Gracias por encargarme con urgencia un borrador de su discurso de coronación, a
sabiendas de que le iba a proponer un discurso post-soberanista, lo que podría
entenderse que está en contradicción con lo que debe decir un soberano. Aunque
entiendo que le será difícil aceptar mi propuesta como el discurso definitivo,
le sugiero que por lo menos lo guarde en un sitio seguro por si lo necesita su
hija mayor en el futuro, aunque me temo que si no lo utiliza esta vez su hija no vaya
a tener nunca la oportunidad de pronunciarlo. Lo que le paso es un boceto de
las partes más significativas, que se pueden ampliar si a su alteza y a sus
asesores les convence la línea elegida (añado algunos links para que sus
asesores puedan desarrollar o profundizar en algunos argumentos; verán que
sugiero utilizar varios idiomas, pero este es un aspecto clave de lo que se
quiere transmitir). Yo diría lo siguiente:
Ciudadanas y ciudadanos de España (nota para no ser leída en voz alta: esto
es emulando y actualizando a Josep Tarradellas, reconociendo el hecho de que
muchos de sus súbditos pueden no sentirse españoles),
Asumo mis nuevas responsabilidades con plena conciencia de que es una época
que requiere cambios en profundidad. Soy el heredero de una dinastía que se
fundó en una época muy distinta de la actual, donde no había democracia y donde
las naciones de Europa se enfrentaban entre ellas en un contexto de
fragmentación y violencia. Hoy España se halla plenamente comprometida con el
proyecto de construir una Europa unida, democrática y en paz. Para ello en los
próximos años hay que dar pasos decididos hacia la creación de un Estado
federal europeo que respete y reconozca la diversidad de sus pueblos, pero que
ponga en común nuestros recursos para ser relevantes en un mundo que se
enfrenta a retos tan importantes como el cambio climático, las desigualdades
internacionales o la inestabilidad financiera. En este contexto, soy consciente
que las viejas monarquías nacionales deben pasar a un segundo plano, y que
Europa debe tener un jefe de Estado libremente elegido por sus ciudadanos.
Modestamente, la contribución de la corona española y del resto de coronas de
Europa debe ser la de facilitar y acelerar este proceso, aceptando nuestras
nuevas responsabilidades, totalmente subordinadas a la voluntad popular y al
objetivo de crear una gran federación democrática, donde las fronteras sean
cosa del pasado. No debemos dejar que los soberanistas de Gran Bretaña o
Francia, entre otros, nos roben el sueño de una Europa más unida, cohesionada,
democrática y en paz.
També vull adreçar-me a tots vosaltres en llengua catalana, i després ho
faré també en euskera i en gallec. Espanya és una realitat diversa, una nació
de nacions. No nacions en el sentit antic de territoris molt diferenciats però
homogenis dintre d’ells. Nacions en el sentit que cada petit territori d’Espanya
també és pluri-nacional. Fins i tot cadascun de nosaltres és pluri-nacional. Jo
mateix, com cada vegada més espanyols, sóc fill de pares de diferent
nacionalitat. Faig una crida a tota la nostra ciutadania a treballar en comú
per la solució dels nostres problemes, reconeixent la nostra diversitat (declarant
oficials el català, l’euskera i el gallec a tot Espanya, com es fa al Canadà i
a Suïssa) i deixant enrera el xovinisme i el nacionalisme de tots els costats,
que tant de mal ens ha fet, com li ha fet a Europa. Deixem de fer els uns i els
altres el ridícul mostrant el nostre parroquialisme gregari.
(Aquí un fragmento en euskera, recordando a las víctimas del terrorismo y mostrando simpatía con el lehendakari Urkullu y sus palabras sobre la necesidad de
definir un nuevo modelo de estado).
(Aquí un fragmento en gallego, recordando a todas las personas que han
tenido que dejar nuestro país en distintas fases de nuestra historia).
Quiero terminar mis palabras haciendo algo que mi padre no pudo hacer: condenar
el régimen franquista y todas las muestras de violencia institucionalizada que
han manchado a lo largo de la historia el buen nombre de España. Y ponerme al
servicio de los familiares de sus víctimas para recordar con los honores que se
merecen el servicio que prestaron a la idea de libertad. Me pongo a vuestra
disposición para construir un mundo post-soberanista, donde la democracia se
perfeccione, incluyendo la utilización de referéndums combinados con una mejor
democracia representativa que sirvan para unirnos en una Europa mejor y no para
dividirnos.
Ciudadanas y ciudadanos de España, gritad todos conmigo: ¡Viva Europa!
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