jueves, 29 de agosto de 2013

Chacón debería recibir clases, y no darlas

Creo que Carme Chacón ha tomado una buena decisión yéndose un año a dar clases a los Estados Unidos. Se me ocurre una larga lista de personajes públicos que podrían imitarla en beneficio de todos, empezando por Mariano Rajoy y Artur Mas. Pero creo que sería mejor para ella, y para sus objetivos políticos, ir más allá. No sólo debe parecer que tiene inclinaciones académicas, sino que éstas deberían ser reales. Debería pasar más de un año alejada de la política y dedicada a la academia, y en lugar de dar clases, las debería recibir. Recuerdo que cuando estaba viendo su discurso ante el Congreso del PSOE en Sevilla que la rechazó como líder del partido, en beneficio de Rubalcaba, le envié un mensaje a un amigo mío que la estaba observando en vivo ahí mismo, y me dijo que parecía Cristina Kirschner (no era un elogio). Chacón cometió numerosos errores en su aspiración a dirigir el PSOE. Es legítimo que en el futuro quiera tener un papel protagonista en la necesaria renovación que debe producirse. Pero para liderar uno de los principales partidos políticos, sería deseable que, aparte de rodearse de mejores compañías, hiciera un esfuerzo de modestia, para darse cuenta que, a pesar de que ha ocupado cargos muy importantes (muchos pueden pensar que antes de tiempo), desde que la metieron en la política profesional y le hicieron jugar a hacer el paper de "la Chacón", no ha tenido tiempo para culminar su formación adecuadamente. Dice que estará en Estados Unidos un año pero sin perder de vista la política española, incluso piensa asistir a un evento del PSOE en otoño. ¿Tendrá un ojo en twiter y otro en los libros? Mejor que estudie de verdad, como hemos hecho tantos españoles pasando varios años en universidades extranjeras con el anonimato del becario.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Amic Xavier (per Toni Comín)

Celebro que la meva entrevista a El Punt/Avui hagi suscitat la teva resposta (i celebro que en Quico t’hagi fet de “ventre de lloguer”, com diu ell). Com bé saps, debatre amb tu és per mi un exercici del tot estimulant. No ho dic amb segones. Intento, per tant, contestar els arguments que contraposes a les meves paraules publicades dijous 25.

  1. Dius “les teves declaracions confirmen els pitjors auguris sobre la divisió d’aquest país”. Sincerament, jo entenc que l’entrevista va en la direcció contrària. Reclamo que els federalistes no fem antiindependentisme, de la mateixa manera que convido els independentistes a reconsiderar les virtuts del federalisme.  Crec que això és tot el contrari de contribuir a la divisió del país. Estic convençut que entre federalistes (si som federalistes coherents) i independentistes hi ha punts en comú: el rebuig del statu quo i el compromís amb el dret a decidir. No veig per enlloc de quina manera una entrevista que subratlla els punts en comú entre aquests dos projectes pot “confirmar els pitjors auguris” sobre la divisió de Catalunya.  
En tot cas, tal i com vaig declarar fa poc, si algú entén que el procés que està vivint avui el país obre una fossa entre el que alguns ja anomenen les “dues Catalunyes”, jo ja aviso d’entrada que tinc la intenció d’estar amb les dues. Es més, crec que hi ha massa gent avui al PSC que creu que per fer de pont entre Catalunya i Espanya s’ha de renunciar a fer de pont entre aquestes “dues Catalunyes”. I per això justifiquen que el PSC no s’assegui al Pacte Nacional pel Dret a Decidir (PNDD) o que mostri el seu menyspreu al Concert per la Llibertat, o que voti amb el PP contra el PNDD a Barcelona, a Mollet, a L’Hospitalet o a Tarragona. Greu error! La realitat és justament la contrària: només si com capaços de fer de pont entre les “dues Catalunyes” seguirà havent-hi alguna possibilitat de fer de pont entre Catalunya i Espanya. Perquè de les “dues Catalunyes”, avui per avui, la que vol marxar és més forta i més majoritària que la vol quedar-se. Ho demostren les enquestes i els resultats electorals.

  1. Dius també que “és ben trist que des d’una posició suposadament progressista apostem pel tan discutible eix nacional”. Primer un apunt personal: tinc pocs dubtes sobre el meu progressisme. Les meves eleccions a la vida han estat  orientades, fonamentalment, pel compromís amb la justícia social: els meus estudis, els meus voluntariats, les meves militàncies en la política i en la societat civil. Dels centenars de pàgines que he escrit al llarg dels anys, potser un 80 % o un 90 % estan dedicades a repensar el socialisme, a la democràcia econòmica, a l’altra globalització possible, a la regeneració democràtica, etc. Es fàcil de comprovar. Explico això per aclarir que dono per fet que el “suposadament” de la teva frase no es refereix a mi. (La totalitat de la rèplica de Toni Comín a Xavier Roig es pot llegir aquí )

domingo, 25 de agosto de 2013

La solución federal con la vista en Europa

La Unión Europea, y la zona euro en particular, se encuentra en una encrucijada. O realiza avances sustanciales hacia la unión política (que incluye la unión fiscal y bancaria) o corre el riesgo de, en el mejor de los casos, seguir estancada durante un buen tiempo, y en el peor de los casos desintegrarse y dejar herido de muerte el proyecto europeo. Y dejar herido de muerte el proyecto europeo significa resucitar los fantasmas que dicho proyecto había contribuido a enterrar.
En este contexto es en el que debería plantearse un debate serio de reformas institucionales, como el que sugieren artículos recientes de Habermas y Vives, entre otros. Si éste fuera el punto de referencia (es decir, la propuesta de avanzar hacia una Europa unida sin fronteras, federal), debates como el que se plantea sobre el encaje de Cataluña en España se verían desde una perspectiva muy distinta. Pero como los sectores soberanistas han tenido el acierto de plantear la “independencia” como punto de referencia del debate, y esta independencia a mucha gente sensata, pero poco dispuesta a movilizarse, le parece un disparate, ha terminado ocurriendo que a mucha de esta gente le parezca aceptable, en comparación, algo tan difícil de casar con el proyecto europeo como el “derecho a decidir”, en forma de una consulta etérea donde sólo se sabe que en algún momento deberíamos votar si queremos o no un “estado propio” supuestamente miembro de la Unión Europea, aunque los dirigentes de la UE ya han dicho que, si Cataluña se independizara, quedaría fuera de la Unión. Más bien al contrario, parece que la independencia de Cataluña sólo ocurrirá si se desintegra la UE. Pero esto los soberanistas no lo dicen, porque la mayoría de ellos alardea al mismo tiempo de europeísmo.
Tras la interpretación equivocada que hizo Artur  Mas de la manifestación del 11S de 2012, convocó con dos años de antelación unas elecciones autonómicas con el cálculo de obtener una mayoría absoluta, y en cambio quedó en manos de ERC, un partido con una clara agenda independentista. Con mucha menos épica, pero con importantes apoyos y argumentos, apareció la “Crida Federalista i d’Esquerres” en Cataluña, que fue seguida por un manifiesto de intelectuales españoles a favor del federalismo, y por una propuesta de orientación federal del PSOE en la declaración de Granada. En la actualidad, la “Crida” se encuentra en proceso de constituirse en plataforma permanente.
Levantar la voz por un federalismo de orientación europea es imprescindible, porque las derechas nacionalistas se alimentan mútuamente bajo el supuesto implícito de que ciertos frenos automáticos acaban evitando males mayores. Pero no hay ninguna garantía de que estos frenos automáticos sean eficaces en un momento de populismos alimentados por una dura crisis económica, y por fuerzas políticas, como CiU, ansiosas de liberarse de la crítica a los recortes presupuestarios y a gravísimos casos de corrupción.
Ante ello, el federalismo no arrastra multitudes ni tiene banderas con que engalanar edificios emblemáticos y balcones, pero se nutre de una fértil tradición de las izquierdas catalanas y españolas y de la referencia de grandes países exitosos en cuanto a su estructura institucional (Estados Unidos, Canadá, Suiza, Alemania, Australia…). En un mundo de soberanías compartidas y solapadas, de creciente globalización, el debate de ideas entre federalismo e independentismo, en el seno de la UE, no tiene color. Quizás por eso el independentismo catalán ha fracasado estrepitosamente en su búsqueda de aliados, y por eso los delegados de la Generalitat en Bruselas y Madrid han presentado su renuncia, porque no quieren morir de vergüenza defendiendo las ideas de Mas (o de ERC) fuera de Cataluña.
