Visité México por primera vez en verano de 1997. Este mes de agosto regresé a las mismas ciudades (Guadalajara y México), catorce años después. Lo mejor de México siguen siendo los mexicanos, su simpatía y su creatividad. El país está en una situación difícil, por la inseguridad que se vive en muchas regiones. Aún así, pese a la acción de bandas armadas de narcotraficantes, el país no está en guerra en el sentido de ver su infraestructura amenzada por bombardeos o tener paralizada la actividad económica.
La economía mexicana crece poco, pero goza de mayor estabilidad que en el pasado. Las desigualdades siguen siendo muy agudas, y visibles.
Paradójicamente, en este contexto, he encontrado la Ciudad de México bastante mejorada en relación a mi anterior visita. La capital se ha beneficiado de importantes inversiones privadas e iniciativas públicas, bajo los gobiernos municipales del PRD. La contaminación ha disminuido (han cambiado la flota de taxis, e introducido distintas normas para reducir la contaminación vehicular) y la sensación de seguridad ha aumentado, sin ser absoluta. Cuentan que el empresario Carlos Slim llegó a acuerdos con los gobiernos locales del PRD para comprar gran cantidad de inmuebles en el centro del DF a cambio de un aumento de la seguridad y una reducción de la venta ambulante. El peso de la gran empresa en México sigue siendo enorme. Artículos recientes en The Economist y un libro del politólogo Elizondo recetan como principal medida para desarrollar la economía el aumento de la competencia en los mercados. Pero lo cierto es que las grandes empresas solucionan problemas y crean ciertos oasis de seguridad (centros comerciales, aeropuertos, hoteles) en contextos donde el estado no cumple con su misión. Poner en riesgo la primacía de los grandes mastodontes empresariales debería ir acompañado de la construcción de un estado moderno. Tras la pérdida de poder del PRI en 2000, parece que la cadena vertical de control clientelar politico-económico se ha debilitado, y el narco-tráfico violento sería una manifestación de la lucha por el control. Hoy precisamente han salido a la luz nuevas noticias de la relación entre políticos y narco-traficantes en Monterrey.
Y si se acercan a México DF, no dejen de disfrutar de una comida o de un café en una de las librerías El Péndulo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario