario y no presidencial.
Los autores franceses Landier y Thesmar tienen un bonito libro, "La Société Translucide. Pour en finir avec le mythe de l'État bienveillant" ("La sociedad traslúcida. Para terminar con el mito del estado benevolente"), donde dedican precisamente un capítulo, titulado "Les limites de l'expertise" a las comisiones de expertos, desde una perspectiva crítica. El capítulo contiene una cita del General De Gaulle de 1963, donde éste en un discurso se reía de la tendencia a crear comités de expertos, y decía que lo esencial para él no era lo que pensaba este o aquel comité de expertos, sino lo que pensaba "el pueblo francés". El capítulo por lo demás contiene una interesante discusión sobre los dilemas entre democracia y tecnocracia, dilemas que son profundos y han sido tratados en numerosos libros y artículos.
Ojalá la Comisión de Tirole y Blanchard sea enormemente fructífera. Para serlo, creo que deberá luchar contra dos problemas: su estrecho rango ideológico, y las dificultades que tendrá para rendir cuentas. Sobre su rango ideológico, algunos puede que crean que esto da igual, porque lo importante es que los y las economistas elegidos son de una enorme calidad académica. Pero es obvio que hay muchos otros economistas académicos de enorme calidad que no están en el grupo, y que, por decirlo de alguna forma, son menos de centro que los elegidos. No sé si se lo habrán propuesto y si lo habrían aceptado, pero se echan de menos algunos nombres obvios, especialmente entre los economistas franceses que han trabajado en desigualdad. Sobre la rendición de cuentas, creo que una conclusión bastante aceptada en economía de las organizaciones e instituciones, es que la rendición de cuentas es más fácil cuando la misión tiene menos dimensiones y es más fácil de evaluar. En este sentido, es más fácil de evaluar el trabajo de un economista académico en la arena política, cuando decide mojarse y, por ejemplo, acepta ser ministro, o eurodiputado, o consejero autonómico, o cuando se pone a participar activamente en movimientos ciudadanos (y se puede evaluar si estos triunfan o fracasan, y si dejan algo a la sociedad) como cualquier ciudadano. En España hemos tenido y tenemos economistas académicos en estos roles, por supuesto con luces y sombras. Ahora va a haber una comisión parlamentaria para la reconstrucción económica tras la pandemia, y ya han sido llamados a participar varios economistas académicos, junto a otras personas expertas, como han sido llamados algunos a colaborar con ministerios o iniciativas varias (como la "desescalada") por parte del actual gobierno o anteriores. Ojalá ocurra lo mismo en Parlamentos autonómicos y otros foros. Seguro que algunos economistas desearían influir más, pero a lo mejor para eso también hay que mojarse más, bajar a la arena...
El mandato acotado en el tiempo de la Comisión de Tirole y Blanchard nos permitirá hacer una primera evaluación de los contenidos de su trabajo, aunque una auténtica rendición de cuentas implicaría evaluar qué impacto ha tenido sobre la mejora del bienestar de la sociedad francesa: ¿ayudará la difusión del trabajo y su eventual adopción por Macron a derrotar a la extrema derecha? ¿se desarrollarán las medidas sugeridas por parte de una segunda administración Macron? ¿mejorarán la calidad de vida de la sociedad francesa? Cómo entiendo que esta evaluación es imposible, no puedo evitar sospechar que ésta puede ser una de las razones por las que a algunos economistas les parece atractiva la idea.
Pero como a muchos nos gustaría que la relación entre el mundo político y el académico fuera lo más fructífera posible, especialmente aquellos que vivimos haciendo equilibrios entre ambos mundos, siempre a punto de caer donde los cocodrilos, estaremos muy atentos a los trabajos de tan prestigiosa comisión.
Quico, la lista completa de miembros de la comisión inlcuye a Mar Reguant, está disponible aquí:https://www.elysee.fr/emmanuel-macron/2020/05/29/climat-inegalites-demographie-installation-dune-commission-dexperts-sur-les-grands-defis-economiques
ResponderEliminar