En el mundo hay 4000 realidades nacionales sin estado, y en Europa las culturas, nacionalidades, y lenguas se solapan a través de las fronteras. El futuro económico de una Cataluña sin España y una España sin Cataluña se presenta cuanto menos muy incierto, y supondría un riesgo económico y geoestratégico que Europa y sus aliados no se van a permitir. Los soberanistas plantean el debate económico como si la capacidad económica se fuera a mantener y los catalanes pudieran disponer de una parte más grande del pastel, pero la primera consecuencia de la independencia sería la pérdida de aliados comerciales, la fuga de empresas, la probable salida de Europa, y por tanto la incapacidad de mantener la actual de generación de recursos.
Las incógnitas de la independencia son conocidas y nadie las aclara: forma de estado, defensa, seguridad social, validez del pasaporte para entrar en otros países, futura integración en la UE (¿qué estados miembro reconocerían a Cataluña y aceptarían su integración en la UE?). No se aclaran porque no se pueden aclarar, y porque nadie tiene un proyecto serio de independencia, porque no puede existir, al menos en la UE y la zona euro.
Ello no impide una campaña de exaltación nacionalista en Cataluña, financiada por los poderes públicos y sus medios de comunicación afines.  Los federalistas queremos que las cuestiones se decidan con procedimientos y maneras estrictamente democráticos. Pero una consulta etérea donde haya que votar sí o no a algo parecido a la “independencia” no es la única forma de decidir. También lo es un proceso deliberativo que acaba proponiendo a la ciudadanía una propuesta que pueda unir a una gran parte de la población (que tiene distintas sensibilidades respecto a la relación con España, con una gran mayoría que en distintos grados comparte catalanidad y españolidad), como por ejemplo una nueva constitución federal (que aclare competencias, cree una cámara territorial y reconozca el multilingüismo), de vocación regeneracionista y claramente orientada a la unión política europea.
Mientras tanto el clima social en Cataluña se ha enrarecido: existe una fuerte presión social a favor del soberanismo, aunque no haya un proyecto claro de cómo llevarlo a cabo en el contexto europeo; una creciente intolerancia, con insultos y amenazas en las redes sociales o en las sedes de partidos no independentistas; y falta de neutralidad/pluralidad de los medios de comunicación. Pero como los “moais” de la Isla de Pascua (esas grandes estatuas que eran el resultado de la competencia entre clanes) la campaña soberanista mira hacia adentro pero no hacia afuera. España es plural y Cataluña también es plural, y en este sentido la campaña soberanista se ha revelado muy eficaz para dividir a la izquierda catalana (entre partidos y dentro de sus partidos) entre partidarios y contrarios al soberanismo. Difícilmente conseguirán la independencia de Cataluña, pero ya están consiguiendo la división de la izquierda, porque probablemente de eso se trataba, por lo menos para muchos dirigentes de CiU.
Pero si los federalistas consiguen conectar su mensaje con el de una Europa sin fronteras, más federal que intergubernamental, eso puede hacerles más convincentes e ir menos a la defensiva. Los dos sentidos de federal (descentralización e integración) se unen en la idea de una España federal (más y mejor descentralizada, más plural en su identidad) en una Europa más integrada sin fronteras, y más democrática. Los poderes públicos deben tender a tener el tamaño de los mercados, para regularlos y equilibrarlos. Rodrik dice que eso puede implicar reducir el tamaño de los mercados. Pero en Europa es demasiado tarde para eso, y además sería indeseable hacer marcha atrás, porque eso sería un riesgo enorme para la paz, la prosperidad y el modelo social europeo. Sólo hay un camino: hacia adelante, hacia el federalismo.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Sonaran ara totes les alarmes?

