(A partir de ahora todos los artículos no firmados expresamente son de Francesc Trillas; Pedro Alas ha decidido dedicar su tiempo a abrir su propio blog con un pseudónimo, aunque todavía no está activo; cuando participen otros colaboradores su nombre aparecerá expresamente junto al título)
El libro El Amigo Alemán, fruto de la tesis doctoral del historiador Antonio Muñoz, ha resultado una excelente lectura de verano. Lo compré por recomendación de Marc Prat con la idea de ojearlo por curiosidad porque era un tema que me era afín política y personalmente. Sin embargo, he terminado por leerlo entero. Me ha parecido una fascinante investigación, que me ha revelado información muy valiosa sobre de dónde viene el actual partido socialista y algunas claves sobre la transición española, sobre la cual quienes tenemos menos de 50 años sabemos realmente poco (es como si nuestro mundo político hubiera empezado con el 23-F). El rápido crecimiento experimentado por el PSOE en los años 1976-77 no fue algo fruto de ninguna genialidad individual, sino de una serie de procesos históricos no necesarios algunos, como dice el autor. Uno de ellos fue el apoyo importantísimo recibido por parte del partido socialdemócrata alemán (SPD), el partido socialdemócrata más importante de occidente, dirigido por aquel entonces por el mitico dirigente Willy Brandt. Como buen historiador, Muñoz enmarca los hechos en un contexto internacional y de largo plazo, explicando muy bien las posibles motivaciones de los agentes que intervienen. En particular, y en contra de los mitos que nos llegan cuando estamos demasiado cerca en espacio y tiempo de los protagonistas, se produjo en esos años una feliz coincidencia de intereses entre la nueva cúpula dirigente del PSOE (necesitada de apoyo material para crecer electoralmente e imponerse a los sectores radicales) y la política exterior del SPD y de la RFA, centrada en garantizar que se produjera en el sur de Europa un avance hacia la democracia alejado de la influencia comunista. Un aspecto interesante para el lector catalán es que el SPD también influyó a favor de que el PSOE estableciera alianzas con los otros grupos socialistas de Cataluña, por considerar que el PSOE por sí sólo estaba muy alejado de las especificidades culturales catalanas. La relación que establece el autor (perfecto conocedor de las fuentes y el idioma alemanes) entre la östpolitik y la südpolitik germanas es especialmente esclarecedora. Un excelente trabajo que debería ser lectura obligatoria para todos los socialistas e interesados en la historia reciente de España.
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