Alguns venim dient des de fa un temps que hi ha clars símptomes d'una intolerància creixent a Catalunya. Des de l"Espanya contra Catalunya" (curiós que en aquest cicle de debats no es faci servir  el concepte d'"estat espanyol", que potser per una vegada hagués estat apropiat), fins a l'intent de boicot a una obra de teatre amb participació d'una signant d'un manifest federalista, ja hi havia hagut símptomes d'aquest clima per dir-ho suaument poc procliu a la tolerància. Quan alguns parlaven amb mesura i prudència d'un risc de xoc identitari, immediatament algun portaveu nacionalista li saltava a la iugular. Pau Solanilla lamenta que articles com els de Vicent Partal dient textualment que el PSC es troba en una deriva "feixista" no facin sonar tots els senyals d'alarma. Ara ja no és un anònim a les xarxes socials o en els comentaris d'un blog, sinó una persona més o menys "homologada" en els cercles nacionalistes, amb noms i cognoms, qui mostra al mateix temps la seva ignorància i el seu odi. Cal recordar que el PSC fou fundat molt principalment per membres del POUM derrotats a la guerra civil pel feixisme (i reprimits per cert no només pel feixisme)? Cal recordar que el PSC pertany a la mateixa família política que el president Allende o que els joves assassinats a Noruega per un feixista fa ben pocs estius? Que el PSC és el partit d'Ernest Lluch, assassinat per ETA malgrat ser partidari del diàleg amb ETA? Que és el partit de qui va democratitzar l’exèrcit espanyol? Que és el partit que va portar a la presidència de la Generalitat un català nascut a Andalusia que per encapçalar una manifestació defensant la voluntat del poble català, convocada per Omnium Cultural, va patir un intent d'agressió per part d'un grup d'exaltats nacionalistes?
D’on ve l’odi al PSC?...que ja es va donar quan el servei d'ordre de Covergència va fer seu el Parlament amb motiu de la segona investidura de Pujol i les manifestacions contra la querella de Banca Catalana. Alguns hem crescut amb aquest odi a l'esquena ("Maragall borratxo", "PSC botifler"). No és el full de serveis a la democràcia, la unitat civil i el catalanisme ben fèrtil amb la immersió del català a la Barcelona metropolitana o amb la projecció de la Barcelona olímpica? Els mateixos que recolzen l'impuls governamental a una campanya d’exaltació nacionalista amb utilització de mitjans i recursos públics ens diuen a nosaltres feixistes... L'altre dia llegia que el conseller Vila creia que el seu concepte de país era el mateix que el d'un Nadal o una Geli. Això no té cap mèrit. El mèrit és que el concepte de país d'un Reventós sigui el d'un Fernández Jurado, o el d'un Soto el d'un Trillas. I la resta són punyetes. Potser ja és hora que sonin tots els senyals d'alarma.

domingo, 18 de agosto de 2013

L'alberg català

Les dues nits anteriors a aquesta les he passat en família a l’alberg Pic de l’Àliga de la Generalitat de Catalunya a Núria. Abans de dir res més, vull deixar clar que recomano a tothom visitar la Vall de Núria i allotjar-se en aquest alberg, que està situat en un dels indrets de bellesa natural més impactants de Catalunya. El tracte a l’alberg és correcte i l’alimentació és suficient (és un alberg, no el Princesa Sofía). Que el manteniment físic de l’edifici no sigui el millor no treu que l’entorn és tan formidable que realment l’alberg s’hauria de caure a trossos per retirar la recomanació. Si podeu, aneu-hi. Ara bé, al marge d’això, m’agradaria comentar un parell de cosetes que m’han fet pensar que l’alberg és un microcosmos de la Catalunya actual. Un metre aproximat fora del perímetre de l’alberg (marcat per un tancat de fusta perquè no hi accedeixin les vaques i els cavalls que hi pasturen a la vora) hi ha clavada a terra, amb ferro i ciment, una bandera estelada, independentista. Com que està per poc però rigorosament a fora del perímetre, suposo que no es pot elevar una queixa formal. Però la bandera presideix la perspectiva de la façana principal de l’edifici (dintre del perímetre hi ha la senyera, l’oficial, la nostra, la de tots). Al costat de la recepció hi ha un espai amb la premsa, on hi ha els quatre pricipals diaris amb la seva edició principal a Catalunya (tots ells subvencionats per la Generalitat), i just a sobre d’ells un anunci sobre com contribuir financerament a la cadena humana independentista de l’onze de setembre. Suposo que tot això és legal, com ho és que malgrat que el minutatge dels informatius de TV3 respecta la pluralitat política, tota la resta (esports, home del temps, tertúlies, humor) de TV3 sigui un monument al sectarisme i respongui a una visió esbiaixada de Catalunya. Que se’ns espatllés la cadena del vàter al matí i que el xicot encarregat, molt amable, vingués a solucionar-ho calçat amb unes bambes amb l’estelada (no és broma) no va millorar la meva impressió. Si jo fós el responsable, resisitiria l’impuls inicial de privatitzar la instal·lació (hi ha moltes empreses lucratives i no lucratives que podrien competir per fer-ne una gestió millor i políticament neutral), i almenys en el cas d’un alberg com aquest, situat al mig dels Pirineus i a uns metres de la “frontera” entre Espanya i França, el dedicaria a promoure missatges d’ecologisme i europeïsme (que poden unir molt més els catalans i altres alberguistes que no pas l’independentisme) i hi afegiria a l’oferta de diaris Le Monde i El País. I al català i l’anglès amb què hi ha la informació a l’alberg hi afegiria el francès i el castellà (idiomes de bona part de la clientela), com fa qualsevol bar de la zona o el mateix tren Cremallera que porta fins a pocs metres de l’alberg.

jueves, 15 de agosto de 2013

Fam a Catalunya

L'informe sobre la malnutrició infantil a Cataunya fet públic pel Síndic de Greuges hauria de ser de lectura obligatòria a totes les llars catalanes. Forma part d’un programa d’estudis continuat per part d’aquesta institució sobre la pobresa infantil, i arriba a conclusions semblants a les que comenten a diari les entitats que treballen amb infants d’entorns vulnerables:
a) La taxa de risc de pobresa infantil a Catalunya se situa en el 28,0%, amb aproximadament 345.000 infants menors de setze anys afectats.
b) El 4% dels infants menors de setze anys pateix privacions materials que afecten l’alimentació: en concret, quasi 50.000 infants catalans d’aquesta edat no es poden permetre carn o peix almenys una vegada cada dos dies, és a dir, no mengen proteïnes de manera regular.
c) Hi ha 650 infants menors de setze anys amb codis diagnòstics de problemes nutricionals relacionats amb la pobresa extrema i els baixos ingressos. L’edat mitjana és de quatre anys, una quarta part són menors d’un any i majoritàriament de nacionalitat estrangera (56%), segons dades del mes de juny de 2013 de la història clínica informatitzada de l’atenció primària de l’Institut Català de Salut.
d) Les situacions associades a la pobresa severa, que actualment afecten una desena part dels infants (130.000), s’han multiplicat els darrers anys a Catalunya. La prevalença de llars catalanes (amb infants o sense) que no es poden permetre carn o peix almenys cada dos dies l’any 2011 és quasi sis vegades més elevada que la de l’any 2008 i les llars catalanes que pateixen una privació material severa l’any 2011 són més del triple que les de l’any 2008.
Amb el suport d’ERC, el govern de CiU ha decidit no comparèixer al Parlament per a debatre aquest assumpte. Com es diu en l’informe, l’alimentació és un dret fonamental, entre d’altres, perquè condiciona enormement el gaudi d’altres drets humans. Sense alimentació, no hi ha llibertat. Un bon motiu per a fer un concert de protesta o una cadena humana.

martes, 6 de agosto de 2013

Sin cohesión no hay progreso

Científicos sociales como Elinor Ostrom, Samuel Bowles y Jareed Diamond han explicado lo importante y a la vez difícil que es la cooperación humana para alcanzar la prosperidad. La cohesión social es el resultado de  la cooperación entre individuos y grupos que pueden tener rasgos o intereses parcialmente distintos. La cohesión se ha demostrado fundamental para la acción colectiva de la izquierda a nivel internacional y local, más allá de diferencias nacionales, religiosas, lingüísticas, éticas o identitarias. La izquierda es eficaz cuando o no se enfrenta a divisiones por dimensiones no materiales, o cuando es capaz de superar estas divisiones mediante un relato compartido.
La historia de las relaciones entre nacionalismo y socialismo o socialdemocracia es en este sentido muy ilustrativa. El socialismo democrático fue una de las víctimas del estallido de los nacionalismos con la primera guerra mundial, pero se recuperó con la paz internacional que siguió a la segunda. Desde un punto de vista “positivo”, economistas como Bandiera o Roemer han mostrado desde perspectivas teóricas y empíricas cómo las élites juegan a agrandar las dimensiones no materiales para dividir a las mayorías partidarias de una mayor igualdad. Desde un punto de vista “normativo”, ¿qué criterio moral o de justicia social basado en ideas progresistas puede justificar preocuparse por “los míos” y no por los otros o los de más allá? La existencia de razones históricas (ya sea el Holocausto para los israelíes o la construcción de un estado centralizado de matriz castellana heredado del franquismo en el caso español, u otras cargas heredadas en otras realidades) justifica unas cosas pero no otras. Encontrar el acento justo no es fácil, pero es un imperativo moral, porque de ello depende nuestra libertad.
Existen hoy dos alternativas en esta parte del hemisferio norte (y existen dilemas parecidos en otras latitudes): construir una Europa unida sin fronteras dedicada a la prosperidad con equidad (donde todas las identidades sean respetadas), más federal que inter-gubernamental, o favorecer el nacionalismo y el populismo. Quienes desde posturas pretendidamente progresistas erosionan la cohesión de las fuerzas partidarias de una mayor igualdad y deciden cabalgar en la ola de los nuevos vendedores de milagros, oscilan entre la ingenuidad y la inmoralidad, pasando por el oportunismo. No me refiero a criticar a los partidos de la izquierda tradicional por su falta de democracia interna y sus casos de corrupción, que eso está muy bien y es imprescindible. Me refiero a, en lugar de hacer eso, dedicarse a ponerse detrás de los movimientos populistas o identitarios cediendo a la presión social o intentando ganar una fácil cuota mediática con la anti-política o con el nacionalismo barato (de un lado o de otro). Los partidos de izquierdas deben evolucionar hacia organizaciones más modernas y democráticas, pero me resisto a que sean sustituidas por movimientos populistas e identitarios cuyo liderazgo intelectual parece ejercido por las secciones de deportes de cadenas de televisión sectarias (en Cataluña, en el Madrid de la TDTParty, en Serbia o en la Padania). En juego está culminar con la unidad política europea el sueño de paz y progreso de nuestros abuelos políticos, o deshacer el camino andado y caer de nuevo en la división y el retroceso económico y social ante las grandes potencias emergentes.
Es decisivo mantener la unidad civil y comunitaria de las sociedades cruzadas por la diversidad identitaria (la mayoría en Europa y quizás en el mundo). Sólo así prevalecerán los objetivos de libertad e igualdad. Europa no avanzará a golpe de referéndums de autodeterminación de cada una de sus partes. Vivimos en un mundo de soberanías compartidas y solapadas donde hay que hacer compatible una creciente transferencia de soberanía en el nivel europeo, con una democracia mejor (que no necesariamente será una democracia más radical) y con el principio de subsidiariedad.
Es necesario en 2014 (centenario del inicio de la primera Guerra Mundial, y por lo tanto del apogeo de los nacionalismos y de la división de Europa) en las elecciones europeas reducir y no ampliar el peso del nacionalismo y el populismo en el Parlamento europeo. Para ello hay que extender el proyecto exitoso de la socialdemocracia más allá del Estado-nación (disolviéndolo en una realidad sin fronteras legislativas y regulatorias  y creando en lo que se refiere a nuestro continente un Estado federal europeo), y adaptarlo a realidades más complejas, con el triple objetivo de: 1) avanzar de forma coordinada hacia el crecimiento económico y la prosperidad; 2) conseguir en un gran esfuerzo europeo cotas más elevadas de igualdad en el ingreso y en el acceso al poder político y social, mediante una fiscalidad elevada, justa y eficiente, y un estado del bienestar modernizado; y 3) contribuir a proteger el medio ambiente y frenar el cambio climático, poniendo un precio a las emisiones contaminantes y promoviendo bajo el liderazgo de un sector público coordinado a nivel europeo y una gran empresa privada comprometida éticamente con objetivos sociales una nueva revolución industrial basada en las energías verdes.
Hacen falta partidos políticos, sindicatos y organizaciones que construyan un relato común con personas provenientes de comunidades e identidades distintas, huyendo como de la peste de partidos políticos u otras organizaciones cortados por identidades lingüísticas, étnicas o culturales a la belga o a la post-yugoslava. Deberíamos tener como objetivo construir partidos políticos europeos que se rijan por reglas del juego europeas, donde la carrera política de un alemán se juegue también en l’Hospitalet, o donde los casos de corrupción del PP o de CiU sean investigados por un finlandés.
No basta con la razón, hay que construir una épica y una emotividad de una Europa sin fronteras, pero primero hay que dejar de reírles las gracias a quienes quieren dividir a las fuerzas de progreso. Y con ello contribuyen a impedir que las fuerzas democráticas se regeneren para hacer realidad los sueños de paz y libertad que han llegado hasta nosotros de la mano de Stefan Zweig, George Orwell, Tony Judt o Claudio Magris entre muchos otros (y no de Beppe Grillo o Pilar Rahola).

viernes, 2 de agosto de 2013

Lectures sense fronteres per un món millor

Ara que ve l’estiu i molts fan veure que llegiran, es reflexiona aquí sense massa disciplina sobre alguns llibres  comprats o llegits, per si el lector vol conèixer alguns biaxos de l’autor d’aquest blog.
-“The importance of being civil. The struggle for political decency”, de John A. Hall, un dels experts en el pensament de l’expert en nacionalisme recomanat per Samuel Bowles, Ernest Gellner. Sobre com fer possible la convivència quan les relacions entre estats, nacions I identitats són complexes.
-“La cárcel de la identidad”, d’Eugenio García Gascón, sobre l’exemple d’Israel, tan estimat per alguns nacionalistes catalans, i l’infern en què ha degenerat. Em recorda “Informe Shilock” el llibre de denúncia del fantatisme identitari escrit per l’escriptor jueu nordamericà Philip Roth. Per cert, una de les conseqüències de les presons identitàries, tal com han predit els economistes Bandiera i Roemer, entre altres, ha estat diluïr les reivindicacions distributives mitjançant la divisió i silenciament de l’esquerra.
-“Anàlisi del federalisme i altres textos”, de Daniel J. Elazar, dintre de la colecció Clàssics del federalisme. Sobre la tradició i el referent que representa la gran esperança per a Catalunya, Espanya i Europa. Perquè el federalisme avança: tothom ens vol donar lliçons de federalisme, als qui sempre hem dit que som federalistes, des que vam aprendre-ho treballant a les revistes properes al PSC L’Opinió Socialista i Cuadernos Noventa a cavall dels anys 80 i 90, fins avui. Aquestes són les arrels, les nostres idees, i les seguirem fent servir per evitar el trencament, sobretot el trencament de la societat catalana. I si es produeix, lluitarem per tornar a la concòrdia, igual que a Israel segueix havent-hi col·lectius i individus que lluiten, en minoria, perquè el seu país deixi de ser una presó identitària.
-“Secesión”, d’Allen Buchanan, que també cita Ernest Gellner i un altre gran expert en nacionalismes i estats, Will Kymlicka. Una guia perquè aprenguem a decidir conjuntament: és un referèndum consultiu amb una pregunta sobre si volem ser un estat d’Europa, com reclama avui Jordi Gràcia a El Pais, una forma útil de decidir? Es pot crear aquesta expectativa sense aliats internacionals i creant un problema a la UE? Té raó Jordi Gracia quan diu que cal una reacció política, però aquesta em semblaria molt més lògic que fós una reforma constitucional, que faci més acceptable quedar-se en una Espanya més amable i una Europa sense fronteres. Jo votaré que no si em pregunten per la independència, però no tinc ni pressa ni desig de fer-ho: el que vull és una Europa sense fronteres. Desitjo votar que sí a un projecte compartit per la immensa majoria dels catalans (com ho van ser la Constitució i els estatuts), i que sigui compatible amb una Europa unida i federal que mantigui i millori el seu model social en la sortida de la crisi i després. Stéphane Dion i Fradera/Alvarez Junco van argumentar molt millor que jo per què un referèndum és traumàtic i pot arribar a treure el pitjor de tots plegats (que ja comença a sortir).
-“Qué hacer con España”, de César Molinas, sens dubte la gran pregunta, però no estic segur que amb la resposta adequada. És necessari buscar explicacions institucionals a la crisi. Però la democràcia és més forta del que creu Molinas i els problemes distributius més punyents. Trencant fronteres metodològiques, em llegiré bé Molinas i intentaré fer-ne un comentari per alguna revista acadèmica, però avanço que hi ha millors lectures sobre economia institucional que la de Molinas: Bowles (com diu ell, una Micro d’esquerres), i Aoki, entre altres, que s’han d’anar rellegint, almenys si sou economistes. L’organització de les societats i la seva relació amb nocions de justícia social, fan que els  debats sobre el dèficit fiscal o sobre ordinalitat siguin una distracció menor (importa molt com ens repartim el que queda si aconseguim que quedi poc perquè tothom va a la seva en un món globalitzat?). Les plaques tectòniques de la història, els mecanismes de les quals ens ensenyen aquests autors amb les tècniques més modernes, deixen en un segon lloc la fal·làcia dels grans homes.
-Sobre economia més convencional, recomano el llibre de Blyth (entrevistat recentment a SiscuTV) sobre austeritat i el de Baumol i els seus coautors sobre la malaltia dels costos en el sector públic.
No patiu més del compte per la meva salut mental, també intentaré trobar un forat nocturn per acabar de llegir Zweig, Roth, Coetzee i per llegir “Freedom” de Jonathan Franzen (res a veure amb el concert de Lluis Llach). I quan estigui moderadament content amb les parts de tot això que hagi aconseguit llegir (o portser abans) em compraré el llibre “Walls: Travels Along the Barricades”, del canadenc  Marcello de Cintio, que ha rebut un comentari elogiós de l’autor palestinià Raja Shehadesh al Financial Times titolat “A world of false frontiers” (“un món de falses fronteres”).